El fútbol está más inclusivo que nunca: los calendarios ya no encorsetan las carreras de un jugador. Son tiempos en que el profesionalismo, también el de primer nivel internacional, se manifiesta en una inédita brecha generacional, desde los jóvenes prodigio como el español Lamine Yamal y Franco Mastantuono, ambos de 17 años, hasta Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, que se encaminan a participar en el Mundial 2026 con 38 y 41 años, respectivamente. La vigencia ya no es cuestión de edad. Hasta no hace tanto, un futbolista de 30 años era considerado un veterano, alguien a quien el retiro lo tenía en la mira.
Este domingo en Alemania, la España de Yamal y la Portugal de CR7 se enfrentarán en la final de la Liga de Naciones. Habrá un campeón de 17 u otro de 40, edades –por precoces o veteranas– que durante décadas parecieron incompatibles para el deporte de alta competencia. Larga y joven vida al fútbol.
En ese contexto, Mastantuono, el chico de River a punto de ser transferido al Real Madrid por una operación récord para nuestro fútbol –45 millones de euros–, quebró este jueves un récord que tenía 65 años: ser el jugador de la selección argentina más joven en debutar en un torneo oficial. Hasta ahora, la plusmarca estaba desde 1960 en poder de Juan Carlos Sarnari, delantero de River, cuando jugó a sus 18 años en un torneo ya extinto, el Panamericano de selecciones, un cuadrangular que reunía a dos equipos de la Conmebol y dos de la Concafaf. Un asterisco necesario: es cierto que Diego Maradona debutó con 16 años en 1977, pero fue en un amistoso contra Hungría, en la Bombonera. Como César Menotti no lo convocó al Mundial 1978, el estreno oficial del 10 recién sería en la Copa América de 1979, cuando ya había cumplido 18.
Se trata de un fenómeno mundial en un fútbol que, es cierto, cada vez tiene más partidos: antes las Eliminatorias duraban, como mucho, seis partidos. Ahora son interminables carruseles de 18 fechas para la necesidad de la TV. Pero incluso en los duelos más importantes hay chicos que intervienen y brillan.
No sólo Mastantuono
En la consagración europea del Paris Saint Germain ante el Inter, el sábado pasado, el técnico Luis Enrique dispuso a dos chicos de 20 años entre los titulares del campeón: el mediocampista portugués Joao Neves y el delantero francés Désiré Doué, autor de dos goles para el 5-0. Ya en el camplemento, ingresaron dos chicos de 19, Warren Zaire-Emery y Senny Mayulu. En las semifinales de la Liga de Naciones, España apostó el jueves, en medio del histórico 5-4 ante Francia, al debut de un defensor central de 20 años, Dean Huijsen.
Ya en los últimos años, Europa asiste a cómo se rompen varios récords de precocidad en las principales selecciones. Según recordó esta semana fifa.com, Yamal debutó en España con 16 años y 57 días en septiembre de 2023, durante el 7-1 ante Georgia por las Eliminatorias a la Eurocopa 2024. A su vez, el delantero del Barcelona rompió el récord que Gavi, un compañero del Barcelona, ostentaba desde 2021, cuando había jugado con 17 años y dos meses. Pero el dato clave para entender cómo el fútbol comenzó a extenderse hacia abajo radica en el récord anterior, que tuvo vigencia desde 1936, cuando Ángel Zubieta fue internacional con 17 años y nueve meses. El actual Barcelona ilumina al fútbol con Yamal, Gavi (hoy 20), Pedri (22) y, ya en la defensa, Pau Cubarsí (18).
En Inglaterra, asimismo, en partidos oficiales, Callum Hudson-Odoi se convirtió en 2019 en el debutante más joven en un partido oficial, cuando enfrentó a la República Checa por las Eliminatorias para la Eurocopa 2020. Tenía 18 años y 135 días. El récord anterior resistía desde 1955 en propiedad de Duncan Edwards. Si se contabilizan amistosos, Theo Walcott debutó con 17 años en 2006, en un amistoso ante Hungría.
En Francia, a su vez, el ya citado Zaïre-Emery, volante del PSG, se convirtió en 2023 en el debutante más joven de su selección en el último siglo. Con 17 años y ocho meses, ingresó en un 14-0 a Gibraltar por la clasificación para la Eurocopa 2024 y sólo quedó por detrás de dos récords imbatidos: Maurice Gastinger, que jugó en 1914 con 17 años y cuatro meses, y Julien Verbrugghe, que en 1906 lo hizo con 16 años y diez meses.
En Alemania, asimismo, Jamal Musiala se convirtió en 2021, con 18 años y un mes, en el segundo jugador más joven en debutar en la selección. Poco después, en septiembre de 2021, Florian Wirtz –con 18 años y cuatro meses–, trepó al tercer puesto. Los volantes del Bayern Munich y Bayer Leverkusen, de todas maneras, quedaron por debajo de Uwe Seeler, que desde 1945 mantiene el récord de haber debutado con 17 años y once meses.
En Argentina, y omitiendo el marketing que intentó producir Riestra con el debut de Mateo Apolonio a los 14 años y 29 días en un partido ante Newell’s por la Copa Argentina en 2024, también hay casos similares al de Mastantuono, que debutó con 16 años en River en febrero de 2024. También el año pasado, Leandro Olima, de Atlético Tucumán, y Matías Acevedo, de Racing, jugaron su primer partido en Primera con 16. Ya este año, en abril, Álvaro Montoro, el pibe de Vélez de 17, convirtió ante Peñarol el gol del club de Liniers más joven en Copa Libertadores.
Pero también hay récords contrarios. El domingo pasado, antes de la final Platense-Huracán, el arquero Jorge Carranza, de Aldosivi, se convirtió en el jugador de mayor edad (44 años y 25 días) en disputar un partido oficial con un equipo de Primera División en Argentina. Fue contra Estudiantes, por la Copa Argentina, y encima lo hizo con vigencia: atajó un penal en el triunfo de su equipo. Atrás quedó una plusmarca que Hugo Gatti había ostentado durante 36 años: el Loco llegó a atajar con 44 años y 23 días para Boca en su último partido, ante Armenio, en 1988.
En River, a su vez, Enzo Pérez puede convertirse en diciembre en el futbolista de campo de mayor edad del club de Núñez: de seguir hasta entonces, superaría a Leonardo Ponzio, con 39 años y diez meses en 2021. Y seguramente le seguirán nuevos récords, de juventud o longevidad, en el club o la selección que sea. Porque, en el fútbol, la edad ya es lo de menos. «