Las novedades que fueron apareciendo en la semana posterior al brutal ataque en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú, que dejó un saldo de 144 muertos y unos 200 heridos, indican que la situación en el continente europeo se está desbordando aceleradamente y no queda sino esperar peores noticias en un futuro no tan lejano. Quizás el que con más precisión definió la necesidad de prepararse para lo que viene haya sido el primer ministro polaco, Donald Tusk, quien dijo al diario conservador alemán Die Welt (El Mundo): «Sé que suena devastador, especialmente para las nuevas generaciones, pero tenemos que acostumbrarnos al hecho de que ha comenzado una nueva era: la era prebélica». Los datos corroboran esta temible advertencia.

1-Las fuerzas rusas iniciaron ataques en gran escala a centrales eléctricas ucranianas, una estrategia que no habían usado hasta ahora básicamente, según los analistas, porque son estructuras que cuesta mucho reconstruir y la esperanza de Rusia era no sólo mantener los bienes existentes sino recuperar a los habitantes de esas regiones al fin del conflicto.

2-La inteligencia militar del Reino Unido, destaca la agencia Europa Press, reconoce que las tropas rusas están teniendo avances importantes al oeste de la ciudad de Adviivka, tomada el mes pasado luego del retiro desordenado del ejército ucraniano.

3-El gobernador de la región rusa de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, informó que otros 5000 niños fueron evacuados tras una serie de bombardeos ucranianos. Se trata de un área fronteriza donde los ucranianos vienen manteniendo una ofensiva con drones y artillería.

Mientras tanto, desde el Servicio Federal de Seguridad (FSB) y el Comité de Investigación de Rusia (CIR) se informó que «como resultado del trabajo con los terroristas detenidos (el 23 de marzo), del examen de los dispositivos técnicos que se les incautaron y del análisis de la información sobre transacciones financieras, se obtuvieron pruebas de sus vínculos con los nacionalistas ucranianos». Al mismo tiempo, la televisión mostró imágenes de algunos de los detenidos, bastante golpeados en relación con el sábado pasado, cuando fueron capturados cerca de la frontera con intenciones de cruzar al otro lado, donde se supone que había personal de inteligencia de Kiev esperándolos.

Uno de los apresados, de origen tayiko, que se identificó como Khargunysham Sedin, de 25 años, había declarado entonces en imágenes que difundieron sus captores en las redes sociales, que habían actuado por dinero y que los habían contratado a través de una cuenta de Instagram, en su caso, mientras escuchaba la lección de un predicador.

Nuevas evidencias, según el gobierno, «confirman plenamente el carácter planificado de las acciones de los terroristas, su cuidadosa preparación y el apoyo financiero de los organizadores del crimen». El CIR dijo que tienen pruebas de las relaciones de los terroristas con los ultranacionalistas ucranianos, herederos ideológicos de Stepan Bandera y el filonazismo que se desplegó durante la Segunda Guerra Mundial.

En ese sentido hay algunas perlas del especialista en temas de Oriente brasileño Pepe Escobar que resultan reveladoras. Por un lado, algo ya detectado por Vladimir Putin en su discurso posterior al ataque, en occidente medios y dirigentes se apuraron a señalar a extremistas del grupo ISIS-K como autores. El Estado Islámico del Gran Jorasán (Khorasan en inglés) se autoproclamó de inmediato como autor del golpe y lo centró en viejas rencillas contra los rusos tanto en los países exsoviéticos como en Siria, donde la intervención de Putin fue esencial para sostener a Bashar al Assad. Pero como apunta Escobar, resultaría extraño que un musulmán creyente cometiera semejante acto justo en el Ramadán.

Por otro lado, hay una cadena de «casualidades» concurrentes en torno a ese ataque. El viernes por la mañana el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov había advertido que «Rusia no puede permitir la existencia en sus fronteras de un estado que tiene la intención de arrebatarle Crimea».  Horas más tarde una fuente occidental afirma que tropas regulares de Francia, Alemania y Polonia se alojan en escuelas al sur de Kiev. A la noche se produce la balacera en un local atestado de personas que iban a ver al grupo de rock Piknik.

Otros detalles adicionales. El mensaje en el que EE UU y el Reino Unido justifican que le avisaron a Rusia del inminente atentado en Moscú, con fecha 7 de marzo, era para los ciudadanos de esas nacionalidades y según el gobierno ruso, no hubo ninguna otra información adicional. Por otro lado, el complejo Cocus City Mall pertenece a un magnate (oligarca se dice cuando es ruso), Aras Iskanderovich Agalarov, oriundo de Azerbeiyan y uno de los 50 personajes más ricos de la Federación Rusa.

Lo que resalta de la familia Agalarov –el hombre tiene 68 años y va dejando sus negocios en manos de su hijo Emin Arazovich Agalarov, quien funge también como cantante – es su visión para los negocios. Así armaron un proyecto para construir una Torre Trump en Moscú que poco faltó para erigirse. Pero luego pasaron cosas en Estados Unidos y en la carrera del dueño de la marca, Donald John Trump, que como quien no quiere la cosa devino en aspirante a inquilino de la Casa Blanca.

Fue así que los Agalarov saltaron a la fama en la campaña electoral de 2016 cuando el The Washington Post contó que fueron el nexo entre Putin y Trump, con quien venían haciendo negocios desde tiempo atrás. En 2013 habían llevado a Moscú el certamen Miss Universo, uno de los emprendimientos del empresario estadounidense. El concurso se hizo precisamente en el Crocus City Hall. Las fichas, ahora, están en ese mismo lugar, Trump compitiendo con Joe Biden por otro período en el Salón Oval. ¿Todo tiene que ver con todo?  «