Ni bien conocida la noticia de que la Secretaría de Salud había actualizado el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), desde el propio macrismo comenzaron las reacciones en contra de Adolfo Rubinstein, llegando inclusive a pedir su renuncia. El primero en expresarse públicamente fue Federico Pinedo. Lo que para Rubinstein significaba “un gran paso para seguir avanzando en la consolidación de derechos y en la protección de la salud pública con equidad”, para el senador se trataba de una decisión “lamentable y claramente inconstitucional” que “amplía de manera irresponsable las causales de aborto no punible y limitando la objeción de conciencia médica”.

La diputada del macrismo porteño, Dina Rezinovsky, fue apenas un poco más lejos y directamente pidió la renuncia del secretario de Salud. “Resuelve ampliar el protocolo nacional para descartar niños y destruir mujeres. Se olvida que tras meses de debate el Congreso dio un rechazo total a la ley del aborto. Espero su renuncia y que se deje sin efecto esta resolución inconstitucional”, escribió en Twitter.

Sin embargo, la sorpresa mayor llegó por la tarde, cuando se confirmó que el propio Mauricio Macri le pidió de urgencia a la ministra Carolina Stanley que redacte una resolución que anule la actualización del protocolo de la ILE para ser publicada en el Boletín Oficial el mismo jueves. O sea, en menos de 24 horas, el presidente ordenó eliminar una medida sustancial en materia de salud pública tomada por su propio gobierno, argumentando “un error técnico”.