Margaret Atwood cuyo libro El cuento de la criada se convirtió en un ícono feminista en diversos países incluida la Argentina, genera ahora la expectativa de sus lectores con sus memorias de las que se sabe que saldrán bajo el sello Penguin Random House, tendrán nada menos que 640 páginas y la versión en inglés llegará a las librerías el 4 de noviembre.
En 2017 vino Atwood vino a la Argentina y su presencia no pasó inadvertida. Es que la mujer que tiene un aspecto inofensivo y unos rulos canosos a lo Shirley Temple es una luchadora nata que no sólo defiende la causa de las mujeres sino que también enarbola la bandera de la ecología. Además, no le da crédito al mito de la racionalidad humana.
“Como nací en 1939 –dijo- y mi conciencia se formó durante la Segunda Guerra Mundial, sabía que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. Los cambios pueden ser rápidos como el rayo. No se podía confiar en la frase: ´Esto aquí no puede pasar´. En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”.
Atwood es, además de narradora, poeta, crítica y una de las intelectuales canadiense con mayor reconocimiento a nivel internacional.
Su primer libro publicado fue Double Persephone (1961) un poemario al que le sucedieron otros, del mismo modo que novelas y cuentos. Además, también produjo literatura infantil.
En el mismo año en que publicó su primer libro también se doctoró en la Universidad de Toronto. Luego, a lo largo de su vida recibiría numerosos doctorados honoríficos de diversas universidades canadienses y también numerosos premios y reconocimientos por su escritura de ficción. Entre ellos se cuentan dos Booker Prize, el Premio Arthur C. Clarke, el Premio Franz Kafka y el Premio Princesa de Asturias.
Si, como dice García Márquez, la vida no son las cosas que nos sucedieron sino el relato que hacemos de ellas, el libro de memorias que esperan con ansiedad sus lectores permitirá saber no cómo fue la vida de Atwood, sino cómo la interpreta ella, lo que resulta mucho más interesante.
Es que tanto la biografía como la autobiografía también son formas de la ficción. Lo que Atwood prefiere llamar “memorias” tampoco son relatos objetivos porque la memoria tiene momentos en blanco, recuerdos fallidos o inventados e interpretaciones subjetivas.

Atwood por la propia Atwood
Atwood cumplirá en breve 86 años poco después de que sus memorias lleguen a las librerías. Mientras tanto sus lectores esperan y se preguntan qué tipo de libro será El libro de las vidas.
Algún anticipo de lo que será puede leerse en la web del sello que lo publica: “Atwood despliega la historia de su vida, vinculando momentos seminales con los libros que han dado forma a nuestro paisaje literario, desde el cruel año que engendró Ojo de gato hasta el Berlín orwelliano de los años 80, donde escribió El cuento de la criada. En páginas repletas de reuniones bohemias, su mágica vida con el carismático escritor Graeme Gibson y los principales puntos de inflexión políticos, conocemos a poetas, osos, actores de Hollywood y personajes extraordinarios, sacados directamente de las páginas de una novela de Atwood».
La propia Atwood dijo en relación con sus memorias próximas a salir: “Todo escritor es al menos dos seres: el que vive y el que escribe. Aunque todo lo escrito debe haber pasado por sus mentes, no son lo mismo”. Sus palabras no hacen más que estimular la curiosidad respecto de lo que contará de su vida doble de escritora.
Con Trump en la presidencia de los Estados Unidos y su posición negativa respecto de la interrupción voluntaria del embarazo, Atwood no abandona la lucha a la que le dedicó su vida. Tenía apenas 24 años cuando publicó la novela La mujer comestible. En ella satiriza de manera pareja al consumismo y a la misoginia. Hoy dice de esa novela que es proto-feminista, porque antecede al auge del movimiento feminista. Ese libro marcó el comienzo de su militancia a favor de los derechos de las mujeres.

Resulta evidente que Atwood tiene mucho que contar en sus memorias. Como escritora consagrada, muchos de los hechos de su vida se han hecho públicos. Pero estos no son más que datos sueltos. Lo interesante será ver de qué modo los integra y los convierte en un relato de su existencia. Sus lectores esperan con ansiedad ver de qué modo la propia Atwood cuenta la vida de Atwood.