Este domingo el gobierno pondrá a prueba el plan de reducción de daños que diseñó el equipo de campaña para mitigar el escenario que le arrojan las encuestas para la Provincia de Buenos Aires. Desde hace dos semanas en la Casa Rosada hablan de una presunta desventaja de diez puntos frente al peronismo. La versión no caló hondo y aumentó un interrogante que algunos funcionarios del Ejecutivo reconocieron después de la veda. El plan de sobrevender una presunta derrota de diez puntos fue la previa del “empate técnico” que mencionó el presidente en Estados Unidos.

El mandatario habló hace 48 horas de un “cabeza a cabeza” entre los aspirantes de La Libertad Avanza frente al peronismo. Entre la gran desventaja que ventilaron hace dos semanas y la presunta paridad que ahora mencionó Milei está el plan de mitigar un eventual revés a manos del peronismo y mostrar cualquier resultado como un avance positivo. Perder por poco es menos malo que una derrota amplia y también una ventana eficiente en caso de que haya una victoria leve en alguna de las ocho secciones electorales bonaerenses.
   El plan de mitigación es la única línea de acción común que pudo articular el gobierno antes de la cuenta regresiva final hasta los comicios de este domingo. El resto del escenario preelectoral ha estado definido por las internas de la administración libertaria, en una semana marcada por derrotas estrepitosas en el Congreso, donde el oficialismo ya no tiene chances de revertir el descontrol de ambos recintos. Semana a semana en alguna de las dos cámaras legislativas surgen reveses que el Ejecutivo no logra contener o revertir, salvo con tácticas pensadas para ganar tiempo. La última demostración surgió este jueves en el Senado, con la abrumadora mayoría de 63 votos que ratificó la Ley de Emergencia Nacional en Discapacidad que había vetado Milei. La decisión del jueves cerró el círculo que había comenzado en Diputados, donde la oposición consiguió los primeros dos tercios necesarios para insistir sobre la norma y rechazar el veto. La Cámara Alta sumó la pieza que faltaba y de ese modo fue rechazado un veto presidencial por primera vez en 22 años. Ahora el Ejecutivo no le queda otra que aplicar la ley, aunque en la Casa Rosada sostienen que buscarán judicializar el caso para evitarlo.

No hay antecedente de una decisión en tribunales que le permita al Ejecutivo desconocer la insistencia de una norma para anular un veto. El empecinamiento de Balcarce 50 para desconocer la derrota comenzó a minar la credibilidad que tienen los legisladores del oficialismo ante las directivas erráticas del Ejecutivo para desconocer una derrota que, para la letra de la Constitución, es irreversible.
Los vericuetos legales no son tan delicados como el impacto que vive el gobierno por la significación del revés registrado el jueves. La insistencia de la ley también encierra una articulación opositora. Ahora sumó a varios aliados esquivos del gobierno para obturar la aplicación  de la motosierra en materia de discapacidad, pero en un momento de extrema debilidad para Milei por la filtración de los audios de su exabogado Diego Spagnuolo, que fue titular de la Agencia Nacional de Discapacidad hasta que fue removido por el escándalo.

La derrota legislativa no hace otra cosa que tocar un tema que la administración libertaria no logra abordar en dos frentes. Uno, que sigue empeorando, tiene que ver la gestión de la ANDIS y el otro con  las ramificaciones de un caso de presunta corrupción  que el gobierno no logra controlar, a merced de un goteo de revelaciones que también le arrancó la construcción posible de una agenda positiva en la etapa final de la campaña bonaerense.
En Balcarce 50, pero también en Diputados, las fuentes oficialistas admiten que la combinación de los problemas de gestión se cruzaron con las internas que no pudieron contener al respecto. Para sorpresa de los funcionarios más experimentados, la derrota por la emergencia en discapacidad terminó catalizando los encontronazos internos a partir de errores no forzados. Al cierre de esta edición, todavía se siguen lamentando de la “pésima idea” que tuvo el médico Daniel Parisini, conocido como “El Gordo Dan”, de cuestionar y agredir al senador cordobés Luis Juez por haber votado a favor de la ratificación de la ley. El influencer libertario, que responde al estratega Santiago Caputo, se burló de la hija con discapacidad de Juez y consiguió que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, saliera a cuestionarlo y asegurar que “no forma parte del gobierno”. El mensaje fue vivido como una afrenta por los seguidores del Gordo Dan, que se reúnen en las Fuerzas del Cielo, el sector que más afuera quedó del armado de listas bonaerenses.

En el gobierno algunos funcionarios sostienen que habría servido para cambiar el foco de la derrota por discapacidad, pero la mayoría de los consultados sostienen que “es la punta del iceberg” de una interna mucho mayor, que puede tener ribetes mucho peores a partir del lunes cuando llegue el momento de analizar el resultado obtenido.

La intervención de Parisini y las agresiones contra Juez pusieron en segundo plano otra parte de la crisis. Los desembarcos accidentados del presidente en el conurbano, marcados por escenas de violencia, pusieron en  segundo plano el producto electoral conseguido por el gobierno: una oferta violeta con el PRO adentro y sin presencia amarilla en el cuarto oscuro. La iniciativa quedó desdibujada. En el Gobierno siguen pensando en un empate técnico, como dijo Milei a un grupo de empresarios en Los Ángeles, pero la organización de ambas fuerzas para cuidar los votos sigue en veremos.

LLA y el PRO no lograron articular la estrategia de fiscalización. Los libertarios se quejan por la falta de apoyo del PRO para sumar fiscales y los macristas sostienen que se pusieron a disposición, pero fueron despreciados. La escena refleja que el acuerdo entre libertarios y macristas para confrontar con el peronismo en Buenos Aires tiene fragilidades que podrían quedar al desnudo desde este lunes, con los resultados en la mano. Una falla bonaerense del frente LLA + PRO podría nacionalizar el resultado y profundizar los problemas en el mismo distrito, pero camino a las elecciones nacionales del 26 de octubre.

El lunes arranca la cuenta regresiva de seis semanas con un escenario incierto para Milei, donde su equipo todavía no sabe hasta donde impactará el escándalo de los chats de Spagnuolo. Este domingo podría surgir un primer indicio para un caso que sigue fuera de control para la Rosada en la opinión pública y también en la Justicia.