La justicia federal decidió cerrar definitivamente una de las líneas de investigación más sensibles que surgieron tras el atentado contra la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner. Los jueces Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens ratificaron el sobreseimiento del diputado opositor Gerardo Milman, al considerar que ninguna prueba reunida lograba sustentar la hipótesis de una posible vinculación con el ataque. De este modo, desestimaron los recursos presentados tanto por la querella como por el propio Ministerio Público Fiscal, que buscaban profundizar las indagatorias.

Los argumentos de la Justicia

El eje de la pesquisa había partido de la grave declaración de un testigo, quien afirmó bajo juramento haber escuchado al legislador Milman proferir, dos días antes del atentado en Recoleta, la frase “cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Sin embargo, el tribunal de alzada evaluó que ni los peritajes tecnológicos –sobre dispositivos móviles y cruces de comunicaciones– ni los datos de geolocalización arrojaron elementos concretos que le dieran sustento a esa versión. Los magistrados concluyeron que los teléfonos analizados no contenían información relevante para el caso.

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Gerardo Milman, siempre bien acompañado.
Foto: Guillermo Milman

Esta decisión se alinea, según el fallo, con lo resuelto en el juicio oral donde se condenó a los autores materiales del disparo fallido. Allí, el debate no incorporó menciones a instigadores o financistas detrás del ataque. Con este archivo parcial, una puerta investigativa que se abrió a partir de una acusación grave queda formalmente clausurada, generando fuertes cuestionamientos sobre el rigor con el que se descartó una línea de indagación de alto impacto político.