El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sacudió la interna venezolana a la vez que levantó más su perfil como líder regional, luego de unas semanas marcadas por entredichos diplomáticos, entre ellos con el gobierno argentino. En una jugada táctica, el colombiano aprovechó su viaje a Venezuela para tratar acuerdos bilaterales con su par Nicolás Maduro, para mantener una reunión de alto nivel con uno de los principales candidatos opositores para las elecciones presidenciales del 28 de julio y proponerse como el artífice de una mediación entre el gobierno y la oposición para lograr una «paz política», algo que, aseguró, contribuiría a la paz armada en Colombia.

Con la confirmación del encuentro de Petro con Manuel Rosales, gobernador de Zuliá y candidato del partido Un Nuevo Tiempo, integrante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el sector que apoya a María Corina Machado se puso en pie de guerra. La candidata de la extrema derecha, triunfadora en las internas de octubre, sigue inhabilitada por la justicia y su remplazo, la académica Corina Yoris, no pudo inscribirse por supuestas inconsistencias formales en su presentación, según afirmó la autoridad electoral. Rosales supo disputarle la presidencia al propio Hugo Chávez en 2006 y enfrentó una condena por corrupción que promovieron los bolivarianos, pero los sectores extremos ven en este político de 71 años a un antichavista moderado con tendencia a la negociación y, para el caso, un candidato a medida de Maduro que le permita ir a una elección cómoda con la legitimidad de enfrentarse a un aspirante genuino de la oposición.

Interpretaron el encuentro con el presidente de Colombia como una forma de tapizarle a Maduro el camino de la reelección y un desplante al resto de los opositores. Si bien las reuniones fueron manejadas con discreción y escasa difusión, al punto que el propio Petro en su declaración posterior en una entrevista registrada durante el vuelo de regreso, ni siquiera mencionó a Rosales como interlocutor, el nombre del candidato circuló en medios y la dirigencia venezolana. Fue Luis Murillo, Canciller de Colombia quien, obligado, hizo una aclaración pública apuntando que en su misión de “buscar la paz política” durante su viaje a Venezuela: Petro “habló con el principal candidato registrado de la oposición y yo creo que eso es una base importante. Nosotros tenemos comunicación permanente con la oposición,  con todos los sectores”.

El canciller no descartó una futura reunión con Machado, con quien afirmó que mantuvo “conversaciones confidenciales”. Petro incluso había criticado como un “golpe antidemocrático” a la inhabilitación. Por lo que reflejan sus actividades públicas, la líder de Vente Venezuela no se resigna a perder la posibilidad de presentarse a unos comicios en los que se presenta triunfal. Fracasada la jugada de imponer a un sustituto “pantalla”, la oposición extrema le baja el precio a la candidatura de Rosales, quien a pesar de ser miembro de la PUD, no goza de la bendición de los principales dirigentes, por las razones expuestas antes.

Dueño de un cómodo y estratégico silencio, Rosales habló indirectamente reposteando el comentario de un periodista cercano. “Sobre la reunión de @petrogustavo con @manuelrosalesg: Petro decide con quien se reúne. Rosales es gobernador del principal Estado del país, fronterizo con Colombia, y de paso es el candidato inscrito con más posibilidad frente a NM. Los laboratorios andan inquietos…”, publicó Vladimir Villegas en X.

Tras el encuentro del miércoles con Maduro, Petro relató que había “hablado con el presidente Maduro de una propuesta que le he hecho y con sectores de la oposición, quizás los más importantes en este momento, para lograr que este país pueda tener paz política”, dijo y se entusiasmó con la idea de que “la paz política en Venezuela puede ser la paz armada en Colombia, la paz del desarme», continuó el mandatario que continuó en Caracas la negociación de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

El gobierno y la oposición de Venezuela mantienen desde agosto de 2021 un proceso de negociación con mediación de Noruega.