Parecería demasiado liviana ante la derrota electoral y la crisis económico-financiera que se desencadenó. Pero es lo ocurrió: al día siguiente de su catástrofe electoral, el gobierno nacional, luego de varias reuniones y, puntualmente, de dos llamamientos a su gabinete para analizar los resultados de las urnas bonaerenses, decidió conformar a una mesa política nacional. Y a la vez instruyó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a convocar a “una mesa de diálogo federal con los gobernadores”.
Al mismo tiempo se decidió “ampliar” la mesa política de la provincia de Buenos Aires. La información es al menos confusa y sirve de muy pobre respuesta a la convocatoria del gobernador provincial, Axel Kicillof, el gran vencedor de las elecciones del domingo, quien exhortó al presidente de la Nación a que lo llamara para entablar un diálogo.
Seguramente no serán las únicas medidas que tomará el gobierno, aunque un funcionario muy cercano al presidente, apenas concluida una de las reuniones, anticipó: “Esperen, tengan paciencia, ya se van a enterar. No creo que haya más anuncios. Estamos trabajando”.
Y de inmediato, el vocero presidencial Manuel Adorni, emitió un tuit: “El Presidente de la Nación tomó la decisión de conformar una mesa política nacional. La misma será presidida por él y estará conformada por: Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y yo”.
Luego aclaró que “también instruyó al Jefe de Gabinete de Ministros a convocar a una mesa de diálogo federal con los gobernadores”.
Para plantear con ambigüedad, finalmente, que “la mesa política de la Provincia de Buenos Aires se ampliará en virtud de la representatividad de quienes conforman el espacio provincial (sic)”.
El anuncio se realizó luego de la reunión vespertina. A diferencia de lo que ocurrió por la mañana, en ese cónclave de la tarde se sumó el titular del Palacio de Hacienda, Luis “Toto” Caputo.