El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó que siguen las conversaciones con los acreedores privados para reestructurar la deuda soberana en dólares y agradeció el respaldo del Fondo Monetario Internacional hacia la posición argentina.
“Hubo una implicación constructiva del Fondo Monetario Internacional, que participó en la evaluación de nuestra capacidad de pago y declaró que la deuda argentina era insostenible», dijo Guzmán en una entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo. Unos días antes, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, había señalado que “lo que vemos ahora es una oportunidad para que el país rompa con estos ciclos de boom y caída por los que ha pasado durante décadas y esa oportunidad debe anclarse en algo, que es devolver la deuda a un nivel sostenible”.
Guzmán hizo su propio diagnóstico de la situación. «Cuando asumimos el control, el país ya enfrentaba condiciones de financiamiento prohibitivas y la deuda estaba en una situación totalmente insostenible. El riesgo país era excesivamente alto. Argentina ya no tenía acceso al mercado crediticio internacional y esta situación no ha cambiado. Lo que hicimos fue establecer un proceso ordenado de resolución de crisis. El Congreso nos permitió seguir pagando con reservas», señaló.
«Hicimos una oferta pensando en la sostenibilidad: lo que Argentina quiere es redefinir sus compromisos de una manera que pueda cumplir», sostuvo el titular del Palacio de Hacienda. «Hemos avanzado en el proceso de normalización de las tasas de interés, y queremos reducir el valor, que es en promedio de 7,5% en dólares, a algo que podamos sostener. Hubo una parte de los acreedores que nos siguieron y una parte que no lo hizo. La negociación continúa”.
Las palabras del ministro se conocieron poco antes de que expiren los acuerdos de confidencialidad entre el gobierno argentino y los bonistas, plazo que se había fijado para este martes. Sin embargo, en las últimas horas trascendió que ese lapso para mantener en reserva las conversaciones podría prolongarse hasta el viernes.
Por otra parte, Guzmán relativizó la falta de pago de U$S 503 millones de dólares que motivó que agencias calificadoras pusieran al país en situación de default. “Hasta el momento, ningún acreedor ha declarado a Argentina en una moratoria. Comenzamos el proceso de reestructuración de la deuda antes de interrumpir los pagos e hicimos una oferta para evitarlo. El 22 de mayo no pagamos los intereses devengados en esa fecha. Pero ningún acreedor declaró formalmente que Argentina estaba en incumplimiento, por lo que continuamos negociando», dijo.