El posible cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán, en respuesta a los bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares, encendió las alarmas en la comunidad internacional. La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, advirtió que esa medida sería «sumamente peligrosa y perjudicial para todos».

«Hay un enorme temor a una escalada bélica y a represalias, especialmente si Irán decide cerrar el estrecho de Ormuz. Eso afectaría gravemente al mundo entero», dijo Kallas este lunes al llegar al Consejo de Exteriores de la UE en Bruselas.

El domingo, un integrante de la comisión de Seguridad Nacional del Parlamento iraní, Esmaeil Kousari, aseguró en la TV pública que se había llegado a la conclusión de que «hay que cerrar el estrecho», aunque la decisión final está en manos del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.

Ubicado entre Irán y Omán, el estrecho de Ormuz conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico y es una vía clave: por allí circula cerca del 30% del petróleo que se transporta por mar en el mundo, y alrededor del 20% del comercio internacional de gas natural licuado (GNL).

El 22 de junio, en la madrugada, Estados Unidos lanzó un ataque con misiles y bombas antibúnker contra instalaciones nucleares en Fordo, Natanz e Isfahán. El operativo se produjo diez días después de que Israel iniciara una campaña de bombardeos contra blancos militares y nucleares en territorio iraní.

Irán, que siempre defendió el carácter pacífico de su programa nuclear, denunció que el ataque viola el derecho internacional y prometió represalias.

La preocupación de China

China también intervino en la disputa. Este lunes, el vocero del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, reclamó a la comunidad internacional que intensifique sus esfuerzos diplomáticos para evitar una mayor desestabilización en Oriente Medio.

“El Golfo Pérsico es una ruta comercial internacional clave. Su seguridad nos incumbe a todos”, señaló Guo. China dijo estar dispuesta a fortalecer el diálogo tanto con Irán como con otros actores involucrados, y actuar para evitar una escalada.

Washington, por su parte, ya pidió a Pekín que interceda ante Teherán. El secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que cerrar el estrecho sería un “error terrible” y un “suicidio económico” para Irán.

Cabe recordar que China es uno de los principales compradores de crudo iraní, que adquiere a precios muy bajos. El Parlamento iraní ya expresó su apoyo al cierre del paso marítimo, aunque la decisión final será del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

Alerta por el precio del petróleo

Cualquier interrupción en esta zona estratégica podría hacer que el precio del petróleo se dispare, con impacto directo en la inflación global y en los costos de bienes y servicios, especialmente en economías altamente dependientes de la energía importada como China, India, Japón y Corea del Sur.

El estrecho, que tiene entre 34 y 90 kilómetros de ancho, representa uno de los puntos neurálgicos del comercio mundial. Su eventual cierre, total o parcial, sería un golpe económico de alcance planetario.

Los precios del barril Brent de petróleo podrían dispararse hasta los 110 dólares de optar Irán por cerrar el estrecho de Ormuz en respuesta a los ataques israelíes y estadounidenses contra su programa nuclear, según pronosticaron este lunes los analistas de Goldman Sachs.

El banco explicó que el escenario descrito contempla un retroceso del 50% en los niveles de crudo que transitan por Ormuz durante un mes y, también, que el flujo permanezca un 10% por debajo de lo normal durante los siguientes 11 meses, según un informe al al que tuvo acceso ‘Bloomberg’.

No obstante, si la infraestructura exportadora de Irán se viera dañada en los ataques con misiles y perdiera una capacidad de 1,75 millones de barriles diarios, el Brent se quedaría en los 90 dólares (78,49 euros).

GS con información de Sputnik y Europa Press