El presupuesto nacional para financiar el sistema público de las universidades nacionales es el más bajo desde 2005. Según un informe elaborado por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), junto a la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), hoy hay un 0,50% del PBI con destino a esa partida, solo 0,01 punto porcentual por encima de hace dos décadas (0,49%) y 0,3 p. p. por debajo de 2003 (0,53%). El financiamiento educativo nacional (0,7%) se encuentra por debajo de 2002 y es el más bajo de este siglo. Es el segundo más bajo de toda la democracia, sólo superado por 1992 (0,6%).
“Es el gasto más bajo de América Latina. Le compite palmo a palmo a El Salvador”, le dice a Tiempo Germán Pinazo, vicerrector de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). “Chile, que tiene un sistema mayoritariamente privatizado, donde dos o tres de cada diez estudiantes van a la universidad pública, tiene un gasto que casi duplica a la Argentina, donde la proporción es de ocho de cada diez”.
El gobierno de Javier Milei apretó el acelerador con la motosierra universitaria. Según el CIICTI, el financiamiento universitario bajó del 0,71 al 0,5% de 2023 a 2025, mientras que el recorte interanual al mes de mayo entre los dos años es de -19,8 por ciento. Tomando la Secretaría de Educación de conjunto, la caída presupuestaria es mayor al 47% mientras que llega a 45,4% en el área de Ciencia y Técnica.
Los trabajadores son los más perjudicados por esta política. Sus ingresos se pulverizaron. “Los salarios cayeron un 45% desde noviembre del 2023 hasta hoy”, dice Laura Carboni, secretaria general de la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA, y completa: “El gobierno actúa de manera absolutamente unilateral, es decir, sin convocar a paritaria: no hay discusión ni debate entre sindicatos o federaciones y el gobierno”.
Según el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la cifra de docentes que abandonaron sus cargos llega a 10.000. El propio gobierno nacional admite una rebaja no menor al 35% en los salarios. Según el CIICTI, los salarios actualmente están 1,7% por debajo de 2002, el año en el que luego de la crisis de 2001 y la devaluación los salarios generales cayeron cerca de 25%.
Esto afecta las prestaciones médicas de los trabajadores. Dice Carboni: “La obra social está prácticamente quebrada, a tal punto que muchas prestaciones empezaron a bajar. La recaudación que hace la obra social sobre nuestros salarios es tan baja como nuestro salario”. La dirigente gremial adelanta que AGD UBA ya tiene convocada una asamblea para el próximo 4 de agosto, para discutir las medidas de lucha a seguir contra el gobierno de Milei.
Calidad educativa
La acuciante situación salarial genera problemas no solamente de poder adquisitivo sino en la formación y la calidad educativa de las universidades. Es dificultoso poder dar buena formación sin salarios que vayan de la mano. Dice Pinazo: “No le podés pagar $ 200.000 a una persona que tiene que formar a un ingeniero que va a hacer un puente. Porque el ingeniero no va a venir y es muy difícil que vos le puedas pagar a un profesional capacitado”.
También hay una caída significativa en las Becas Progresar para los estudiantes: según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), entre diciembre de 2023 y el mismo mes de 2024, el presupuesto cayó un 90% en términos reales, con un deterioro del 50% de cada una de las becas.
Mientras esto ocurre, en el Congreso, algunos bloques políticos opositores dieron curso a la Ley de Financiamiento Universitario, que compensa la pérdida salarial desde diciembre de 2023, reabre las paritarias y actualiza gastos de funcionamiento. Se aprobó en comisión y existe la expectativa sobre su tratamiento.
El gobierno suele justificar estos recortes hablando de prioridades y de sectores vinculados a las ciencias sociales que no requieren una inversión. El vicerrector de la UNGS disiente con esta mirada. “Si no hay ciencias sociales que no estén financiadas bajo criterios de mercantilización, nadie reflexionaría, por ejemplo, sobre los peligros de dejar al sistema democrático cooptado por las corporaciones que efectivamente tienen recursos. En ningún lugar del mundo el sector privado hace ciencia cuando el Estado se retira. Los Estados que tienen más gastos del sector privado son aquellos que también tienen gasto del sector público. Porque gran parte del esfuerzo en inversión en ciencia básica no es rentable en el corto plazo”.
Pinazo expresa la contradicción entre el ahorro fiscal justificado para el ajuste universitario y otros gastos que presenta el gobierno: “Lo que me gustaría preguntar a Manuel Adorni es por qué la Secretaría de Cultura y Medios que él encabeza tiene 265 personas. Debe ser la vocería más sobredimensionada, con un aumento del personal del 1000% entre 2024 y 2025. Es un presupuesto que excede en un 40% al de todo el hospital Bonaparte”.