El llamado a elecciones partidarias que lanzaron esta semana los dirigentes de La Cámpora es un intento por comenzar a ordenar el partido y el movimiento en un momento en el que todavía el gobierno de Javier Milei goza de buena imagen en una parte de la sociedad. Si bien la interna bonaerense sigue sin resolución, las partes en pugna parecen haber entrado en una zona de tregua estratégica.

Lejos de la hipótesis de 2019, cuando Cristina Fernández de Kirchner planteó una alianza con ese peronismo residual que había sacado pocos votos en la elección de 2017, ahora el debate se trasladó hacia adentro del mundo pankirchnerista. Si bien sobraron los intentos para lograr que desescale el enfrentamiento, por el momento y según recabó este medio de diversas fuentes todavía no se pudo rearmar las piezas del rompecabezas.

Que la interna construya

Esta semana Máximo Kirchner convocó a elecciones del partido para el 17 de noviembre y lo mismo hizo Eduardo «Wado» de Pedro en el PJ nacional, donde conviven fracciones de todos los colores. Si bien la vida partidaria no refleja de manera mecánica los reacomodamientos del movimiento, puede servir como herramienta para zanjar especulaciones sobre cuánto pesa cada espacio interno.

Según pudo saber Tiempo, el objetivo de salir a marcar la cancha dentro del amplio arco peronista es dejar de traducir internas por disputas de poder político ideológicas. A la vez, también es una buena forma de poner a prueba los liderazgos. Sobre todo, comentan, cuando hay dirigentes que cuestionan la conducción de Máximo Kirchner, pero después no se presentan como candidatos.

Por ahora, los nombres de eventuales candidatos no están en boca de nadie. «Ese debate está verde. Lo que se hizo es habilitar el espacio orgánico para que las internas no sean una sangría inconducente a cielo abierto mediante la cual los compañeros se desgastan públicamente y no acumulan. El objetivo del formato hasta ahora en curso es que las internas a realizarse a finales de año se diriman en el espacio orgánico, acumulando para adentro del movimiento y bajo las condiciones doctrinarias: «el que gana conduce y el que pierde acompaña», explicó una fuente partidaria a Tiempo.

«Ahora se empezarán a dar las conversaciones entre dirigentes y sectores para conformar esos espacios que se traduzcan en listas y compitan», explicaron fuentes partidarias.

Más allá de AMBA

Aquel denominado peronismo de las provincias parece haber caído en desgracia luego de que se perdieran las gobernaciones de Santa Fe, San Luis, San Juan, Chaco y Chubut. Los gobernadores peronistas que quedaron en pie, como Osvaldo Jaldo de Tucumán y Raúl Jalil de Catamarca, hicieron alianza con Milei. Es por eso que la resistencia política del peronismo se centra en la provincia de Buenos Aires, en donde además de diferenciarse en la forma de llevar adelante la gestión, Axel Kicillof puso primera en su intención de construir políticamente y no tercerizar su acumulación.

Esta semana, que finalizó con el multitudinario plenario de la militancia y acto en Florencio Varela –corazón de la populosa e históricamente peronista tercera sección electoral– el gobernador Kicillof realizó un raid de encuentros políticos con gobernadores de otros espacios. Primero fue a Chubut a reunirse con Ignacio Torres (PRO) y luego a Santa Fe con Maximiliano Pullaro (UCR), pero donde también se reunió con el exjefe de Gabinete Agustín Rossi. Allí, el espacio que lidera el «Chivo» y la representación local del Movimiento Evita se fueron del bloque peronista y se alinearon al frente Ciudad Sin Miedo que impulsó Ciudad Futura, con Juan Monteverde a la cabeza. Rossi no es el único exministro de Cristina que está orbitando alrededor del gobernador bonaerense, pero, por ahora, esos armados son incipientes.

Si bien las temáticas relativas a la gestión sirvieron como excusa, también es una forma de consolidar el vínculo entre mandatarios que están siendo castigados por el gobierno nacional con la quita de fondos y el cese de la obra pública. Hasta el momento, esa coordinación no pasaba del intercambio en el grupo de WhatsApp en el que participan todos los gobernadores. Sin embargo, habrá que ver si ese intento de armado anti ajuste muestra una efectiva traducción parlamentaria en la estratégica votación de la ley Bases en el Senado, cuando afuera del Congreso la calle se inunde de organizaciones y movimientos que se oponen a su sanción, y donde ya convocaron el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales.

Urnas lejanas

Según pudo saber Tiempo, se está tejiendo en distintas provincias una red para conformar las listas legislativas del 2025, luego de la peor derrota electoral del peronismo. Sin embargo, las elecciones de medio término suenan en muchas conversaciones como una posta lejana, ya que el primer desafío está puesto en la votación de la Ley Bases del Senado, cuyo régimen de inversiones puede atar al país por décadas al saqueo legal de capitales extranjeros. Dentro y fuera del recinto de la cámara alta, donde conviven peronistas cristinistas, de las provincias e incluso algunos que se fueron del bloque, será la primera cancha donde se verá si se produce el primer gran quiebre político de la hegemonía de Javier Milei.  «