La Unión Europea financiará a Ucrania con un préstamo de 90.000 millones de euros para sostener la guerra los próximos dos años, al tiempo que dejó de lado la utilización de los activos rusos congelados en la Unión, confirmó el presidente del Consejo Europeo, António Costa, después de que los líderes europeos hayan aparcado esta opción por las dificultades aparejadas a este plan.

«Tenemos un acuerdo», señaló el ex primer ministro portugués en un mensaje en redes sociales, tras 16 horas de cumbre europea en Bruselas marcada por las diferencias sobre recurrir a la liquidez de los activos inmovilizados por las sanciones de la UE para un potencial «préstamo de reparación».

En rueda de prensa tras la cumbre, Costa explicó que la Unión «se reserva el derecho de hacer uso de los activos inmovilizados para reembolsar este préstamo». Por todo ello, afirmó que la decisión supone una «contribución crucial» para lograr una paz justa y duradera en Ucrania al reforzar a Kiev en la mesa de negociación y enviar el mensaje a Rusia de que tiene que trabajar en una solución pacífica a la guerra.

Según el presidente del Consejo Europeo este préstamo aportará los medios necesarios a Ucrania para mantenerse en la batalla, por lo que, con este paso, aunque no sea a través del uso de los activos rusos, la UE manda el mensaje a Rusia de que no flaqueará su apoyo a Kiev.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, explicó que los líderes europeos optaron por ayudar a Ucrania en sus necesidades urgentes a través del «endeudamiento de la UE en los mercados de capitales».

La jefa del Ejecutivo europeo detalló que la UE empleará la fórmula de la «cooperación reforzada» a 24, sin contar con Hungría, República Checa ni Eslovaquia, que no participarán del plan, estará respaldada por el margen del presupuesto de la UE. «De manera similar al préstamo de reparaciones, y esto es muy importante, Ucrania solo tendría que devolverlo una vez que reciba las reparaciones», señaló.

Uno de los más efusivos en esta salida fue el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien en una reunión bilateral por la mañana con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, defendió que la Unión «debe apoyar financieramente» a Ucrania «por razones morales, por razones de justicia y también porque es legal».

Bajar un cambio  

Los líderes llegaron a la cumbre en Bruselas con diferencias sobre recurrir a la liquidez de los activos inmovilizados por las sanciones de la UE para un potencial «préstamo de reparación». Durante la cita maratoniana, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE no pudieron salvar las diferencias por los riesgos asociados a la operación propuesta por la Comisión Europea y que la mayoría de líderes respaldaba como la única viable sobre la mesa.

Preguntados por el fracaso de la propuesta que públicamente apoyaban, Costa adujo que lo «relevante» era lograr el objetivo de garantizar las necesidades financieras de Ucrania para 2026 y 2027, y reconoció que la iniciativa para usar los activos rusos era «compleja desde el punto de vista jurídico, técnico y financiero».

En el transcurso de la reunión, a las dudas expresadas por Bélgica se habrían sumado otros países, pese a que durante buena parte del encuentro el foco estuvo puesto en el uso de los activos rusos congelados, mientras la Comisión Europea negociaba en paralelo con Bélgica una propuesta de conclusiones que encajara con las exigencias del Ejecutivo de Bart De Wever.

El dirigente belga dijo tras la cumbre que el acuerdo alcanzado por los líderes europeos evita «socavar la seguridad jurídica a nivel mundial», asegurando que usar los activos rusos congelados situaba a la entidad Euroclear «en aguas desconocidas».

«Hoy demostramos que la voz de los Estados miembros pequeños y medianos también cuenta. Las decisiones en Europa no están impulsadas únicamente por las capitales o instituciones más grandes. Son decisiones colectivas, justas y respetuosas con las legítimas preocupaciones nacionales», ha señalado en rueda de prensa.

Del otro lado de la frontera europea,  el presidente de Rusia, Vladímir Putin, consideró que los intentos de apoderarse de activos rusos no son un robo, sino un atraco. «El robo no es una definición correcta. El robo es una sustracción secreta de propiedad. Pero en nuestro caso lo intentan hacer abiertamente. Esto es un atraco», afirmó el presidente durante el programa televisivo ‘Resultados del año con Vladímir Putin’.

Tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania en febrero de 2022, la Unión Europea y el Grupo de los Siete inmovilizaron activos rusos por valor de 300.000 millones de euros. Unos 200.000 millones de euros se encuentran en la UE, básicamente en las cuentas del depositario Euroclear.

El titular de la cancillería rusa, Serguéi Lavrov, advirtió con consecuencias a los países occidentales si confiscan los activos rusos y subrayó que el Gobierno ruso responderá simétricamente con los activos occidentales congelados en Rusia.

El 12 de diciembre, los embajadores de los 27 países miembros de la UE aprobaron la propuesta de inmovilizar los activos rusos indefinidamente, en vez de renovar dicho embargo cada seis meses como hasta ahora. Dicha medida allana el camino para el uso de estos fondos en la reconstrucción de Ucrania, si se llega a un acuerdo al respecto.

El lunes pasado, el Tribunal de Arbitraje de Moscú recibió la demanda del Banco Central de Rusia contra Euroclear. El regulador bancario ruso reclama 18 billones de rublos (más de 225.700 millones de dólares al cambio actual) en daños y perjuicios derivados del embargo de sus activos.

En la madrugada de este viernes, tras una cumbre de los líderes de Estados de la UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que el bloque se reserva la opción de utilizar los activos de Rusia inmovilizados en suelo comunitario para financiar el préstamo a Ucrania.

ALG con Europa Press y Sputnik