Se suele decir que obra y artista se buscan mutuamente hasta ubicarse en un punto de encuentro en el tiempo. A tres días de la Tierra viene a certificar que el dicho funciona por la magia del arte -antes que por arte de magia-, y el público lo agradece llenando estadios y escuchando discos. El último de Eruca Sativa es un disco sólido de punta a punta, con una dirección clara y determinada. Focaliza en dos puntos clave que atraviesan muchos coetáneos: la dignidad que motiva la resistencia y la necesidad de intimar con uno mismo y con los seres queridos, para reparar los daños que deja esa resistencia, mientras se fortalece ante un porvenir incierto, que de todos modos habrá que afrontar.

“La selección la hacemos bastante intuitivamente -arranca desde el bajo Brenda Martin-. Nos pusimos a zapar en 2021, pero no era el momento de entrar al estudio porque teníamos que salir a tocar en vivo. En 2023 sentíamos que teníamos todo para hacer un disco, pero la vorágine de los shows y de volver a acomodarnos personalmente hizo que no estuviéramos en sincro para un disco nuevo. Por eso hicimos Dopelganga, el disco de versiones, festejamos nuestros 15 años, y cuando escuchamos lo que teníamos grabado hay músicas que tienen algo más especial, como Lío: acá pasa algo distinto”.

“Todo tenía el carácter de un trío que estaba tocando, no había mucha más vuelta que marcar tres y tocar -amplía Lula Bertoldi, guitarrista y voz de la banda-. Ante los ojos mayoritarios parece lideresa, pero hurgando un poco queda claro que es una más de Eruca. La coherencia estética del disco está en que todos los tracks tratamos de llevarlos a ese lugar que tiene que ver con el trío tocando. Y somos nosotros tres tocando en una época.” La precisión explica la potencia del trío y su resonancia: un lanzamiento de Eruca Sativa es algo a tener en cuenta, como quien pone la oreja en el piso para escuchar por dónde vienen los pasos.

Eruca Sativa convierte la rabia y la ternura en un lenguaje universal con “A tres días de la Tierra”

“Creo que tiene que ver con ser lo más natural posible -suma Gabi Pedernera desde la batería-, y no sobrepensar. Eso de grabar las zapadas está bueno como ejercicio para ver qué sucede en ese momento tan mágico y despojado de racionalidad. Nos ponemos a tocar y a los veinte minutos estás como en una especie de trance. Esa dirección del disco tiene que ver con dejarnos ser y decir: vamos a tocar, y no buscar tanto en la computadora”.

Eruca Sativa convierte la rabia y la ternura en un lenguaje universal con “A tres días de la Tierra”

La referencia al trance hace pensar en Eruca Sativa como una entidad aparte, que excede la idea básica de banda. “Cuando nos juntamos salen cosas que por ahí a ninguno de los tres nos saldrían en soledad -avala Lula-. Tocar arriba de Gabi y de Bren me hace tocar cosas que en mi casa no tocaría”. Parece magia, pero no lo es. “Cuando escuchamos las zapadas se oye todo el proceso, como un diálogo musical -lo imita vocalmente-, sin hablar. Capaz son veinte minutos de una idea que tiró Brenda y yo me sumé e hice pu pu pu pu, y todo termina formando una canción que fue para otro lado. No es que buscamos con una guitarra acústica una canción, sino zapando y viendo cómo nos metemos en los huecos del otro”.

“Y es loca la mezcla -interviene Gabi-, porque es como un teléfono descompuesto”, se pone vintage: juego del siglo XX en el que se forma una ronda y se pasa al oído una oración que al final se dice en voz alta. “Uno le pasa a otro una melodía y, queriendo tocarla, toca otra cosa que está mucho mejor. Ahí es como una entidad: si tocara solo en una sala sería imposible que me saliera lo mismo que con ellas. Inclusive con otras personas”.

A tres días de la Tierra fue promovido con tres videoclips: «Lío», «No pasarán» y «Volarte». Cada uno funciona por separado, pero más aún en trilogía, como declaración y posición de Eruca frente a la actualidad y los daños que produce en las personas. En Lío se dice que correrán cuando enciendan la Molotov, y el clip termina con un bolso que sugiere una bomba de tiempo. En No pasarán advierten que de este hoy no hay vuelta atrás y que queda la dignidad: “oíd mortales la noble igualdad”, parte del himno que introducen como escudo contra la prepotente libertad. Por último, Volarte, que en principio no tiene connotación social, apela a un sentir profundo, un llamado a reconectar con uno mismo y con los demás. En la escena final, Bertoldi se descuelga la guitarra y camina hacia Brenda, que deja de cantar. Juntas sus cabezas mientras se abrazan por la espalda, transmitiendo toda la ternura que un gesto así simboliza.

