En 1934, luego de haber padecido la cárcel del fascismo, llegó a la Argentina Gino Germani, quien en estas latitudes sería un impulsor de las Ciencias Sociales y una figura protagónica en la fundación de la Facultad de Sociología. Aquí  produjo mucho material teórico y tuvo una intensa vida académica.

En 1966, el golpe de Estado de Onganía lo obligó a emprender un nuevo exilio, esta vez  en los Estados Unidos. Finalmente, en 1975  regresó a su país natal.

En sus mudanzas llevó con él su biblioteca y el gran archivo que fue produciendo a lo largo de su vida, el cual permaneció en Italia hasta que un grupo de instituciones argentinas gestionó la repatriación de este material, gran parte del cual fue producido en Argentina, donde Germani tuvo un protagonismo y un prestigio mayor que en su país natal.

Todo este material, que estaba alojado desde 2004 en La Fundación Ugo Spirito y Renzo Felice en Roma, luego de su regreso a la Argentina será alojado en el Instituto de Investigaciones  Gino Germani de Argentina que dirige Martín Unzué.

La repatriación de este material, según subrayan tres de los involucrados en el proyecto con quienes dialogó Tiempo Argentino fue posible gracias a la ayuda solidaria y a la articulación de diversas instituciones  tanto de Argentina como de Italia: el Instituto de Investigaciones Gino Germani, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA a través del Programa de Estudios Sociales y Políticos entre Italia y Argentina, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) , el Instituto Italiano de Cultura, la Agencia Nacional de Promoción Científica  y Tecnológica. Sin el apoyo de esas articulaciones –remarcan- un proyecto como este sería inviable. Aun así es muy difícil, pero sin esta colaboración  habría sido  imposible.

“Germani –afirma Unzué- fue uno de los fundadores de la Sociología en Argentina, estuvo muy involucrado con el surgimiento de la carrera en el año 58 en pleno proceso de renovación de la Universidad, particularmente de la Universidad Nacional de Buenos Aires, y del surgimiento de las Ciencias Sociales. En ese mismo año se crean las carreras de Antropología, de Economía  que en ese momento era Economía política, y de Sociología. Por una vinculación con Risieri Frondizi , Rector de la Universidad de Buenos Aires, es designado para estar al frente de la carrera de Sociología.”

Y agrega: “Dentro del archivo que llevó consigo hay una serie de documentos dentro de los que hay de todo: clases, correspondencia, documentos y escritos inéditos. Eso es lo que estamos repatriando. Luego de la muerte de Germani este material queda a cargo de sus hijos, luego es depositado en una fundación italiana por una cuestión de conocimiento de quienes poseían el material, pero no por una cuestión de afinidad temática. Queda en custodia y un poco abandonado en esta fundación.  Hace unos años, un grupo de investigadores del Instituto tomó contacto con esos materiales, estuvo trabajando con ellos, hizo algunas visitas para ver de qué se trataba y para alimentar parte de sus investigaciones. Como nuestro Instituto lleva su nombre en homenaje al que jugó en las Ciencias Sociales en la Argentina y particularmente en la Sociología, empezó a considerarse que ese material venga a la Argentina y quede en el Centro de Documentación de nuestro Instituto de Investigación.  A raíz de esto, se produjo una donación del hijo de Gino Germani al Instituto y ahora estamos en el proceso de repatriación del archivo documental.”

