Este suplemento especial es el noveno que produce Tiempo Argentino como proyecto autogestionado. El primero fue el de 2016 y marcó el período fundacional de la cooperativa de trabajadores surgida de un vaciamiento empresarial ocurrido en el interregno entre un proyecto nacional popular en retirada y el inicio de la tercera ola de proyecto neoliberal post dictatorial.

Esta vez no venimos, como en la gestión macrista, a denunciar un vaciamiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, no porque ese objetivo esté ausente de la actual gestión, sino porque con el libertario Javier Milei en el gobierno, el vaciamiento excede largamente el ámbito de los Derechos Humanos ligados a la reparación de los crímenes de la dictadura. Abarca todo, arrasa con todo lo (bien, regular, más o menos) construido a lo largo de 40 años de democracia. Nos lleva a un punto de partida del que la Argentina parece nunca poder despegarse.

Elegimos trazar un paralelismo con la carta abierta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh, aquella en la que, además de denunciar los crímenes atroces y clandestinos de los militares, alertaba sobre la construcción de un modelo de empobrecimiento del pueblo y de brutal transferencia de ingresos al poder económico, que el periodista desaparecido llamó «miseria planificada».

Se trata de dar cuenta de cómo 47 años después de la carta, y a 48 del golpe de Estado, el poder económico vuelve a imponer un modelo de pobreza, de pérdida de derechos y construcción de una narrativa que rompe con los acuerdos básicos de la democracia y la Constitución nacional.

La violencia de los cuarteles cobra otra forma en esta etapa: el disciplinamiento del que  piensa distinto o resiste el avasallamiento de sus derechos se expresa en las calles con la represión de la protesta social, en las redes sociales, en la palabra presidencial, en el despojo a los más vulnerables, en la estigmatización de las disidencias, en la crueldad del mensaje cotidiano que emana de las usinas oficiales.

El mundo tampoco es un lugar apacible. En este nuevo aniversario del golpe de Estado en Argentina, otro genocidio se consuma en Gaza, como represalia del brutal ataque terrorista de Hamas en Israel. La comunidad internacional asiste a un debate que reedita una especie de teoría de los dos demonios: quién empezó primero, qué muertos son más valiosos, cuántas víctimas cuenta cada uno.

Con este especial volvemos a la Plaza de Mayo. Son momentos duros también para los medios de comunicación. Al cierre de este especial, los y las trabajadoras de la agencia Télam seguían con su lucha contra el cierre de la agencia nacional de noticias, se conocían los despidos en el canal América TV, y un sin fin de proyectos comunicacionales alternativos daban cuenta de una situación de ahogo financiero sin precedentes.

El colectivo de Tiempo se propone en este contexto un nuevo reencuentro con sus lectores y socios en la plaza que lo vió nacer. Será en Diagonal Norte y Florida y en Avenida de Mayo y Piedras donde funcionarán los puestos donde el público podrá acceder a este contenido.

En resumen: 

-Marchamos este 24 de marzo porque sólo hay democracia con Memoria, Verdad y Justicia.

-Para frenar a un gobierno de ultraderecha que ataca a los sectores más débiles y quiere destruir a los más organizados.

-Porque los derechos laborales se defienden en la calle, junto a los sindicatos.

-Para decir no al programa de miseria planificada de Javier Milei.

-Para decir no al cierre de Télam.

Porque son 30 mil.

Este año más que nunca, nos vemos en la plaza.