Lío “es un tema corto y deja la puerta abierta, una intriga sobre cómo será el disco -dice Lula-. No pasarán es copia fiel de la banda tocando, aunque ambientada en un living. Volarte es un retrato de Nora Lezano, que nos conoce mucho, y de Tomás Morrison; quedó muy bien retratada la esencia de la canción. Al público le gustó mucho”. De los tres, es el único en el que se ve la gráfica del disco, “el mood”, según Bertoldi. No es Mañanas campestres, sino un siglo que se volvió inexplicablemente violento. “Por eso te lleva a un lugar cálido, no hostil, y te va acercando al lenguaje del disco -completa Brenda-.”

Con 17 años de carrera, no es extraño que las motivaciones cambien, especialmente las vinculadas a la creación. Por ahora Gabi tranquiliza a los fans y dice estar “todos los días” pensando “en otro más y en otro más”, cuando se habla de discos. “No sé si hay fórmula. Depende del momento, pero me atrevo a decir que la motivación más grande son ellas dos. Uno se inspira compartiendo camino con personas que admira mucho. Aprendo todos los días con ellas, y no con todas las personas aprendes lo mismo. Cuando era más chico, para mí toda experiencia era bienvenida. Ahora que uno crece empieza a preguntarse: ¿con quién lo voy a pasar?, ¿con quién voy a chocar la cabeza? Mi inspiración más grande es trabajar con ellas, y sentir todos los días que aprendo algo nuevo o desbloqueo algo nuevo. A veces no es positivo, como un desafío, pero qué groso, justo me viene este desafío y no estoy solo. Después de casi dos décadas uno está agradecido, mirá de lo que soy parte”.

El 12 de julio el disco sonó completo en Obras. Le siguieron otros shows en los que se escucharon, “además temas, sino nos queda corto -bromea Brenda-. Nuestros shows siempre fueron muy explícitos”, agrega, en referencia al clima por la situación política y social. “Antes de Milei incluso empezamos a ser más explícitos. La idea es llamar a la reflexión. No nos gusta comunicarnos a través de violencia, discriminación o pasar por encima del otro. Tampoco estamos de acuerdo en destruir logros que colaboran con la autonomía del país. No queremos ir por ese camino. Y el país somos nosotros, las personas que lo formamos. Si no nos expresamos nosotros, que tenemos micrófono y podemos decir las cosas en el escenario, sería un desperdicio de oportunidad”.

“Obvio que los artistas no nos vamos a quedar callados, porque seríamos cómplices de esta basura -se suma Lula-. Prefiero que quede esta marca de Eruca diciendo lo que tenemos para decir de este momento de la historia argentina. Es un momento bisagra, como cuando Charly cantaba Los Dinosaurios en la dictadura. Por más que sea democracia y voto de la gente, es una obscenidad. Sería una obscenidad no decir nada”.

Eruca Sativa en vivo

Sigue presentando A tres días de la Tierra. 18 de diciembre en el Teatro de Flores, Avenida Rivadavia 7806.

Maternidad, rock y medios

En 2014 Brenda Martin y Lula Bertoldi quedaron embarazadas -en ese orden- y salieron de gira igual, volteando mitos mucho más allá del rock. “Para mí, el de la cuestión física -cuenta Brenda-. Si tenés un embarazo saludable podés tener una vida más o menos normal, más allá de la exigencia que te requiere. Si una tiene energía y ganas, puede llevar adelante sus actividades con bastante normalidad hasta avanzado el embarazo.” Pero lo que más le llamó la atención “es la falta de derechos para las mujeres que trabajan en relación de dependencia: ni durante el embarazo ni cuando tienen que dar la teta. También empecé a ver las licencias por paternidad, que son muy cortas y tendrían que ser más largas para que también puedan hacerse cargo de sus hijos”. “Tienen que cambiar -intercede Gabi-, no puede ser que las leyes sean de cuando no había electricidad.”

Eruca Sativa convierte la rabia y la ternura en un lenguaje universal con “A tres días de la Tierra”

“Siempre me gusta decir que tuvimos la suerte de tener embarazos con un trabajo en el que tomamos las decisiones -agrega Lula-. Pero muchas mujeres no pueden decidir nada. Y en nuestro ámbito muchas tienen el deseo de ser madres y tienen miedo: cómo voy a hacer. Y cuando nosotras hicimos esa gira, muchas mujeres nos empezaron a escribir. Y todo eso fue sin querer: queríamos ser madres y justo se dio que Bren quedó embarazada y yo me animé a acompañarla con mi embarazo” (ríen). “Me acuerdo de escucharte a vos -dice Gabi, señalando a Brenda- decir: quiero hablar con alguien que haya pasado por esto, y no sé con quién: no había.”

“Estaría bueno también que les preguntaran a los músicos -expone Brenda, señalando el patriarcado más allá del rock-. Salvo que el artista mencione a su hijo, no suelen hablar de paternidad, no les preguntan. A nosotras nos preguntan por feminismo, situación de mujeres y ser madres. Está bueno seguir hablándolo porque hay muchas mujeres que necesitan esa información, pero se sigue salteando que los varones no tengan que hacerse cargo. ¿Estás separado? ¿Tenés hijos? ¿Le pasás la cuota? ¿Cuántas veces por semana lo ves? ¿Lo llevás de gira?”