El hilo conductor es la conflictividad que distintos sectores del trabajo mantienen en varios países de Europa. Por caso, hace más de una semana que en Francia, productores agropecuarios bloquean carreteras en todo el país, entre otros motivos, por el encarecimiento del diesel. Si bien el primer ministro, Gabriel Attal, entre otras promesas hizo la de la supresión del encarecimiento del combustible para ese sector en particular, por otra lado se mostró opositor (en nombre del gobierno de Emmanuel Macron) a un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, una bandera que sí levantan los productores. Justamente, la FNSEA, principal sindicato del sector, llamó a «proseguir la movilización». El presidente del gremio, Arnaud Rousseau, consideró que las medidas son «demasiado limitadas» y no responden a los reclamos. «Lo que se dijo no calma nuestra cólera «, declaró.

Por su lado, en Alemania los conductores de trenes mantendrán hasta mañana una huelga que comenzaron el miércoles pasado y que se constituyó en la más larga en la historia de los ferrocarriles en Alemania: seis días. Los motivos abarcan la demanda de mejores sueldos y condiciones laborales. El paro convocado por el Sindicato de Maquinistas Alemanes empezó el martes a la tarde para las mercancías y a primera hora de la mañana en el sector de transporte de pasajeros. Las consecuencias económicas para el país, sin dudas cuantiosas, aún no se determinaron con precisión. Es la cuarta medida desde noviembre.

El líder del sindicato de conductores, Claus Weselsky, acusó a la dirección de Deutsche Bahn, la principal empresa ferroviaria, de ser «reacia al diálogo», por lo que se tomó la decisión de «hacer una huelga más larga y más dura». El ministro de Transporte alemán, Volker Wissing, la calificó de «destructiva» para la economía alemana, que se contrajo en un 0,3% el año pasado. Esta acción prolongada «es también una huelga contra la economía alemana», dijo la portavoz de DB, Anja Bröker, que advirtió sobre el impacto en las cadenas de suministro de fábricas de automóviles, químicas o siderúrgicas.

En el Reino Unido, los maquinistas del sindicato Aslef convocaron a un calendario de huelgas de un día y una retención de horas extras entre el 30 de enero y el 5 de febrero. Los paros afectarán a diferentes operadores en diferentes días, incluyendo Avanti West Coast, CrossCountry, East Midlands Railway, West Midlands Trains, GTR, LNER, Southeastern, SWR y TransPennine Trains. Los conductores de trenes se encuentran en una larga disputa sobre los salarios, que no tuvieron aumentos en los últimos cinco años.

Durante los próximos días se conocerá un nuevo calendario de medidas de fuerza de parte de los distintos gremios del área de salud británica, que vienen llevando un duro conflicto dedes principios del año pasado y prometen continuarlo durante este 2024. En Italia, el transporte también sufrió una huelga por 24 horas, el pasado miércoles. Causó trastornos significativos en autobuses, tranvías y metro, y sorpresivamente también en trenes regionales y de larga distancia. También pararon los controladores de tráfico aéreo y, un día antes, los taxistas de Roma ante el aumento de los derechos de licencia.