Mauricio Macri comenzará este miércoles la campaña electoral más corta de su vida. La iniciará en Rosario, Santa Fe, desde un complejo de oficinas ubicado frente al río Paraná. La terminará el próximo 19, en Buenos Aires, cuando el PRO elija al próximo titular del partido. El magnate quiere quedarse con la conducción de la fuerza política que financió y fundó hace 20 años. Para lograrlo reaparecerá esta semana tierra rosarina y lanzará su candidatura para suceder a Patricia Bullrich en el cargo. La presentación cerrará con una foto de familia donde estarán casi todos los jefes provinciales del PRO para tejer una mesa de unidad y con representación federal. Es posible que estén presentes todos los sectores del partido, salvo el exalcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, que ya anticipó su rechazo a entregarle el PRO a Milei.

Macri tiene previsto reunirse con los caciques del PRO a las 17. Será la penúltima escala de la visita santafesina de 24 horas que comenzará en San Nicolás, donde participará de la feria de Expoagro y terminará con el acto conmemorativo por los 36 años de la Fundación Libertad, la organización ultraliberal que preside su amigo, Gerardo Bongiovanni. En ese encuentro ideológico Macri no estará sólo sino acompañado por el extitular del Banco Central, Federico Sturzenegger, que también será destinatario de los homenajes y reconocimientos. Los gestos no serán por su pasado sino por su presente como arquitecto en las sombras (y sin cargo) de la redacción del DNU 70/23 y de la Ley Ómnibus.

Sturzenegger estará con Macri en Rosario.
Foto: Telam

El evento de la Fundación Libertad, que cuenta con un edificio propio en el rosarino Parque España, será posterior a la reunión del PRO, pero también le sumará voltaje a la campaña proselitista. A la foto que se tomará con todos los jefes partidarios, a las 17, se sumará la cita posterior de las 19, donde Macri se dejará fotografiar con Sturzenegger, en un inequívoco gesto de acercamiento con La Libertad Avanza cuando la esperada fusión de ambas fuerzas ha quedado devaluada y en segundo plano, especialmente después de la convocatoria que hizo el el presidente Javier Milei a todos los gobernaadores para firmar un nuevo pacto el 25 de mayo, pero a cambio de que le apruben la Ley Ómnibus.

El expresidente ya casi tiene asegurado el pacto de unidad que le permitirá ser el próximo titular del PRO antes de fin de mes. Le tocará liderar un partido en crisis, atravesado por el tironeo interno con Bullrich. La ministra de Seguridad sigue siendo la principal puerta de acceso del macrismo al gobierno de Javier Milei y no perderá su influencia en el partido, aunque Macri quede con la presidencia del PRO. Bullrich lo hará desde el gobierno como contrapeso de las ambiciones de Macri para concluir con La Libertad Avanza.

Las diferencias entre Macri y Bullrich recrudecen con fuerza y son intermitentes, pero se agudizaron desde la semana pasada, cuando el chubutense Ignacio Torres amenazó con cortar el suministro de petróleo si la Nación seguía pisándole el envío de 13.500 millones de pesos de coparticipación para cobrarle una deuda que no quisieron refinanciarle. Torres es uno de los tres gobernadores que tiene el PRO, pero a sus 35 años se erigió en un nuevo emergente de la derecha patagónica, con el control de un ejecutivo provincial y con amplias chances de construir una carrera presidencial que dispute con fuerza el futuro del partido.

Macri con Vargas Llosa en la Fundación Libertad.
Foto: Presidencia

La crisis patagónica y la irrupción de Torres pusieron a Macri en aprietos. El expresidente buscó negociar con Milei en medio de la tormenta y Bullrich tomó partido por el gobierno. Venía de bajarle el precio al intento del magnate por fusionar al PRO con LLA. Dijo que era un acto de campaña de Macri en vísperas de las elecciones partidarias y cuando arreció la crisis con Torres organizó un pronunciamiento para marcarle la cancha al magnate y rechazar la decisión del chubutense. Ese comunicado sólo contó con la firma de 10 legisladores y decenas de dirigentes territoriales que respaldaron a Bullrich y dejaron al desnudo la agudización de la interna.

La rosca que sostendrá a Macri está basada en un reclamo de los representantes provinciales. Tanto a Bullrich como al expresidente le exigen que dejen de lado el porteñocentrismo y comiencen a mirar la realidad de las provincias. No quieren mas intervenciones y por eso los jefes provinciales respaldarán a Macri siempre y cuando deje de intervenir los territorios. «Quieren autonomia para que no los puedan intervenir a cambio de que Mauricio tenga un espacio desde donde poder accionar y administrar la relación con Milei», anticipó a Tiempo uno de los jefes partidarios que viajará a Rosario.

La idea original es reunir a todos los representantes de partidos que no fueron intervenidos. Son 19, uno menos que los 20 que hace un mes firmaron un comunicado para respaldar las intenciones del magnate. Si todo sale bien, habrá foto de familia y cuando Macri salga empoderado de esa instancia, se abrazará con Sturzenegger.