Los últimos tres años de Arcoíris fueron buenos. Llegó con seis años desde La Rioja a la Ciudad de Buenos Aires, en 2022, y se armó de un grupo de amigas y compañeras de la escuela con quienes compartía algunas actividades extraescolares. Esa tranquilidad se quebró este miércoles 17 de diciembre, cuando una patrulla policial irrumpió en su casa a las 7 de la mañana, para llevársela de regreso a La Rioja.

Tras el pedido de la jueza riojana Ana Carla Menem, el juez nacional de primera instancia del juzgado 106, Adrián Hagopian, levantó (sin pruebas) la restricción que tenía el progenitor y obligaron a la nena regresar a la casa y a la familia donde fue abusada desde los 2 años

La escena, pesadillesca, se repite una y otra vez en los casos de revinculación: entra la policía, patea las puertas, ingresa al domicilio y se llevan a lxs niñxs que manifiestan que no se quieren ir. Pero se los llevan igual, con la alguna orden judicial en la que jamás cuenta la voz de las víctimas.

Un procedimiento más que irregular

La nena, que está cerca de cumplir 10 años, manifestó al personal de la Dirección de la Niñez, incluso en el momento que se la estaban llevando, que no quería irse, que quería quedarse con su mamá. Sin embargo, se la llevaron igual en un procedimiento “plagado de irregularidades”, según denunció la Mesa de Justicia por Arcoíris.

“No se tomó en cuenta la opinión de la niña, quien en reiteradas oportunidades manifestó su voluntad de no mantener contacto con el progenitor ni con el abuelo; no se tuvo en cuenta que la niña en distintas instancias con cuerpos técnicos especializados dio cuenta de las situaciones de violencia sexual ni se abordó con la niña en alguna instancia  antes de esta revinculación forzada”, agregan. También relatan que “hasta el último minuto de esta mañana, Arcoiris pidió a todas las fuerzas y organismos intervinientes que no la separen de su mamá”. 

 No es la primera vez que obligan a la nena a vincularse con la familia paterna. Desde que tenía dos años manifestó haber sufrido abusos por parte de su abuelo paterno, José Vergara, conocido en el ámbito de la justicia por haber sido jefe de despacho de la Secretaría de Justicia de La Rioja.

En ese entonces, su mamá, Delfina Zarranz, pensó que los cambios de comportamientos tenían que ver con que el padre de su expareja era una persona violenta. Sin embargo, tras unas sesiones psicológicas, aparecieron los abusos.

A partir de la denuncia comenzó una persecución contra la mamá de Arcoíris quien no sólo puso la denuncia sino que además intentó proteger a su niña. Incluso, cuando tenía 5 años, luego de una orden judicial, la obligaron a la nena a convivir con el padre de su progenitor durante un año y sin contacto con su mamá. En ese tiempo, la nena volvió a ser abusada. Cuando se lo relató a su mamá, Delfina ni lo pensó y salió de la provincia donde, ya sabía, Arcoiris nunca iba a ser escuchada. 

A pedido de Menem, la justicia de CABA desamparó a Arcoíris

En Buenos Aires se dictaron, con pruebas suficientes, medidas cautelares para proteger a la nena y a su mamá. Entre ellas, una orden de restricción contra el progenitor de Arcoíris y su padre. Esas restricciones fueron levantadas estas semanas por el juez Adrián Hagopian, sin ningún elemento que justifique esta decisión. Salvo la presión de la juez de la Cámara 4 en lo Civil de La Rioja, Ana Carla Menem. 

El caso de Arcoíris tuvo diversas instancias en la justicia riojana. En todas fue revictimizada y su madre resultó perseguida e incluso criminalizada. Fue privada de su responsabilidad parental y buscaron detenerla. En marzo de este año, la Corte Suprema de Justicia de la Nación consideró que la Justicia de La Rioja actuó con “rigor formal excesivo”.

Con la firma de Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz revocó el fallo que obligaba a la nena a la revinculación forzada con la familia donde se cometieron los abusos. También decidieron que todas las actuaciones anteriores sean revisadas por el tribunal de origen.

La orden de restitución con la que la jueza Menem revictimiza a Arcoíris data de hace unos años. Ese pedido, reciclado, es presentado por la jueza el último día hábil, antes de la feria judicial en La Rioja.

Apenas salió ese oficio, el juez levantó la medida y le hizo lugar a la restitución sin comunicarle a la abogada de la mamá de la nena. Es decir, nadie tenía conocimiento. “No hay una explicación lógica para la arbitrariedad de la medida, se retiró una orden que era vieja ni había elementos probatorios”, dijeron desde el entorno de la Arcoíris. 

El miércoles un grupo de mujeres convocó a manifestarse frente a la Casa de la Provincia de La Rioja. Al conocer la convocatoria, la casa cerró sus puertas.