Según lo informa el director del Instituto de Investigaciones Gino Germani de Argentina El archivo es muy voluminoso y estuvo guardado durante mucho tiempo en unas valijas en un sótano. Los investigadores del Instituto a su cargo  estuvieron ahí trabajaron con parte de ese material, se hizo alguna digitalización precaria para tener una idea general de lo que había. “Hay mucha correspondencia interesante –afirma-, que no se sabía que estaba y que nunca fue editada. Pero la verdad es que cuando llegue todo  el archivo -la primera parte llegó el martes 11 de mayo- y comencemos con el verdadero trabajo de digitalización, con mucha calidad, porque nuestra idea es que ese material quede en nuestra web para que esté disponible para los investigadores de Argentina y de otros lugares del mundo, vamos a hacer una clasificación minuciosa de lo que hay. Estábamos en condiciones de repatriar este archivo en abril el año pasado,  pero con la pandemia se suspendió todo. Ahora contamos con el apoyo de la Embajada Argentina en Roma. Tanto el embajador como la Secretaria de Cultura estuvieron ayudándonos en el envío. Calculamos que en el curso de este mes tendría que llegar todo, aunque esto está sujeto a la evolución de la pandemia tanto en Italia como en Argentina. Luego de un año de espera queremos ver si los documentos necesitan algún tratamiento antes de comenzar a catalogarlos y escanearlos, una tarea que iremos haciendo a lo largo de un año. Para los institutos de investigación es muy importante recuperar archivos que permiten hacer estudios más completos de la obra de académicos de la talla de Germani. En sus papeles personales hay  una serie de referencias a sus lecturas, a sus textos, que van a permitir esclarecer algunos puntos de sus posicionamientos, de su formación y de sus enseñanzas. Es mucho el trabajo que va a poder realizarse para las Ciencias Sociales a partir del acceso a esos documentos que aquí serán puestos en valor”

Por su parte, Julián Rebón, Secretario de Posgrado de Investigación de la Facultad de Ciencia Sociales de la UBA,  destaca que  Germani fue un pionero no solo en la creación de la Facultad de Sociología, sino también en la creación de la Asociación Latinoamericana de Sociología, promovió debates acerca de la realidad latinoamericana y dejó nuestro país no por elección, sino por los procesos represivos que acontecieron aquí. “Recuperar ese patrimonio –afirma- es terminar con ese exilio forzoso.” Y respecto de la figura de Germani, agrega: “En los últimos años hay un renovado interés por su obra en Argentina y en América Latina. El Instituto de Investigaciones Gino Germani es una referencia. Germani fue un pionero en la tarea de tratar de comprender nuestra sociedad para transformarla en una mejor. Recuperar ese archivo es un poco recuperar nuestra historia para trabajar mejor en este presente.”

Destaca también la labor realizada por Ana Grondona, investigadora del CONICET por el Instituto Gino Germani y de Esteban de Gori,  investigador del CONICET y del mismo Instituto  y uno de los coordinadores del  Programa de Estudios Sociales y Políticos entre Italia y Argentina.

Grondona cuenta que entró en contacto con el fondo Gino Germani en 2014, cuando estaba haciendo una investigación en Roma. A partir de los distintos viajes que hizo para consultar el fondo se fue construyendo una relación con la gente de la institución donde se encontraba el archivo, la Fundación  Ugo Spirito y Renzo Felice en Roma. “Luego –cuenta- con otros compañeros del Programa de Estudios para Italia en la Argentina de la Facultad de Ciencias Sociales, sobre todo con Esteban de Gori,  con las autoridades del Instituto Gino Germani y de la Facultad fui construyendo, tanto en Argentina como en Italia,  las redes institucionales para que la utopía de traer el archivo de Gino Germani a la Argentina se hiciera realidad.”

“En Italia – prosigue- hay un intelectual muy interesante, Pasquale Serra, que está muy enamorado de la Argentina y fue quien me abrió por primera vez la fundación donde está el archivo. Él estaba custodiando estos documentos, trabajando con ellos. Pero en Italia, Germani no tuvo tanta relevancia intelectual, por lo que es un fondo que estaba allí casi desperdiciado. Él nos  habilitó la posibilidad de acceder a él y nos ayudó a hacer toda la trama institucional super compleja  en Italia. También aquí, en Argentina, la concreción del proyecto tuvo su complejidad porque hubo que encontrar el financiamiento que lo hiciera viable. Yo no tenía una responsabilidad institucional antes del proyecto, sino que como investigadora independiente me enganché con él y fui encontrando socios y socias para hacerlo viable.”

