El fin de 2023 e inicio de 2024 trajo aparejado la invasión de mosquitos, y con ella todo un mundo alrededor, desde el económico hasta el natural.

Mientras crecían la presencia, lo que surgió fue un brutal aumento de precios en los repelentes, superior al 90% en menos de un mes. Hoy ya cuestan de 2000 hasta 12.000 pesos, con un promedio de $6500. Eso siempre y cuando se consiga, porque este diario pudo comprobar en recorrida por microcentro porteño, Palermo y el partido de San Martín, y es casi imposible encontrar pastillas contra los mosquitos o espirales. Solo el insecticida que «mata moscas y mosquitos».

Este domingo Tiempo publicó una nota a Sylvia Fischer, investigadora del Conicet en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires y en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Las especies que estamos teniendo ahora, que generan este pico de abundancia y de molestia en las personas, son especies de ‘mosquitos de inundación’ (Aedes albifasciatus en la jerga de laboratorio). Se crían en lugares que están sujetos a un régimen de inundación–sequía–inundación; en zonas donde hay mucho charquerío como pueden ser Lobos o Cañuelas», relató.

Y acotó «Las hembras ponen los huevos y por la sequía se van acumulando. Cuando finalmente llueve, los terrenos se inundan y todos los huevos eclosionan sincrónicamente. Las larvas se desarrollan y ya adultos salen a picar para buscar esa fuente extra de proteínas que es la sangre. Es drástico porque son muchos mosquitos que salen a picar todos juntos de un día para el otro. Hay que aclarar que no es un fenómeno solo de la Región Metropolitana de Buenos Aires (CABA + partidos bonaerenses) sino de toda la región húmeda del país. Es como si toda la región en este momento estuviera metida en una nube de mosquitos”.

Repelentes abastecimiento precio dengue

–¿Qué se puede hacer?

–Lo único que podemos hacer es esperar a que pase. El uso de repelentes no es cien por ciento efectivo para estas especies de mosquitos, que suelen ser muy ávidas de picar aún en presencia de repelente. Por supuesto que hay ciertos recaudos como limitar las actividades al aire libre o mantener el pasto corto, pero no mucho más. En el caso del mosquito que transmite el dengue (el Aedes aegypti), que tiene un comportamiento más sutil, sí podemos incorporar un montón de hábitos porque es un bicho que se está criando en nuestras casas. Tenemos que evitar dejar recipientes con agua, revisar las rejillas, limpiar las canaletas de desagüe. Volviendo al mosquito de inundación, la verdad es que no tenemos estrategias para evitar estos picos de abundancia.

Fuerza natural

Ante la escasez y enormes precios de los repelentes y pastillas, las opciones naturales surgen como alternativa, claro que para aquellas personas que puedan afrontarlas.

Por un lado especialistas marcan que los jabones o productos de cuidado personal con coco suelen ser más eficaces que aquellos con aroma frutal.

También está el aguaribay, un árbol nativo del norte y centro de la Argentina, que puede encontrarse con facilidad en veredas y parques de la Ciudad y el Conurbano bonaerense.

El Schinus molle, conocido como molle o pimentero, puede alcanzar los ocho metros de altura y se caracteriza por sus pequeñas hojas alargadas y sus frutos rojizos, que pueden utilizarse como pimienta.

El aguaribay fue considerado como un árbol sagrado en la cultura inca y aún es apreciado por la enorme multiplicidad de usos que brinda, tanto con sus hojas, como su cortezas y sus frutos: por ello era plantado a lo largo de los caminos del imperio del Altiplano, según relata un artículo de Noticias Argentinas.

Añade: «Esta especie puede utilizarse para realizar un brebaje para el sistema urinario, para curar llagas y eliminar la sarna: reconocidos personajes históricos como Garcilaso de la Vega, Félix de Azara y Manuel Belgrano destacaron algunos de estos usos en distintos libros o cartas».

Pero ahora volvió a escena por otro de sus beneficios: ser un repelente natural de mosquitos, razón por la cual su sombra es utilizada como lugar para descansar.

Sugieren tomarse algunas hojas de aguaribay y frotárselas por la piel, aunque también puede confeccionarse un líquido al macerarlas con alcohol y aplicarlo con un rociador.

Según explicaron, esta especie posee una serie de aceites esenciales y alcaloides, como el terpineol y el felandreno, que son repelentes naturales de mosquitos, incluido el Aedes Aegypti, vector del dengue.

Tipo de sangre y raqueta antimosquitos

Otro furor pasajero es el de las raquetas antimosquitos. Estos productos se convirtieron en furor de ventas en las plataformas de comercio virtual frente a la escasez de repelentes e insecticidas y sus elevadísimos precios y ante la plaga de mosquitos.

Las más baratas pueden conseguirse por alrededor de 8 mil pesos y hay versiones que funcionan tanto con pilas como recargables vía USB. Estos dispositivos cuentan con una triple malla metálica y la del medio es la que brinda una pequeña descarga que es letal para los mosquitos y otros insectos.

Otro tema es por qué hay personas a las que le pican más que a otras. En el mundo (excepto en la Antártida) hay más de 2.500 variedades de mosquitos. Se lo considera el ser vivo más mortífero de la actualidad: es responsable de la muerte de más de 725.000 personas por año.

Los mosquitos se sienten más atraídos por aquellos sujetos con niveles más altos de ácido láctico en la piel (especialmente cuando sudan). El ácido láctico les ayuda a identificar a las personas con sangre tipo O. Este tipo de sangre les proporciona una mejor nutrición comparada con los tipos A o B. Es decir, quienes tengan sangre tipo O es más probable que sean blanco de los mosquitos el doble de veces que los individuos con otros tipos de sangre.

El 85% de la probabilidad de ser picado por un mosquito se debe al factor del tipo de sangre determinado por las sustancias químicas naturales que libera la persona. 

Foto: EID Mediterranee – AFP
La situación del dengue

Mientras se diluye de a poco la presencia del «mosquito de la inundación» el que cobra mayor presencia es el Aedes Aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya.

Durante el año pasado se registraron 128.129 autóctonos, y 71 fallecidos, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación.

Desde noviembre ya superan los 4000 casos, y hubo confirmados de dengue autóctono (sin antecedentes de viajes) en Capital Federal, Buenos Aires, Santiago del Estero, Santa Fe, San Luis, Córdoba, Jujuy, Catamarca y Salta.

Esta semana ya se notificaron tres muertes por dengue en Corrientes.

Casi una de cada 20 personas que se enferman con dengue presenta dengue grave o hemorrágico, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)

El dengue grave es un tipo de enfermedad más serio que puede causar shock, hemorragia interna e incluso la muerte. Y es más probable que una persona presente dengue grave si ya tuvo una infección por dengue anteriormente. Los bebés y las mujeres embarazadas tienen mayor riesgo de presentar dengue grave.

“La detección precoz y el acceso a una atención médica adecuada reducen en gran medida las tasas de mortalidad por dengue grave”, remarca la OMS.

Para saber si una persona ya tuvo dengue, se puede hacer un prueba serológica que detecta los anticuerpos que se han generado. Por eso es clave entender que haber tenido una infección por dengue, incluso sin síntomas, puede aumentar el riesgo de tener un caso grave si la persona se vuelve a infectar.