Mardearena no es solo un disco: es un refugio de sonidos, un espacio donde los valses, los juegos sonoros y los paisajes íntimos se mezclan con dulzura para mecer la vida. Magdalena Fleitas, con más de 35 años dedicada a la música y a la primera infancia, ofrece 13 canciones pensadas para acompañar a toda la familia: un regalo para escuchar, respirar y dejarse llevar, un pequeño universo de calma en medio del ruido cotidiano.
“Este es mi primer álbum destinado a personas de 0 a 100 años. Todos necesitamos música que nos ayude a entrar en la intimidad, en la calma, que nos dé paz y dulzura”, cuenta Fleitas, quien integró educación, arte y salud a lo largo de su carrera, trabajando con familias, maternidad y bebés.
El título surgió de un momento poético: “Una niña en un concierto no pudo pronunciar mi nombre y me dijo ‘Mardearena’. Lo tomé como un regalo para volver a la inocencia de crear sin presiones”, recuerda la autora. Varias canciones hablan directamente a bebés y familias, mientras otras son universales, invitando al descanso y al encuentro con uno mismo.
El disco nació de experiencias concretas. Fleitas compuso algunas canciones durante una gira por Chile, donde acompañó encuentros de mujeres que bailaban con sus bebés. “Ver cómo cada quien aportaba su energía me inspiró a crear canciones que reflejan alegría, juego y la conexión entre generaciones”, explica. De allí surgió «Danzar con mi bebé», el primer tema del álbum, que ya cuenta con videoclip.
Para Fleitas, la música es una herramienta de aprendizaje y crecimiento. “Es importante que los niños vean que los adultos también disfrutan, juegan y comparten. Eso les deja una impronta positiva para la vida”, dice, y advierte sobre el uso de pantallas: “Hay que generar experiencias reales, llenas de amor, movimiento y creatividad, donde los niños vivan y aprendan al mismo tiempo”.
Fleitas subraya que compartir momentos cotidianos, incluso en contextos humildes, es clave. “Sentarse a la mesa, bailar, jugar a las cartas, crear rituales simples, todo eso fortalece vínculos y permite que los niños crezcan con seguridad y alegría”.

Además de su trabajo con la primera infancia, Fleitas mantiene un vínculo especial con el Hospital Garrahan. A lo largo de los años, ha participado en conciertos y talleres destinados a pacientes y familias, llevando su música como herramienta de contención y alegría. “Siempre trato de que los niños y sus familias tengan un momento de juego, canto y calma; es un espacio donde la música se convierte en abrazo”, cuenta la artista, destacando la importancia de acompañar la vida con arte y solidaridad.
En cuanto al repertorio infantil actual, Fleitas propone canciones de calidad, multicolores y diversas en géneros, con letras que enseñen valores y despierten la imaginación, sin caer en contenidos inapropiados. “El arte es alimento para el alma. Los niños merecen recibir propuestas que los nutran y acompañen su desarrollo”, asegura, recordando que la música puede ser una guía para crecer, jugar y descubrirse a sí mismos en cada nota y en cada pausa compartida.
Magdalena Fleitas
Lanzó Mardearena. Disponible en plataformas.