“Es un verdadero tesoro” dice refiriéndose al archivo. Nos va a completar y complejizar el perfil de Germani, Él era una figura muy central en su época, tanto para América Latina como para las Ciencias Sociales globales y ese archivo es la ventana de entrada a ese mundo, a todas esas redes. Él mantuvo correspondencia con intelectuales muy relevantes de su época como Pablo  González Casanova, con profesores de Harvard, con Cardoso, con Quijano y con otros personajes que hoy en las ciencias sociales no se recuerdan tanto pero que en su momento fueron de primera línea de la Sociología. En muchos casos conservó las ponencias de estas figuras en congresos e intercambios que tuvo con ellos, por lo que el fondo es una forma de armar un rompecabezas que tiene que ver con Germani, pero que lo excede.”

Según relata Grondona, la de  Germani es una figura controvertida. Ella misma, cuando empezó a trabajar con sus materiales “tenía más prejuicios que conocimientos, porque en la carrera el fondo es muy poco leído.”

Y agrega: “Pero poco a poco me fue sorprendiendo por su profundidad y complejidad en relación con la caricatura muy simplificada que hay de él y que lo muestra como un mero importador de las teorías de la modernización de la sociología norteamericana. Siguiéndolo y accediendo a algunos materiales del fondo como sus escritos antifascistas, lo que aparece es algo mucho más interesante y más complejo que eso. Aparece un sociólogo que estuvo obsesionado por el tema de la democratización,  de la modernización y de la libertad. En este sentido el fondo para mí fue un hallazgo porque me permitió ver cómo esas preguntas se iban retraduciendo en distintos momentos de su vida y de su camino intelectual , desde la cosa más juvenil milititante del antifascismo de los círculos italiano-argentinos acá, a sus últimos años en Harvard y en Nápoles donde continúa trabajando en las cuestiones de la modernidad  y la libertad, las tensiones , la posibilidad de  una democratización real de nuestras sociedad y de la tensión que eso tiene respecto de procesos económicos, del proceso de secularización de las sociedades. En ese momento era un autor menos optimista respecto de estos procesos, pero también más profundo en su reflexión.”

Según la “caricatura” a la que se refiere Grondona, Gernani asimilaba el peronismo al fascismo “pero, paradójicamente, desarrolló una teoría muy densa de por qué ambas cosas no son homologables. Él era antiperonista y, a diferencia de otros intelectuales antifascistas con los que compartía su círculo, como Oscar Varsavsky o Rolando García, él no tiene ese momento de revisión tan claro del peronismo, ese momento de arrepentimiento. Solo lo tiene parcialmente, mientras que otros intelectuales como los mencionados revisan más críticamente su antiperonismo juvenil. Pero Germani siempre distinguió dos cosas respecto del fascismo y el peronismo. Siempre subrayó que la base que había apoyado al fascismo eran los sectores medios que habían sido movilizados por la modernidad, ya habían accedido a los derechos políticos y económicos  y que se asustaron frente a los procesos de democratización a que los sectores populares accedieron masivamente. Germani entiende desde muy temprano que el peronismo es el proceso de movilización de los sectores populares. La otra diferencia que reconoce y que me parece de una gran honestidad intelectual dado que era antiperonista, es que los sectores medios europeos eran mucho más irracionales que los sectores populares argentinos porque esos sectores medios finalmente no se habían visto beneficiados por el fascismo. Habían sido engañados con sustitutos. En vez de mejorarles la vida, le proponían el racismo, la jerarquía que los hacía sentir más poderosos pero que no resolvía sus tensiones. Por el contrario, el peronismo sí había sido una expresión de libertad para los trabajadores en sus vidas cotidianas,  Luego dijo que esa experiencia había sido limitada y no todo lo democrática que tendría que haber sido, pero el reconocía las dos diferencias y las subrayaba. Germani nunca fue peronista, pero siempre fue muy cuidadoso en distinguir peronismo de fascismo y en valorar la experiencia de libertad que el peronismo había sido para los sectores populares.”