Jorge Macri se inscribió esta semana como apoderado del PRO porteño para definir las candidaturas que se medirán en las elecciones nacionales legislativas del 26 de octubre. La decisión no sólo fue para condicionar a La Libertad Avanza y limitar el poder de Karina Milei en el armado de las candidaturas. La decisión apunta a la hermana del presidente, pero también a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la principal impulsora del acuerdo que impulsa con el PRO para poder lanzarse como candidata a senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires, dentro de una alquimia que combine a libertarios con macristas.

«Pato» considera que necesita un acuerdo con el sector del PRO que responda a Mauricio Macri para que su regreso a la arena electoral le permita superar el 50% de los votos y quedar posicionada para las elecciones de 2027, como aspirante a jefa de gobierno porteño o compañera de fórmula de una eventual postulación de Javier Milei por un segundo mandato. Fuentes libertarias confiaron a Tiempo que Bullrich convenció a Milei de la necesidad de un acuerdo con el sector del PRO que responde al expresidente Mauricio Macri. “Si Patricia no hubiera hablado con Javier, Karina no habría abierto una negociación con el PRO y habría avanzado con el plan original de borrarlos del mapa porteño en las elecciones que vienen”, confiaron dentro del PRO para asegurar que la tensión entre Mauricio y Jorge ha empeorado en las ultimas semanas. El disparador es el rol que puede tener Bullrich en las elecciones de octubre, pero las diferencias entre ambos tienen larga data. Tal como contó este diario, el expresidente nunca le ocultó sus críticas al alcalde porteño sobre las fallas en la gestión. Luego vinieron las diferencias sobre las elecciones capitalinas, que se realizaron el 18 de mayo y derivaron en una dura derrota para los primos Macri. Fue el camino que potenció la debilidad electoral que ahora afronta Jorge cuando analiza el escenario que se avecina para octubre. No queda mucho tiempo para esos desacuerdos: el jueves cierra el plazo para la inscripción de alianzas y el 17 la fecha límite para registrar las candidaturas. Es una carrera contra el tiempo que se vive en todas las provincias, pero en la Ciudad tiene un voltaje aun mayor, porque nuevamente se juega el futuro del PRO, la relación de los primos Macri entre sí y el futuro del vínculo con el gobierno.

El alcalde porteño trabaja en un plan B en caso de que la exploración del pacto con LLA se caiga estrepitosamente. El horizonte sigue siendo brumoso. Las exploraciones están en marcha, pero la irrupción de Patricia en las imposiciones libertarias cambiaron el panorama. Si el intento de un pacto fracasa, Jorge se prepara para reeditar una versión de Juntos por el Cambio con radicales y lilitos, pero como un puente para ampliar la relación con los cinco gobernadores que esta semana lanzaron el frente electoral “Grito Federal” para competir con LLA en sus provincias para impactar en el futuro armado del Congreso a partir del 10 de diciembre.

A pesar de las diferencias entre Mauricio y Jorge, hay algo que los sigue uniendo, además de la familia: ninguno de los dos quiere afrontar una nueva derrota electoral. Ya pasaron un pésimo momento con la derrota del 18 de mayo y si hay  una nueva debacle se jugará la defunción del PRO, cuando a Jorge le quedan dos años de mandato por delante. El alcalde podría transitar una sangría de poder dramática y el expresidente quedaría a merced de una pérdida de liderazgo que terminaría de dejarlo peor que ahora.

La situación que atraviesa el PRO capitalino, con el doble comando de Jorge y Mauricio, refleja las consecuencias de la derrota del 18 de mayo y la negociación perdidosa que aceptó el partido amarillo en Provincia de Buenos Aires para el cierre de listas que se medirán en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. El PRO aceptó la imposición de perder la identidad en ese comicio y LLA impuso la distribución  del 75% de los cargos para los aspirantes libertarios y el 25% para los macristas.

La imposición de Karina abrió un cisma entre los intendentes amarillos en la provincia y agudizó las diferencias entre los primos Macri, porque a pesar de las críticas de Jorge, Mauricio nunca desautorizó la negociación que llevó adelante Cristian Ritondo, titular del PRO bonaerense y un  puente de oro para que el pacto se extienda en la Ciudad, con el novedoso interés de Bullrich de conseguir una alquimia similar para volver a calzarse el traje de candidata.

Si la exploración que auspicia Patricia se cae, en el Grito Federal esperan al PRO porteño con los brazos abiertos. El espacio es liderado por el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, el mandatario del PRO que más cuestionó los pactos que cerró Ritondo con el aval del expresidente. ¿Podría sumarse el alcalde porteño a la lista de gobernadores opositores que buscan armar una formula electoral para octubre e imprimirle fuerza a una candidatura presidencial en 2027? En ese entramado late una profunda lucha de egos, pero es evidente la irrupción de una alianza muy parecida a Juntos por el Cambio, pero con el peronismo no kirchnerista de Córdoba, como apuesta a una moderación electoral que les permita sumar malheridos de La Libertad Avanza sin cerrar con el PJ.

“Si el frente de gobernadores no acuerda con el PRO, no deberían intervenir en la Ciudad ni en Provincia, porque van a arrancar muy de abajo, con problemas de instalación y con una desventaja que los puede debilitar más”, aseguraron dentro de ese armado. En ese espacio creen que, si no hay pacto porteño, lo mejor sería concentrarse en sus provincias y construir la alternativa nacional con más cuidado. No hay mucho espacio para las decepciones en un escenario donde los libertarios creen que pueden ganar sin la necesidad de acuerdos con aliados esquivos.