La historia de Ema Bondaruk todavía resuena en la escuela de Longchamps, donde cursaba la secundaria. Tenía 16 años cuando se quitó la vida, hace exactamente un año, tras la difusión no consentida de imágenes íntimas. Quien distribuyó las imágenes fue un compañero. Su mamá, Laura Sánchez, dijo días después que no había llegado a dimensionar el impacto que podía causar lo que hizo el adolescente. “La partida de Ema me puso de cara la violencia digital. No sabía la existencia de la violencia digital de género”, dice Laura a Tiempo Argentino.
Esa inquietud y ese dolor fueron el punto de partida para que Laura, junto a activistas que trabajan hace años en violencia digital y la diputada Mónica Macha trabajaran en un protocolo para el abordaje de esta violencia en las escuelas. Así, fruto del trabajo colectivo, nació el proyecto de Ley Ema que incluye la Guía Ema, una herramienta extremadamente necesaria en estos tiempos.
En octubre de 2024, cuando Laura Sánchez conoció a Olimpia Coral Melo (impulsora de la Ley Olimpia vigente en la Argentina y en México) empezaron a pensar en una guía para las escuelas. “Tiene diferentes miradas con un mismo enfoque, está hecha con mucho compromiso. Fueron varios meses de trabajo y para mí significa mucho que lleve el nombre de Ema porque es en cierta forma una manera de resignificar su ausencia y que su partida no haya sido en vano. Si con esta guía y luego si se aprueba el proyecto de ley vamos a estar ayudando y tal vez salvando a otras pibas y logramos que no haya más ‘Emas’, significa que su muerte no fue en vano”.
El proyecto de ley junto con la guía fue presentado en la Cámara de Diputados por iniciativa de la diputada de la comisión de Mujeres y Diversidad, Mónica Macha. “Fueron días de muchas emociones recorriéndome el cuerpo, muchos sentimientos. Durante la presentación estuve muy nerviosa porque temía no transmitir claramente el mensaje que quiero transmitir. Ya en el Congreso, con las compañeras, con toda mi familia ahí presente, con amigos de Ema me sentí muy rodeada de amor, muy acompañada y sobre todo sentí que estamos haciendo lo correcto”, cuenta.
Una de las organizaciones que participó en la elaboración de ambas herramientas es Gentic, cuya referenta es Florencia Zerda. “Tanto la guía como la ley son únicas en su tipo y viene a responder a la creciente demanda de las instituciones educativas y las familias sobre cómo abordar correctamente estos temas”, explica la abogada a Tiempo. “La mayoría de los docentes que se han formado en los últimos años quizá no recibió formación adecuada u obligatoria dentro de las currículas sobre estas temáticas. El personal no docente tampoco, muchas familias, tampoco. Los padres de otras generaciones tal vez ni siquiera crecieron con las tecnologías de la información y la comunicación, con lo cual no saben abordar estas cuestiones”.

Protocolo antiviolencia
Gentic trabajó en forma conjunta con el despacho de Mónica Macha, Faro Digital, Ley Olimpia Argentina, Defensoras Digitales de México, Fundación Encuentro y la familia de Ema. “Cada organización puso sus definiciones. La guía tiene una serie de definiciones sobre cuáles son las formas de violencia digital. Es muy útil no sólo para instituciones educativas, sino para toda la comunidad. Allí están las definiciones de ciberacoso, ciberbullying, difusión de material íntimo. Es un buen material para trabajar en todos los ámbitos”, afirma Zerda.
Con respecto a la ley, Zerda analiza que lo primero que establece es la necesidad de crear espacios educativos libres de violencias digitales y libres de violencia. “Un segundo punto destacable es que todos los contenidos curriculares que se tendrían que crear con el plan, una vez que esté aprobado, es que deben tener una perspectiva de inclusión de género y de diversidad, deben conjugarse con los contenidos curriculares de la ESI y de la Ley Olimpia”. El proyecto establece capacitaciones y formaciones obligatorias a todos los docentes, talleres de sensibilización a las familias y personal no docente. Además de la creación de recurseros con todas las herramientas disponibles públicas para derivar los casos y a las familias por si quieren denunciar o recibir atención de salud mental o jurídica.

Prevenir y educar
Para Zerda es urgente hacer dos trabajos. “En primer lugar, preventivo a través de las políticas educativas y campañas de sensibilización hacia toda la sociedad, porque las personas que no están en situación de escolaridad no entienden estos temas. Después falta el trabajo más que nada también punitivo y lograr una regulación acorde y penalizar todas las formas de violencia de género digital con los proyectos que nosotras tenemos”, finalizó. «
Ley Olimpia a la espera
La Ley Olimpia fue promulgada el año pasado pero no llegó a ser reglamentada por el Consejo Nacional de Educación en lo que respecta a educación digital. «Se está implementando en algunas instituciones educativas pero fuera de la currícula oficial. Las medidas de protección jurídicas sí se están implementando con algunas de las medidas de protección y restricción de acercamiento digital. Todo lo que es la intimación para que cesen los hostigamientos o ataques digitales se está aplicando bastante. En donde vemos un poquito más de resistencia es en la posibilidad de que los jueces ordenen la remoción de contenido de Internet que constituya violencia digital. Hay veces que se niegan a hacerlo así. Además, que no es una herramienta que se ha difundido mucho y muchas mujeres ni siquiera saben que tienen la posibilidad de pedir esas medidas».