Entusiasmado por la colocación del Bonte 2030, el bono en pesos por el que recaudó U$S 1000 millones al contado de inversionistas del exterior, el gobierno evalúa profundizar su estrategia de fortalecer las reservas en divisas a través de un mayor endeudamiento.
Desde el equipo económico dejaron filtrar que está al caer un nuevo repo (préstamo con el sector privado con garantías de activos públicos) por el que se podrían obtener otros U$S 2000 millones. La operación guarda similitud con la que se concretó en diciembre del año pasado con un grupo de bancos internacionales liderado por el Santander. Aunque las gestiones sobre el repo se están manejando en reserva, la agencia Bloomberg ya se animó a ponerle fecha al anuncio: sería en los primeros días de la semana entrante.
En paralelo, el Banco Central también tiene en el radar la emisión de una nueva serie de los bonos Bopreal. El sentido original de este título era darles una herramienta a las empresas que hacia fines de 2023 tenían pendiente el pago de importaciones a proveedores del exterior y no habían podido obtener del BCRA los dólares correspondientes. Ahora la finalidad será hacerse de billetes verdes para incrementar las reservas líquidas. La emisión autorizada de esta nueva serie es de U$S 3000 millones y está en manos del directorio de la entidad definir si se emite ese monto o se deja una parte para más adelante.
De esa manera, las autoridades esperan armar un buen colchón para enfrentar los vencimientos de deuda que se vienen. El más exigente en el corto plazo es el pautado para el 9 de julio próximo, por la amortización parcial y los intereses de los bonos soberanos Bonar y Global, por unos U$S 4300 millones.
En el gobierno sacaron chapa de que ya tienen los fondos para hacerle frente. Luego de que se acreditaron las liquidaciones por los Bonte, en la cuenta del Tesoro en el Banco Central hay algo más de U$S 4000 millones. Según estimaciones privadas, una fracción (alrededor de U$S 500 millones) de los títulos a cubrir están en manos de organismos estatales: la Anses y el propio BCRA. La mitad del vencimiento (U$S 2170 millones) corresponde a inversores del exterior.
Entran acá, salen allá
Si el repo y la emisión del Bopreal se concretan, será un «rolleo» casi perfecto, que servirá para reponer los ahorros del Tesoro que se gastarán en cubrir los vencimientos.
La maniobra, también, implica obrar en sentido contrario a la recomendación del Fondo Monetario Internacional, que en su último acuerdo alentó a las autoridades a comprar dólares mientras su cotización se mantenga dentro de la franja cambiaria prefijada (de $ 1000 a $ 1400 por unidad). Eso ayudaría a acumular reservas y enfrentar el abultado cronograma de obligaciones de los próximos años.
Sin embargo, en el Palacio de Hacienda quieren evitar cualquier operación que impulse la demanda de la divisa y pueda hacer subir su cotización. Prefieren mantener un tipo de cambio lo más bajo posible, que asegure un tránsito sin sobresaltos hasta los comicios de octubre. Por eso creen que el atajo más barato para ese objetivo (una de las anclas del programa, dicen en Economía) es tomar más deuda.
El recurso no es nuevo. El ministro Luis Caputo lo usó hasta el hartazgo en su anterior gestión y hasta batió el récord de emitir un bono a 100 años que aseguraba a sus tenedores (y a tres generaciones de sucesores, por lo menos) gozar de una tasa de 7% anual en dólares hasta 2117. Tan insólito título fue metido de prepo en el canje de 2020.
Deuda y blanqueo
Un trabajo del grupo MATE (Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía) muestra que el endeudamiento, junto con el blanqueo de capitales, fueron las herramientas principales a partir de las cuales el gobierno de Javier Milei logró incrementar las reservas internacionales. Según sus cálculos, el 89% de la variación registrada entre diciembre de 2023 y abril de 2025 (U$S 17.415 millones) se explicó por nueva deuda pública (U$S 4477 millones netos), privada (U$S 6143 millones) y por el encaje de los nuevos depósitos en dólares (U$S 4851 millones). El resto de las divisas que ingresaron, principalmente el fuerte superávit comercial del año pasado, se fue por los pagos de intereses de deudas y por la dolarización (fuga) de excedentes privados.
«La economía sólo pudo acumular reservas a través del endeudamiento público y privado y del blanqueo de dólares no declarados. Sin esas fuentes, los dólares generados por el comercio exterior se habrían perdido en su totalidad», fue la conclusión del MATE. «
El mercado celebra con el Bonte
El Bonte 2030, el título en pesos que emitió la Secretaría de Finanzas y que estuvo reservado a inversores del exterior que aceptaran comprarlo en dólares, ya dejó ganancias a quienes participaron de la licitación de la semana pasada. En sus primeras cotizaciones en el mercado secundario, el bono se operó a una paridad de $ 108,85. Eso significa que quienes compraron en el momento de su lanzamiento absorbieron la variación del precio del dólar en el período transcurrido y además ganaron un 4% adicional en moneda dura.
Según un informe que el equipo de estrategia del Grupo Cohen remitió a sus clientes, «la buena recepción en los mercados sugiere que podría haber margen para repetir una colocación a tasas más competitivas en próximas licitaciones, lo que a su vez podría contribuir al fortalecimiento de las reservas netas del Banco Central».
En Economía se ilusionan con que la buena recepción de ese título abra el camino a nuevas emisiones a una tasa más razonable que el formidable 29,5% anual que debió aceptar en la primera licitación.