A partir de agosto comienzan a cruzarse dos líneas de alta tensión en el Congreso. Por delante de la agenda parlamentaria y los frágiles pactos transitorios para alcanzar mayorías, comienzan a pasar los malheridos de los pactos electorales fallidos. Los que quedan adentro frente a los que pueden quedar afuera desde el 10 de diciembre y comienzan a perder chances desde estas semanas, porque el calendario de las elecciones legislativas del 26 de octubre se entrevera con la dinámica de las dos cámaras legislativas. Para evitarlo reducen su dinámica y cada espacio se enfoca a las demandas de la campaña. La sesión de Diputados de este miércoles, que registró 12 derrotas para el oficialismo, anticipa que el segundo semestre de este año electoral de medio término no será parecido a los anteriores.
En agosto hay dos momentos que definirán la recta final a las elecciones legislativas del 26. Este jueves 7 venció el plazo para la inscripción de las alianzas que competirán en octubre, en una elección de medio término que estrenará la Boleta Única de Papel. El próximo domingo vence el plazo para la inscripción de las candidaturas. La ultima sesión de la Cámara Baja comenzó después del mediodía del miércoles y terminó después de la medianoche con una demostración alarmante para la Casa Rosada. El oficialismo perdió el control de la agenda parlamentaria de las dos cámaras del Congreso. Fue una docena de votaciones negativas para los intereses del gobierno y se plasmaron antes de las últimas horas del cierre de alianzas. Para octubre el peronismo competirá en 16 provincias con la interna medianamente controlada. Del otro lado de la hiperpolarización el PRO comenzó a quedar debajo de la marca de la Libertad Avanza en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Por fuera del principal antagonismo, quedó un angosto camino del medio, con ansias de ensanchamiento, impulsado por cinco gobernadores que lanzaron Provincias Unidas. El entramado es sostenido por el santafesino Maximiliano Pullaro (UCR), el jujeño Carlos Sadir (UCR), el cordobés Martín Llaryora (PJ no kirchnerista), el santacruceño Claudio Vidal y el chubutense Ignacio Torres (PRO). El armado tuvo una expresión importante en la provincia de Buenos Aires, con la inscripción de Somos Buenos Aires, como polo de atracción de los malheridos que formaron parte de Juntos por el Cambio y del PRO, que no acuerdan con pintarse de violeta.
En el cierre de alianzas del 7 se sumaron acuerdos provinciales de LLA con gobernadores radicales que cerraron en Mendoza y Chaco, pero con una crisis potente en la UCR cordobesa, que marcó una inflexión para la carrera política del diputado Rodrigo De Loredo. Es titular de la bancada radical y se bajó de la interna provincial que se iba a celebrar este domingo. Prevaleció la lista encabezada por Ramón Mestre, que enfrentará al cordobesismo peronista pero también a los libertarios. De Loredo debería suspender su afiliación al partido para buscar otro espacio. Milei cerró un acuerdo con el Frente Cívico del actual senador Luis Juez para competir en Córdoba. ¿Entrará De Loredo en esa alquimia que diseña Karina Milei? Si aplica el 75% violeta y el 25% para el PRO que están utilizando para candidaturas porteñas y bonaerenses, entonces el legislador podría afrontar el mismo padecimiento que sufren los integrantes del bloque Liga del Interior, donde están los seis radicales «con peluca», que dejaron el bloque orgánico y formaron un interbloque con LLA. Sólo fue la formalización de un apoyo que viene desde los «87 héroes» que reivindicó Milei cuando consiguió blindar el veto a la ley de financiamiento universitario del año pasado. El problema para esos entusiastas aliados del gobierno, es que comenzaron a confirmar que LLA está dispuesta a prescindir de ellos en las listas de candidatos. O relegarlos a puestos donde corren el riesgo de no renovar. No es lo que le sucederá a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, cada vez más cerca de encabezar la lista de candidatos a senadores por LLA, con el PRO adentro, en la Ciudad de Buenos Aires.
Sólo falta una semana para el cierre de candidaturas. Por eso no habrá una sesión en la Cámara Baja en los próximos días, pero la apuesta opositora estará concentrada, a partir del lunes 18 de agosto, en tratar de recibir y canalizar el descontento de los malheridos del cierre de listas para octubre, es decir, sumar votos que hasta ahora no habían conseguido en las últimas pulseadas.
En el caso de Provincias Unidas, los voceros de sus gobernadores hablan de un bloque con ese nombre a partir del 10 de diciembre. Pero la expresión de esas aspiraciones electorales arrancaron desordenadas en la última sesión y sólo los legisladores que responden a Pullaro y Llaryora jugaron más a fondo, aunque los cordobesistas dejaron de prestarle sus votos al gobierno desde hace poco. «Nos enteramos por los medios, no hubo ninguna comunicación para articular con los bloques, es una cáscara», se quejó un importante legislador que integra uno de los bloques afines a la estrategia de la angosto camino del medio. El entusiasmo que venden los cinco gobernadores no se condice en Diputados y tampoco en el Senado. En ambos recintos se expresó el peso de los 24 mandatarios, decididos a conseguir la sanción veloz de la redistribución de los Aportes del Tesoro Nacional y de la recaudación del Impuesto a los Combustibles Líquidos. Fueron aprobados por el Senado el 10 de julio, en una sesión ordinaria impulsada por la oposición y este miércoles la Cámara Baja tuvo dos votaciones para que los giros sean tratados la semana próxima para dictaminar. Podrían llegar al recinto después del 17, cuando ya se hayan cerrado las listas de los nombres para cada escudería.
El cambio de clima en las dos cámaras le permitió al peronismo retomar la iniciativa política después de momentos críticos, marcados por la agudización de la interna bonaerense para los comicios del 7 de septiembre, el desdoblamiento que decidió el gobernador bonaerense y la prisión domiciliaria de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Semejantes tironeos no hicieron crujir el bloque de Unión por la Patria en la Cámara Baja, mientras asoma la figura del diputado Máximo Kirchner como candidato de Fuerza Patria en la provincia, como parte de un trabajoso acuerdo con el axelismo.
En las votaciones más importantes de la última sesión en Diputados comenzaron a expresarse desacuerdos notorios. La exgobernadora María Eugenia Vidal votó a favor de la emergencia pediátrica para hospitales como el Garrahan. Al mismo tiempo anunció que no sería candidata por su desacuerdo con el pacto de LLA con el PRO. La ley de financiamiento universitario tuvo abstenciones inesperadas, que podrían haber sido rechazos, como Ricardo López Murphy y ausencias, como Silvia Lospenatto, del PRO. Casi todo el radicalismo apoyó la ley de financiamiento y los que faltaron fueron cuestionados en sus provincias. Comienzan a superponerse debates parlamentarios que pueden afectar al gobierno en las elecciones.
Para la próxima sesión en Diputados la oposición, integrada por los bloques de UxP, Democracia por Siempre, Encuentro Federal, Coalición Cívica y FIT, planean tratar el veto presidencial a la ley de emergencia en discapacidad, al aumento jubilatorio y a la nueva moratoria previsional. Algunos hablan del 20 de agosto y quieren sumar los dictámenes que están motorizando los 24 gobernadores. Para entonces las heridas del cierre de listas del 17 seguirán sin cerrar. Pueden originar nuevas mayorías que refuercen y prolonguen la pérdida del control de la agenda parlamentaria que afronta la Casa Rosada, con consecuencias electorales imprevisibles por la sensibilidad social de los temas que están en juego.