Es 20 de diciembre de 2025, pero en El Bolsón, Río Negro parece otoño. El día está nublado, fresco. Por momentos llueve y el aire huele a pasto mojado. El Cerro Piltriquitrón le hace honor a su nombre en Mapusundung y cuelga de las nubes, las nubes también tapan su cumbre. En la Escuela 270, a una cuadra de la plaza principal, y en pleno centro de la ciudad, un grupo de cooperativistas le pone color a la jornada: cuelgan cintas, despliegan una alfombra verde, arman los stands. Está por empezar la ExpoCOOP 2025, un encuentro en el que participan más de 35 espacios asociativos y en el que se dan charlas, se dictan talleres, hay feria de cooperativas y espectáculos musicales abiertos a todo el público.
Faltan pocos días para que termine el 2025, año que la Organización de Naciones Unidas declaró como el “Año Internacional de las Cooperativas”, bajo el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, para destacar la importancia de este modelo en el desarrollo social y económico sostenible. En Argentina existen existen más de 20 mil cooperativas, que generan cerca del 10 % del PBI y nuclean a aproximadamente a 18 millones de personas asociadas. Sin embargo, hace menos de una semana el presidente Javier Milei ordenó que el país votara en contra de la resolución “Las cooperativas en el desarrollo social” en la Asamblea General de la ONU, alineándose así una vez más con Estados Unidos e Israel. Mientras que el resto de los 179 países que integran la Asamblea votó a favor.
La apertura del encuentro del asociativismo patagónico estuvo atravesada por el rechazo a un nuevo ataque al sector. Cecilia Ruiz, directora técnica de la Federación de Cooperativas de la Economía Social y Solidaria de la Comarca Andina (FESSCA), fue clara: “Nuestro repudio no es sólo una crítica, es una reafirmación de nuestros valores cooperativos. Solidaridad, trabajo colectivo y justicia social. Valores que sabemos que funcionan y transforman realidades, desde las localidades más pequeñas hasta los foros internacionales”.

A sus palabras se sumaron las de la presidenta de la Federación, Jessica Castillo, quien resaltó la fortaleza del asociativismo frente a los ataques recibidos: “Sabemos que no nos van a quebrar. Vamos a seguir trabajando, mostrando de lo que somos capaces, mostrando nuestro trabajo, la fuerza que tenemos y, sobre todo, la articulación que logramos construir”.
No es la primera vez que el Gobierno nacional embiste contra el asociativismo. En marzo de 2024, el propio vocero presidencial había anunciado que el Ministerio de Capital Humano iba a “depurar y controlar el padrón de cooperativas”, vinculando a estas organizaciones con un supuesto uso irregular de fondos estatales: “Las cooperativas pasaron en los últimos años de 9.970 a 23.836, otra caja que desaparece”, afirmó Manuel Adorni. A pesar de que el procedimiento trataba de una fiscalización de rutina y de que el INAES es un organismo descentralizado que está financiado en un 80% con los aportes de las cooperativas asociadas, el gobierno decidió subir al ring de la batalla cultural al cooperativismo.
En la apertura de la ExpoCOOP 2025 quedó claro que, incluso en un contexto de crisis económica, recesión y caída del consumo —en el que a las mayorías nos va mal o peor—, hay entidades cooperativas que subsisten y algunas que hasta crecen. Y lo hacen gracias a un modelo de gestión en el que los excedentes no se concentran en pocas manos, sino que se reinvierten.

Marcelo Contardi, presidente de Coopetel, una cooperativa histórica que nació en 1970 para dar respuesta a la incomunicación en un El Bolsón que entonces tenía apenas 2.500 habitantes, repasó ese recorrido. De una central telefónica, Coopetel pasó a brindar servicios de internet, televisión digital, telefonía móvil y energía —gas fraccionado y a granel—, con proyecciones de crecimiento sostenido: “Hoy, a pesar del contexto, estamos creciendo. Estamos invirtiendo, tomando personal, sumando actividades y expandiéndonos geográficamente. Le ponemos mucho trabajo y dedicación, pero no somos sólo nosotros como gestión los que generamos eso. Es el modelo cooperativo”. Con 55 años de historia y múltiples crisis atravesadas, Contardi fue contundente: “la clave de la supervivencia está en el sistema cooperativo”.
También se puso en debate el rol que el Estado debe asumir como actor necesario para impulsar y sostener espacios como la ExpoCOOP, encuentro que fue posible gracias al acompañamiento de la Subsecretaría de Cooperativas y Mutuales de Río Negro, con una fuerte organización y gestión por parte de FESSCA, Federación que llevó adelante dos jornadas de intercambio, debate, formación y celebración. Con una propuesta clara, mucho trabajo y una rendición de cuentas transparente, todavía hay lugar para encontrarse y pensarse colectivamente.

