Tras una agenda internacional abultada y un fuerte protagonismo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, mantuvo su posición frente al conflicto entre Israel y Gaza, y volvió a cuestionar las acciones bélicas del Estado judío contra los palestinos. «Lo que el gobierno del Estado de Israel está haciendo no es una guerra, es genocidio, porque está matando mujeres y niños», dijo Lula en un acto en Rio de Janeiro el viernes.

La ratificación del brasileño sobre la posición que abrió un diferendo diplomático con Israel, llegó tras obtener respaldos a una posición planteada por su gobierno durante la reunión del G20, de miércoles y jueves de esta semana, de la que Brasil fue anfitrión. Allí, Brasil responsabilizó la “inacción” del Consejo de Seguridad de la ONU por la muerte de civiles en Medio Oriente y Ucrania y en la reunión de cancilleres consiguió como una victoria propia que se apoyara mayoritariamente la solución de dos Estados «como la única posible pare el conflicto entre Israel y Palestina», según declaró el ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Mauro Vieira.

El planteo recibió el apoyo público de la Unión Europea y los Estados Unidos, acerca de una iniciativa en la que vienen trabajando en conjunto Estados Unidos y varios países árabes, en el desarrollo de un plan global de paz con un calendario para la fundación de un Estado palestino, una vez que concluya la actual guerra. El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo que espera que «en los próximos días» se materialice esta iniciativa. El propio Borrell contó que alentó al ministro brasileño a abordar el tema en su intervención final y que “explicara al mundo que en el G20 todo el mundo estuvo a favor de esta solución». El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también se pronunció en favor de una solución de dos Estados. «Todos queremos que este conflicto termine lo más rápido posible”, dijo.

Los pronunciamientos en la reunión en Rio ocurrieron justo un día después de que el Parlamento israelí aprobó por amplia mayoría una resolución contra cualquier «reconocimiento unilateral de un Estado palestino», que según el texto equivaldría a recompensar «el terrorismo sin precedentes» del movimiento islamista Hamás.

«No recompensaremos al terrorismo con un reconocimiento unilateral en respuesta a la masacre del 7 de octubre, del mismo modo que no aceptaremos soluciones impuestas», dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu.

Durante estos días, Lula tuvo dos reuniones de alto nivel diplomático y nada casuales. El jueves con el canciller ruso, Sergei Lavrov, en un encuentro «a pedido» del gobierno de Putin, en la residencia oficial de la Alvorada. Lavrov “expuso las posiciones de Rusia en relación al conflicto con Ucrania» y el presidente reiteró «que Brasil continúa dispuesto a colaborar con los esfuerzos a favor de la paz en Ucrania», señaló el gobierno brasileño.

Un día antes, se había reunido con Blinken, quien lo llamó su “amigo” pero se distanció de las declaraciones sobre la actuación de Israel en Gaza, en las que comparó las acciones del ejército israelí contra el movimiento islamista Hamás con el Holocausto. “Tenemos diferencias sobre algunas cuestiones y la forma en que las abordamos. Sobre esta cuestión en particular, obviamente no estamos de acuerdo con la comparación de Gaza con el Holocausto. Pero eso también es algo que hacen los amigos”, declaró Blinken al salir de la reunión.

Ruptura

Israel ya había declarado «persona non grata» a Lula. El canciller israelí Yisrael Katz dijo que la comparación de Lula era “inmoral, delirante. Vergüenza para Brasil y un escupitajo en la cara de los judíos brasileños». En respuesta, Brasil llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv y convocó al representante diplomático israelí para mostrar su «insatisfacción». Luego mandó a su representante especial en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, María Clara de Paulo Tusco a llevar la solución de “dos Estados” y denunciar que “la ocupación de Israel de los territorios palestinos persiste desde 1967 en violación del Derecho Internacional y numerosas resoluciones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. Tusco sostuvo que “una solución de dos Estados, con Estado palestino económicamente viable conviviendo al lado de Israel, es la única manera de proporcionar paz y seguridad para israelíes y palestinos”.

Luego aprovechó la localía en el G20 para acusar a Israel de “tender una cortina de humo para ocultar la masacre en Gaza”, donde las autoridades locales denuncian que se ha llegado a la cifra de 30.000 muertos. En su discurso de apertura, el canciller Veira apuntó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por haber entrado en lo que considera “una inaceptable parálisis” que causa la muerte de civiles, tanto en Medio Oriente como en Ucrania y que “las instituciones multilaterales no están adecuadamente equipadas para hacer frente a los desafíos actuales”.

Apenas un día antes, el Consejo no pudo aprobar un pedido de alto el fuego humanitario, presentado por Argelia en nombre de países árabes, porque fue vetado por Estados Unidos, uno de los cinco integrantes con poder de veto. La razón que esgrimió la embajadora de EE UU fue que así se evita “entorpecer” las “delicadas negociaciones en curso. Y creemos que la resolución que tenemos ahora sobre la mesa tendría, de hecho, un impacto negativo en esas negociaciones”. Se refería a las conversaciones entre Estados Unidos, Egipto, Israel y Qatar, dirigidas a negociar la liberación de los rehenes retenidos por Hamás en la Franja.

La cintura de Mondino

La ministra argentina Diana Mondino participó de la reunión de cancilleres del G20, en la que Lula impuso su postura propalestina y antiisraelí, a la vez que se sumaron acciones sobre el tema ambiental, entre otras cuestiones sobre las que el gobierno al que representa tiene una postura diametralmente opuesta. De todas maneras, sostuvo un discurso ambiguo sobre temas económicos y la “gobernanza mundial” y luego mantuvo diversas reuniones bilaterales con su par mexicana, Alicia Bárcena, el paraguayo Rubén Ramírez Lezcano y la coreana Cho Tae-yul, entre otros.