A poco menos de una semana de las elecciones generales del 17 de agosto, Bolivia atraviesa una etapa de alta tensión política marcada por un escenario electoral cada vez más ajustado y un debate creciente sobre el rol estratégico del litio en la economía nacional.

Una reciente encuesta nacional de EL DEBER / Spie SRL (trabajo de campo del 31 de julio al 4 de agosto, 2.500 casos, margen de error de 2,2%) reveló un empate técnico en la cima de las preferencias:

Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente y presentándose con el partido Libertad y Democracia, lidera con 24,45%, seguido por Samuel Doria Medina, de Alianza Unidad, con 23,64%, lo que marca una diferencia de 0,81 puntos, por debajo del margen.

El segundo pelotón lo integran Rodrigo Paz (9,10%), Manfred Reyes Villa (8,79%) y Andrónico Rodríguez (8,46%), quien pudo liderar las tendencias pero quedó relegado tras la fragmentación del Movimiento Al Socialismo por la rivalidad entre Evo Morales y el presidente Luis Arce.

Más atrás figuran Jhonny Fernández (2,44%), Eduardo Del Castillo (1,83%), exministro de Arce y representante del oficialismo, Pavel Aracena (0,33%) y Eva Copa (0,20%).

El voto no definido —entre blancos, nulos e indecisos— asciende a 20,75%, un caudal capaz de reconfigurar el escenario en la recta final. La serie histórica del mismo estudio muestra un acortamiento progresivo de la brecha y, en la última medición, un cruce de tendencias a favor de Quiroga.

Consciente del declive de su caudal electoral, el presidente Arce se mostró dispuesto a entregar el gobierno «a quien vaya a ganar las elecciones sin importar quién es». Arce aseguró que su gobierno hizo «todo para garantizar que haya las elecciones y lo vamos a seguir haciendo».

El mandatario declaró en una entrevista que desea «hacer historia también siendo un gobierno de tránsito democrático a otro gobierno elegido democráticamente, que pueda gobernar para el pueblo boliviano» y apuntó al exministro Eduardo del Castillo, candidato por el MAS como una «gran opción» que encarna el cambio generacional.

Arce aprovechó para criticar a Evo Morales, al que acusa de dividir al MAS debido a su «interés prematuro» de concurrir a los comicios. También denuncia a Morales de «cruzar océanos de sangre» para pactar con la oposición en el Parlamento –lo que impidió la aprobación de créditos con la que La Paz trataba de hacer frente a la escasez de dólares y a la consecuente incapacidad para importar combustible– con el único fin, según afirma, de «atacar al Gobierno».

«El crecimiento empieza a deteriorarse, la inflación empieza a deteriorarse, toda la economía a partir del 2023 por los ataques. Y eso se explica por el papel que tuvo Evo Morales, opositor en la Asamblea. Nos dividió en nuestra bancada, se unió a la derecha, cruzó océanos de sangre, porque con los que le habían dado el golpe de Estado en el 2019, se unió para golpear al gobierno», asegura.

BB con NA y Europa Press