La crisis económica y su impacto en el salario forzaron a muchas familias a salir al mercado financiero a endeudarse, en especial con entidades no bancarias, para cubrir obligaciones cotidianas a las que no pueden responder con el ingreso laboral. 

La bola de nieve de la morosidad creció de manera impensada y en el cierre de 2025 la situación es de tal magnitud que las empresas del sector hablan de retraer la oferta de crédito

La deuda de las familias con entidades no bancarias se triplicó en 11 meses
Ante la baja de los ingresos crece el endeudamiento con tarjetas y créditos personales.

El informe de Estabilidad Financiera del Banco Central (BCRA) consignó que la irregularidad en el cumplimiento de los pagos pasó de 7,4% en noviembre de 2024 a un impresionante 20% en octubre de 2025. 

En el último año, la inflación acumuló una suba superior al 30%. La medición oficial es objeto de debate por la metodología de cálculo que implementa el Indec, por lo que podría ser mayor a la que comunica el gobierno. 

Además, desde la asunción del gobierno de La Libertad Avanza (LLA) cerraron más de 20 mil empresas y cayeron cerca de 277 mil puestos de trabajo, lo que supone un hachazo a los ingresos de los hogares y un disparador de vulnerabilidad de dimensiones dramáticas.

En Córdoba, un 89,2% de familias debió acudir a alguna variante de financiamiento para comer, según el Informe Económico y Social del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE). El 41,4% lo hizo mediante endeudamiento con tarjetas de crédito y el 37,7% gracias al fiado en almacenes de barrio, un segmento con un nivel de morosidad del 26,3%. 

El informe del BCRA indica que el endeudamiento de las familias argentinas llegó al 137% de los ingresos promedio en 2025 en total

La envergadura del monto tiene mucho que ver con el acceso a financiamiento de las entidades bancarias no tradicionales, como las billeteras virtuales, las compañías financieras y las cadenas de comercios: ese concepto se triplicó en once meses, dando la pauta del peso de las tasas de interés sobre los recursos de los trabajadores y la clase media. 

Todo eso sin considerar la situación de los trabajadores informales y los autónomos, un segmento de la economía en el que el endeudamiento llega al 143% del ingreso mensual. 

El sistema bancario tradicional, con recursos más eficientes para cobrar, tiene una morosidad del 4,4%.  

Un informe de First Capital Group registró en noviembre la segunda caída consecutiva en términos reales de los préstamos personales, que se contrajeron el 0,7%, y de los prendarios, que retrocedieron el 2,1%

Guillermo Barbero, socio de la entidad, explicó que “la sombra de una morosidad creciente en los últimos meses ha retraído la oferta y también ha influido sobre la velocidad de la baja de tasas, retrasando la vuelta a valores más compatibles con la inflación vigente”.