Otra cuestión que quedó asentada en el acto inaugural es que las cooperativas y organizaciones de la Economía Social y Solidaria aportan al esquema económico y necesitan respaldo para estar al día con los balances, subsistir, generar y sostener empleo. Pablo Giordano, consejero de Coopetel y presidente del Consejo Asesor Cooperativo de Río Negro, explicó el funcionamiento de este organismo: “Además de asesorar y acompañar a las cooperativas en sus trámites, existe una comisión mixta que administra fondos, recursos que las cooperativas aportan al INAES y que luego vuelven a la provincia como coparticipación, para ser redistribuidos a través del Consejo Asesor que acompaña en balances, trámites y mucho más”.
La ExpoCOOP funciona como un encuentro entre actores interinstitucionales que trabajan durante el año enmarcados en el asociativismo. En el panel inaugural estuvo también presente la secretaria de extensión académica de la Universidad Nacional de Río Negro, Evelyn Colino. Además de remarcar el golpe que recibe el sector universitario ante el desfinanciamiento planificado, Colino presentó una experiencia inédita de trabajo conjunto entre la Universidad, el Estado provincial y las cooperativas: “Con la Subsecretaría de Cooperativas y Mutuales diseñamos por primera vez una línea de apoyo que fue bastante innovadora. No se trató tanto del monto del financiamiento, que era acotado, sino de la construcción de vínculos entre la universidad y las cooperativas. Lanzamos una convocatoria para que cooperativas de Río Negro, asociadas con equipos técnicos de la universidad, presentaran proyectos para fortalecer su trabajo y resolver problemáticas concretas. De ese proceso surgieron doce proyectos que logramos poner en marcha”.
De esta manera iniciaba la ExpoCOOP 2025, que ya lleva cuatro ediciones. El evento nació en 2022, impulsado en ese entonces por la gestión municipal de Pol Huisman (Frente de Todos) en El Hoyo, a 14 kilómetros al sur de El Bolsón por la Ruta 40. Ese mismo año la ciudad fue declarada la “Capital Provincial del Cooperativismo” por el INAES, en 2023 y aunque el cambio de rumbo político del municipio impidió su continuidad institucional en 2024, algo más grande ya estaba en marcha. De la edición 2023 surgió la FESSCA, integrada por cooperativas del suroeste de Río Negro y del noroeste de Chubut, que logró consolidarse como un espacio de representación biprovincial del asociativismo.

En un contexto de estigmatización del sector cooperativo y de bajas masivas de matrículas, la Federación logró sostener dos ediciones de la ExpoCOOP de manera autogestiva, gracias a la articulación con cooperativas grandes y al acompañamiento de la Subsecretaría de Cooperativas y Mutuales de Río Negro. Un proceso de experiencia y gestión que creció y que volvió a poner al cooperativismo en escena.
Ya es sábado por la tarde, todavía llueve y la ExpoCOOP continúa en movimiento. La feria de cooperativas ocupa el pasillo principal de la Escuela 270, con una diversidad que da cuenta del entramado productivo regional. Hay cooperativas audiovisuales, de diseño web y programación; otras dedicadas al transporte, a la construcción, al trabajo en metal, en madera, a la indumentaria, a la producción agroecológica. También están las que elaboran dulces, jugos y helados, todo con productos regionales y fruta fina local. Durante la tarde, el encuentro se desplaza hacia los talleres: las organizaciones se piensan a sí mismas y al sector, formulan preguntas, buscan soluciones comunes, intercambian contactos. La jornada cierra con música, el grupo folclórico de Rocio Pozo y los bombos legüeros marcan el pulso del cierre, haciendo retumbar al corazón del cooperativismo.
El domingo sale el sol en El Bolsón y la ExpoCOOP continua con otra jornada de charlas y debates que invitan a la comunidad a pensar el asociativismo y la organización comunitaria en contexto e incendios, eventos cada vez más frecuentes en la región y que mantienen a la comunidad en alerta.
Hacia el final del día, el escenario se convierte en un tablado y llega la murga de estilo uruguayo “La que faltaba”, diez artistas vestidos con trajes voluptuosos de colores vibrantes, con parches que brillan por las lentejuelas verdes, rosadas y amarillas, tienen sombreros papales con decoraciones en plumas de colores, las caras pintadas de blanco, sombras de colores pintan sus parpados hasta llegar a las cejas y sus bocas marcadas de negro les dibujan sonrisas que quieren escaparse de sus caras. Cierran la fiesta del asociativismo con voces que se armonizan en cooperación. “¿Cómo explicarle a la gente de dónde venimos?” se preguntan al empezar el show. Cantan y en sus letras hablan de este suelo y de la identidad de la Comarca Andina del Paralelo 42, que es también la identidad cooperativa.
