La fragmentación irremediable del campo popular, las causas judiciales y las acusaciones cruzadas rompieron toda posibilidad de un armado electoral conjunto y abrieron el camino a que la derecha pueda volver a gobernar en Bolivia, luego de casi 20 años de hegemonía del Movimiento Al Socialismo, histórico partido fundado por Evo Morales, interrumpida solo por el golpe de 2019 que puso a Jeanine Yáñez circunstancialmente en el poder. Las presidenciales del próximo 17 de agosto presentan al menos a dos candidatos de la derecha liberal empresaria peleando la punta y si las encuestas se confirman en las urnas, es probable que la segunda vuelta del 19 de octubre sea entre el exministro de planificación (1992) Samuel Doria Medina, y el expresidente (2001-2002) e insistente candidato, Jorge Tuto Quiroga. No conforme con ello, el tercer lugar en intención de voto, según algunos sondeos, ubicaría al exmilitar y empresario Manfred Reyes, peleando mano a mano con quien aparece relegado a un posible cuarto lugar: el joven Andrónico Rodríguez, presidente actual del Senado y otrora mano derecha de Evo. Rodríguez es, básicamente, el único candidato de izquierda o progresista con algún caudal posible de votos, ya que el representante del oficialismo de Luis Arce es el ministro de gobierno, Eduardo Del Castillo, a quien no puede atribuírsele un carácter revolucionario, ni popular. Su intención de voto apenas llega a los 2 puntos.
Lo notable es que ninguno de los candidatos llega a sumar 25 puntos y el voto nulo ronda los 7.
Frente a este panorama, quien estuvo considerado por mucho tiempo el sucesor natural de Evo enfrenta un camino lleno de obstáculos. Acabó entremedio del fuego cruzado entre Evo y Arce, intentó tomar un camino independiente, y quedó al margen de ambos. Ni siquiera tiene el apoyo de las tradicionales organizaciones campesinas e indígenas. De ocupar el primer lugar en intención de voto en días en que arrancaba la campaña electoral, cayó al tercero e incluso cuarto. Esto probablemente se deba a la percepción en el electorado tradicional masista de que el senador «traicionó» a su mentor. Evo no solo lo desconoce, sino que llamó directamente a no votar ni Andrónico ni a ninguno de los candidatos. Su proclama es por el voto nulo. “El pueblo no se equivoca y por eso siento que en los últimos días empieza a crecer esta propuesta, si Evo no está en la papeleta, mi voto es nulo”, dijo en el reciente acto de Runasur, un organismo prohijado por Evo hace menos de un lustro. “Aunque me detengan, ojalá que Lucho Arce no me mate”, agregó en línea con lo que considera una campaña de persecución del gobierno en su contra, en la que encuadra el proceso judicial que se le sigue por supuesto delito de trata.
Ese encuentro se realizó en el estadio de Ivirgarzama, en el Trópico de Cochabamba, donde llegaron representantes de Venezuela, Perú, Ecuador, Argentina, Colombia, Guatemala, Chile y Brasil. Allí se reflexionó sobre la necesidad de “crear un movimiento intercontinental” con el objetivo de “defender la vida y la humanidad”.
Debate
Los ocho candidatos en pugna se vieron las caras el viernes de la semana pasada en el debate oficial organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). El encuentro fue la oportunidad para que los representantes de la derecha usaran a Andrónico de chivo expiatorio de todos los “fallos”, en su consideración, de los sucesivos gobiernos del MAS, incluyendo el actual. Le atribuyeron ser “el tercer hombre” del masismo, representar “lo viejo” de la política pese a sus jóvenes 36 años, le adjudicaron responsabilidad en las crisis económicas y hasta de la causa por la que es investigado Evo. “Usted tendrá los reparos, los criterios, las opiniones en torno al expresidente Evo Morales. Yo estoy acá para hablar del presente y del futuro y no lo que significa ayer o el pasado como usted arguye”, contestó Andrónico a Manfred Reyes Villa, en uno de esos intercambios.
Este primer debate abordó tres ejes: democracia, justicia y estado de derecho; derechos humanos y protección; medio ambiente y desarrollo. El segundo encuentro se llevará a cabo en La Paz el 12 de agosto.
Encuestas
Entre los sondeos publicados en medios los últimos días, la encuestadora Ipsos-Ciesmori afirma que el candidato de Alianza Unidad, Doria Medina, suma el 21,5% de intención de voto. A este empresario millonario que ha tenido escarceos con sectores progresistas, le sigue el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, por Libertad y Democracia, quien tiene el 19,6% de las preferencias. En el tercer lugar se ubicaría Manfred Reyes, de Autonomía para Bolivia Súmate, con el 8,3% y en el cuarto aparece está Andrónico Rodríguez, que se presenta con el sello Alianza Popular, marcando el 6,1% y perdiendo ante el voto nulo, que concentra entre el 7 y el 8 por ciento. Detrás de Andrónico las encuestas ubican a Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, con el 5,8% y recién en sexto lugar figura el candidato del oficialismo, Eduardo del Castillo, con el 2,1%. Pavel Aracena, de Libertad y Progreso ADN, y Jhonny Fernández, de Alianza Fuerza del Pueblo, no llegan a los dos puntos. Los indecisos se cuentan en el orden del 12 por ciento.