El central paraguayo Williams Riveros dice que escuchó “los rumores de las apuestas”, pero que él no es “de esos”. Y aclara que no se peleó en el vestuario tras la derrota ante Aucas con Mario Pineida, lateral izquierdo, compañero en el Barcelona de Guayaquil. Es diciembre de 2021. Será el final del paraguayo en el Barcelona. Riveros volvió a verse envuelto en sospechas de “ir para atrás” después de la derrota 0-4 de Universitario en Perú ante Palmeiras por la ida de los octavos de la Copa Libertadores 2025, no sólo por la pasividad en la marca en la jugada del 0-2, sino también por su expulsión y un supuesto festejo. Este miércoles, Pineida, quien había vuelto en 2025 al Barcelona luego de sus pasos por Fluminense de Brasil y El Nacional de su país, fue acribillado a disparos por sicarios frente a una carnicería, a plena luz del día en Guayaquil. Pineida es el quinto jugador asesinado en lo que va del año en Ecuador, cuyo fútbol fue tomado por el crimen organizado con el arreglo de resultados para las apuestas clandestinas.

El asesinato de Pineida –33 años, nueve partidos en la selección, dos veces semifinalista de la Libertadores– es el primero de un futbolista de primera división. Era el capitán del Barcelona, club con más hinchas en Ecuador. Los jugadores ecuatorianos Jonathan “Speedy” González (22 de Julio Fútbol Club, segunda división de Ecuador), Maicol Valencia y Leandro Yépez (Exapromo Costa, tercera) habían sido asesinados en un lapso de diez días en septiembre después de que recibiesen extorsiones de apostadores para que arreglaran partidos. Eran profesionales. Y víctimas. A González, quien jugó incluso en la selección de Ecuador –clasificada al Mundial 2026–, sicarios en moto le dispararon en la cabeza. “Speedy era un chico sano y murió por negarse a perder”, sostuvo Oswaldo Batallas, periodista del 22 de Julio. El 5 de noviembre, Miguel Nazareno, de 16 años, jugador de la Sub 17 de Independiente del Valle, fue baleado en Guayaquil. Muerto. En 2025, la Liga ecuatoriana detectó arreglos en al menos cinco partidos de la segunda división (20.000 dólares por perder un partido, futbolistas que ceden y no zafan de las balas del crimen). A la Serie A y B de Ecuador las auspician las apuestas. “LigaPro Ecuabet”.

A pesar de la sucesión de comunicados con pésames de clubes, gobiernos y federaciones, el fútbol ecuatoriano vive entre extorsiones en post de la manipulación de partidos para las apuestashay goles insólitos, burdos–, con GDOs (Grupos de Delincuencia Organizada, según la terminología de las investigaciones en Ecuador) infiltrados en las dirigencias de los clubes para el lavado de dinero, con careos y separación de jugadores en planteles y hasta con futbolistas amenazados de muerte cuyos clubes les pagan escoltas (este año hubo secuestrados y otros tantos heridos en intentos de asesinatos). Cualquier semejanza con el fútbol colombiano cooptado por el narcotráfico en las décadas de 1980–90 no es pura coincidencia.

Disparen al futbolista: el crimen organizado y las apuestas sacuden a Ecuador

Antonio Álvarez, presidente del Barcelona, es el hermano de Aquiles Álvarez, alcalde de la ciudad de Guayaquil (Revolución Ciudadana) enfrentado a Daniel Noboa (Acción Democrática Nacional), presidente de Ecuador. En diciembre de 2024, Noboa modificó por decreto la reglamentación para las casas de apuestas: se les dejó de exigir a las casas no residentes en Ecuador el registro único de contribuyentes (excención impositiva) y, a la vez, se les abrió el grifo para que les den crédito a los apostadores. Pineida le había reclamado a la dirigencia del Barcelona deudas de salarios al plantel. Y había avisado que no se entrenarían hasta que no fueran canceladas. La story con el comunicado en su Instagram se mantuvo tras el asesinato.

“El rumor de las apuestas en Ecuador siempre estuvo. Yo defiendo a muerte a los jugadores de fútbol, pero hay cosas que me llamaron poderosamente la atención. Barcelona es un club muy grande con el cual me hubiese encantado ganar algo importante, pero estas cosas extrañas que vi no podía tolerarlas”, le decía el uruguayo Leonardo Ramos, ex defensor de River y Estudiantes de La Plata, tras su renuncia como DT del Barcelona en 2019, a la radio Sport 890 de Uruguay. En septiembre de 2025, el ex futbolista ecuatoriano Franklin Salas, mundialista y campeón con Liga Universitaria de la Libertadores 2018, reveló en Diario Extra: “Son dos caminos: o los jugadores acceden de buena manera o es por el lado de la violencia, cuando te llaman con amenazas a tu familia. Si un grupo de mafiosos o un cártel necesita que en un partido te hagan dos goles, el jugador no puede oponerse. Esto comenzó como un cáncer desde la segunda categoría y se volvió metástasis hasta la Liga. Está todo manchado”.

Disparen al futbolista: el crimen organizado y las apuestas sacuden a Ecuador

–Cuando manipulo para que un equipo pierda un partido, necesito al arquero más cinco jugadores. Sin arquero nunca lo manipularía. Si quiero que termine con cinco o seis goles de diferencia, le digo: “Involucrá también a los defensores”. A un arquero le conseguiré un contrato de patrocinio con una marca de guantes. Me mantengo en contacto con él y, en algún momento, le pregunto si apuesta o si puedo ayudarlo con apuestas. Lo seduzco con palabras amables, regalos, cenas de lujo, fiestas. El dinero funciona en todas partes. Solo se trata de conexiones y de dar con profesionales desesperados.

El que habla, desde Vietnam, es Siva, singapurense, condenado por estafa en apuestas pero aún en el ruedo, en el documental Spielverderber (2024), de la ARD, medio público de Alemania. Siva explica que, si traficase drogas en Singapur, lo ejecturarían. Pero que, por amaños, la pena es de tres a cinco años de cárcel, y que con buen comportamiento saldría en un año y medio. “Y con suficiente dinero”.

En Asia se establece la mayor parte del mercado ilegal (65%). Factura más de 1,7 billones de dólares por año, el 80% del total de las apuestas. El último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), “Salvaguardar el deporte de la corrupción. Enfoque en los países de las Américas y el Caribe”, indica que “la corrupción en el deporte se ha vuelto cada día más sofisticada, sistemática y transnacional” en América, con el crimen organizado en el centro de la manipulación de los resultados para los mercados clandestinos. Ecuador queda en América. Y la mafia, sabemos, mata.