En poco más de cinco años La Feria del Libro de Flores se convirtió en un clásico del barrio que le suma un rasgo de identidad. Este año las charlas publicas estarán a cargo, entre otras personalidades de la cultura, de Alejandra Kamiya, Peter Pál Pelbart, Dani Zelko, Flavia Costa, Melisa Argento, Jorge Fondebrider, Verónica Gago, Luci Cavallero, Itai Hagman, Natalí “La Inca” Incaminato y Lily Galeano.
La temática de los libros es muy variada. Habrá un sector importante de la Feria destinada al ensayo de distinto tipo y a la ficción. Luego un sector, también importante en cuanto a sus dimensiones y su oferta, de libros infantiles y un tercer sector destinado al comic.
Desde la organización de la Feria señalan que se trata de “un evento para para romper el aislamiento en un encuentro presencial, festivo y en el espacio público”.
Según Diego Picotto, de la editorial Tintalimón y uno de los responsables organizativos de la Feria, ésta tiene algunos elementos sorprendentes que forman parte de su identidad. “Que sea en la calle, que ocupe cuatro cuadras y que sea gratis –dice- es algo sorprendente. Además, no hay empresas que esponsoreen ni artistas que cobren. Hay algo del orden de la identidad que, en cierto sentido, sorprende”.
Y añade: “Además que pasen por la Feria más de150 editoriales habla de la gran producción que hay. Son editoriales independientes y un gran porcentaje de estas editoriales son muy micro, tienen una economía de subsistencia pero muestran una vitalidad enorme a pesar de la situación adversa en que trabajan, del cierre de librerías, del costo del papel etc”. El libro circula, se edita mucho y creo que esta feria es un signo de esa vitalidad”.
“Es difícil –acota- decir cuánta gente asiste a la Feria porque es en la calle y son todas calles abiertas. Son dos cuadras y dos cuadras en cruz. Pero todo el tiempo se ve muchísima gente. Además, participan dos instituciones grandes de Flores. Una es un centro cultural llamado La Cazona de Flores. La otra es una escuela de oficios, el Centro de Formación Profesional 24 que sirve como patio gastronómico y ofrece los servicios que se aprenden allí, desde maquillaje a masajes. Los oficios de la escuela están puestos en función de la Feria.”
Por segundo año consecutivo, la Cazona de Flores abrirá sus puertas para una serie de conversatorios sobre el mundo de la edición. Además, habrá una muestra de dibujos sobre el genocidio en Gaza curada por Sergio Langer y una exposición del archivo del Bloque Migrante.
La Feria: libros y algo más
Por supuesto, los stands ofrecerán libros de todos los géneros, pero, además, estarán presentes los emprendedores de la Feria de Artigas, el Mercado Compa de la Asamblea de Flores y el proyecto agroecológico de Mujeres Trabajadoras de la Tierra. Además habrá ¡un taller de reparación de bicicletas!
Y, como es ya un clásico, habrá actividades destinadas a los más chicos de Kamishibai Infinito, la Asociación Francesco Tonucci y la Juegoteca Itinerante.
Además, música en vivo con Proyecto Gomez Casa, Flopa y La Dinastía del Ritmo. Por primera vez también funcionará la peña folklórica La Tempranera del Centro Cultural Roberto Arlt, en la esquina de Morón y Bolivia.
Encender esta maquinaria requiere mucha energía y trabajo por lo que suele esperarse una respuesta acorde al esfuerzo. Cuando se le pregunta a Picotto cuáles son las expectativas de respuesta del público en un año de tanta crisis económica responde:
“En principio la expectativa de que las editoriales volvieran a congregarse está cumplida porque tenemos tantas o más editoriales que en la edición anterior. Además, el pronóstico meteorológico afirma que no va a llover, lo que es muy bueno. La gran expectativa, por supuesto, es que a gente vuelva a salir a la calle como lo hizo en cada convocatoria para visitar la Feria, que la Feria resulte interesante y por supuesto, que se vendan libros, que todo funcione.”
