El viernes, en un híper mayorista de la Ciudad de Buenos Aires, un empresario apuraba el paso por los pasillos del local entre quejas porque la concurrencia era poca para la víspera del Día del Padre, en comparación con años anteriores, cuando el consumo marcaba niveles muy elevados en relación a los actuales.
Pero, entre lamento y lamento, el hombre alternaba elogios a la baja de la inflación. El día anterior, el Indec había publicado su Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo, que arrojó un 1,5%, el dato más bajo en cinco años.
El comerciante valoraba el enfriamiento de los precios, con el local vacío. Paradoja de un día cualquiera en un negocio cualquiera en la Argentina sometida al programa antiinflacionario de La Libertad Avanza.
El gobierno de Javier Milei parece ser el único beneficiario real de ello. La baja de la inflación, que fue una de las promesas que convirtió al libertario en presidente de la Nación, ahora es la punta de lanza discursiva de su espacio en la campaña electoral legislativa.
En el llano, los comerciantes valoran la caída del IPC y coinciden en que aporta a la claridad de panorama necesaria para planificar los negocios a lo largo del año. Pero, al mismo tiempo, miran con preocupación las ventas ancladas, la acumulación de mercadería en los depósitos y la sucesión de meses sin que se produzca un cambio importante en la tendencia. Se trata de señales de un estancamiento que empaña la baja de la inflación, que la hace relativa y, en definitiva, resalta sus aristas problemáticas.
Siga siga
El Ejecutivo celebró la noticia del Indec y anticipó que la estrategia seguirá como hasta ahora. La meta oficial siempre fue bajar la inflación al 1% mensual y el resultado de mayo lo dejó cerca del objetivo de mayor centralidad dentro del plan general del gobierno, en detrimento de, por ejemplo, la acumulación de reservas.
Como analizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la inflación de mayo resultó de las políticas que definió el gobierno nacional para contener el tipo de cambio: la desregulación de inversiones de no residentes, las intervenciones en el dólar futuro, la estacionalidad en la liquidación de divisas del campo, la baja de retenciones y la suba de tasa.
El control de las tarifas, combustibles, medicamentos y de los precios de las prepagas fueron formas adicionales de intervención que también condicionaron la inflación, sin mencionar las interpelaciones directas y privadas a empresas para que eviten remarcar precios en función de costos.
Pero hubo otra intervención que fue clave: el control de las paritarias que impidió la recuperación salarial en mayo y explica en buena medida el panorama desértico de los comercios: “El no repunte del consumo se mantiene como la principal estrategia del gobierno para moderar precios”, concluyó el CEPA.
Pese a todo, la línea del gobierno es que seguirá con su plan. Esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, informó que la estrategia de planchar el tipo de cambio se complementará con ventas de activos del Estado y más deuda para sumar divisas.
Mientras el gobierno ejecuta la continuidad del plan, los economistas afines destacan la desaceleración de los precios y prevén que la tendencia bajista seguirá, pero a la vez, con preocupación, toman nota del problema del consumo.
Esa es la pregunta central en los comercios, qué va a pasar con las ventas, si se va a producir la vuelta de los clientes a niveles de años previos o si, por el contrario, habrá que cambiar el chip y acostumbrarse a otro tipo de normalidad post motosierra.
En los súper, en mayo, Focus Market y Scanntech midieron caídas de las ventas del 0,9% interanual y del 3,2% respecto a abril que grafican el desacople que hay entre la caída de los precios y el poder adquisitivo.
En los comercios de cercanía la baja de los precios no es una percepción generalizada. Están los que aseguran que las denuncias oportunas a fábricas y distribuidores contuvieron los abusos y los que dan cuenta de aumentos todos los días.
Lo que une a todos es la coincidencia de que se vende poco y nada, con aumentos o sin aumentos. «