La coordinación temprana que habían conseguido los gobernadores se fue llenando de obstáculos. La quita de recursos de todo tipo los había aglutinado en reclamos comunes hasta que el trabajo lento pero incansable del Ejecutivo, en particular del ministro del Interior Guillermo Francos, erosionó el vínculo entre los mandatarios. Ahora la prueba de fuego será el Senado, donde los gobernadores van a profundizar la presión.

“Hablan, pero cada uno está con sus propios quilombos. El mayor acierto de Milei fue hablar con todos por separado», reconocen cerca de un gobernador patagónico. Es que los mandatarios del sur fueron los primeros en establecer una coordinación, asustados por la quita de recursos. Sin embargo, sus diputados votaron la ley bases. «Los agarró del cuello con alguna cosa que necesitan y así consiguió los votos, a cambio de promesas”, cuentan.

En tanto, en el norte, Milei consiguió el apoyo de los peronistas. Primero fue Osvaldo Jaldo de Tucumán y después Raúl Jalil, quien esta semana fue explícito. Hasta el catamarqueño tuvo un resultado a medias, ya que la senadora Lucía Corpacci se desmarcó y anunció su voto en contra. Habrá que ver qué hace su par peronista en la Cámara, Guillermo Andrada.

Por su parte, Jaldo fue el primero en pasarse a las filas de Milei a cambio de que no toquen el régimen que regula la industria del azúcar y también la tiene difícil en el Senado ya que Juan Manzur y Sandra Mendoza anunciaron que votarán en contra.

En Río Negro, Alberto Weretilneck llegó a la gobernación con un acuerdo con el peronismo y atraviesa una situación similar a Catamarca, a la espera de la sanción de la ley bases para que las empresas mineras cuenten con seguridad jurídica a la hora de invertir en sus provincias. Si bien el diputado Agustín Domingo votó a favor, no se sabe por ahora qué va a hacer la senadora Mónica Silva, de Juntos Somos Río Negro.

Los misioneros del Frente Renovador de la Concordia del histórico Hugo Passalacqua votarán a favor, también producto del trabajo de ahogamiento y promesas que desplegaron desde el poder Ejecutivo. Algo similar se dio en Salta, donde Gustavo Sáenz pidió el voto favorable a los diputados de la provincia y puede volver a hacer lo mismo con los senadores, aunque contará con la resistencia de Sergio Leavy, de Unidad Ciudadana.

En el sur, Claudio Vidal tiene un vínculo de buena voluntad intermitente con el gobierno nacional. Los diputados votaron a favor de la ley bases a cambio de impedir el desguace de la empresa estatal Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, que terminó habilitando su privatización mixta con conducción estatal, un modelo similar al de YPF. Si bien se descuenta que los senadores van a votar a favor, el gobernador no tiene influencia directa sobre ellos ya que, si bien fueron juntos en un frente electoral para desplazar al kirchnerismo y lograr el gobierno de la provincia, por el momento no está confirmado su aval.

El grupo de WhatsApp que se conformó al comienzo del gobierno entre los mandatarios parece tener cada vez menos interacciones. Sin un eje común que los articule, no hay motivos para trabajar en conjunto y menos para reunirse de manera presencial como solían hacerlo en el Consejo Federal de Inversiones. El Senado será la prueba de fuego y algunos todavía ponen sus esperanzas en el fracaso de la ley. Otros especulan con hacer modificaciones y que vuelva a Diputados, la cámara de origen, una forma de sacarse la responsabilidad pública de encima. Nadie arriesga resultados, y advierten que para la sesión “todavía falta un montón». «