No esperaba ganar el Gardel en el rubro Mejor Canción Folklórica por el bailecito “Baile eterno”. La cordobesa Mery Murúa lo había grabado en el EP del mismo título, que fue lanzado en 2023. La alegría del público cordobés y de sus amigos fue el empuje para grabar la segunda parte de ese trabajo en vivo en el teatro Libertador San Martín de Córdoba capital.

Muchos amigos acompañaron a la cantora y compositora oriunda de Cruz del Eje en ese trabajo autogestivo. En el primer volumen, Paola Bernal, Juan Iñaki, Raly Barrionuevo y Nadia Larcher. Y en el segundo, Juan Paio Toch, Ema Oliva, Negra Marta Rodríguez, Rocío Taboas, Sole Segurado y Horacio Burgos. Este 10 de mayo Murúa presenta el disco en Buenos Aires, en Dumont 4040, y también estará rodeada de afectos.

Baile eterno fue publicado por el sello Los Años Luz, que incluye en su catálogo a otros cordobeses como José Luis Aguirre, Paola Bernal, Juan Iñaki y Vivi Pozzebón, entre otros. El proceso creativo de este trabajo fue bastante largo. “Fui pasando por diferentes etapas hasta encontrar el modo de hacer canciones que a mí me gustaban. Las canciones son el resultante de mucho tiempo de trabajo interior. Porque antes escribía un montón, pero en estas canciones encontré una identidad”, explica.

Mery Murúa: “Hay mucha gente que se va del país y eso está provocando un vaciamiento cultural”
Mery Murúa.
Foto: Prensa

La primera parte grabada en estudio la define como su “primer disco de laboratorio”. “Para mí era todo nuevo, una producción que nunca había hecho. Yo siempre voy y grabo los discos en un día. Todos mis discos están grabados así: voy, entro al estudio a las 10 u 11 de la mañana y salgo a las doce de la noche con un disco. Pero este disco de cuatro canciones fue un proceso lento, donde iba capa por capa, y me encantó el producto”.

Murúa asegura que nunca se esperó ganar el Gardel. “Yo fui a pavear a Buenos Aires con la excusa del Gardel. Le dije a mi hijo: Ay, vamos, Juan, dale, nos pongamos unas ropas lindas. ¿Cuándo nos van a nominar otra vez? Me hice la ropa, el poncho, el vestido. Todo lo que use ahí me lo cosí yo. Nos fuimos a la fiesta a abrir la boca, como digo yo. Vamos a abrir la boca la capital. Nunca me lo esperé”.

Tampoco se esperaba la repercusión que el galardón tuvo en Córdoba capital. “Tanta gente que se puso tan contenta. Creo que por el contexto que estábamos viviendo, de cierta desazón y tristeza generalizadas. De repente, sale un Gardel a una música de Córdoba, por una música escrita por ella y un montón de gente se alegró muchísimo”.

Así fue que se le abrieron muchas puertas. “El director del teatro donde trabajo viene y me dice: Mery, tenés que hacer una fecha sola acá para que festejemos el Gardel. Y cuando me dijo eso, dije: bueno, vamos con todo”. Y en esa noche se grabó la segunda parte del disco.

Hubo 1.100 personas en el teatro. “Fue zarpado eso. Fue una celebración, una fiesta, una juntada maravillosa. Y además Juampa Toch me regaló una canción para ese día y al final del concierto la grabamos todos juntos, los del Baile Eterno 1 y los del Baile Eterno 2 y fue un regalazo divino de la vida”.

¿Y por qué tantos invitados? “Me resultaba un poco complejo sentir que yo sola podía interpretar las canciones. Necesité la mirada, la voz, la impronta de otras voces. Y todas las personas que participan son parte de mi universo afectivo. Entonces cada canción fue pensada también en las voces de las personas que participaron”.

El show en Buenos Aires busca ser una fiesta también. Está planteado en tres partes. “Coincide con la ida a Europa de mi hijo. Vamos a abandonar por un tiempo nuestro proyecto a dúo con Juan. Entonces vamos a hacer una breve intro con él, guitarra y voz. Después con la banda, hacemos el volumen 1 y el volumen 2 de Baile eterno. Ahí se suman algunos invitados. Por ejemplo, el Mono Izaurralde, Milena Salamanca. Y después viene un momento peñero para bailar y ahí la tenemos a Marian Farías Gómez, que va a ir a acompañarnos. También van a estar Luciana Jury y Juan Iñaki. Y capaz que algún otro, porque nosotros siempre tenemos la puerta abierta”.

Esa consciencia de comunidad distingue a los músicos cordobeses. “Es una impronta que la hemos heredado de nuestros antecesores y de gente que nos ha enseñado a hacer la música así. Córdoba es de por sí un lugar donde confluye un montón de gente del interior, por la ubicación geográfica y porque es un polo laboral, industrial, creativo. Y también por la universidad. Eso hace que sea un lugar de encuentro y de reunión. El modo de hacer se convierte en comunitario y en colectivo”.

Murúa recuerda que en los ’80 organizaban encuentros Vamos a andar y Posdata, y después el dúo Coplanacu y más adelante Raly Barrionuevo. “Ahora lo hacemos nosotros conviviendo con ellos también. Somos herederos de un modo de pensar y de hacer y de construir los caminos artísticos, que es siempre con el otro”.

Ser mujer le supuso algunas dificultades en el camino. Murúa venía con un impulso muy fuerte tras haber ganado en Jesús María y a los 19 años se quedó embarazada. “Las puertas se me cerraron. No explícitamente. Pero sí era: ‘uy, uy, y, bueno, ya está, se cagó la vida’. Abandoné. Y me puse a trabajar como docente para criar a mi hijo, pagar el alquiler. Me creí que no iba a poder, porque nos hicieron creer que los caminos artísticos se construían muy con la suerte de que alguien venga y te descubra. Nosotros nos criamos viendo Fama, por ejemplo. Siempre con el concepto de que tenés que llegar a ser famoso. Nadie nos enseñó a pensar en los trayectos artísticos y que eso en definitiva es el éxito: detenerse y disfrutar del camino”. Después, viajar, conocer gente, mudarse a Córdoba capital le abrió la cabeza. “Me hizo entender que la única artífice de mi camino soy yo”.

Después de Baile eterno, la cordobesa está sumida en otra etapa, centrada en el tango. “Fue muy tabú en muchos momentos de mi vida, porque era un territorio que ocupaba mi mamá. Nunca pensé que yo fuera a poder desarrollar también algo con el tango. Y hoy por hoy canto en una orquesta típica y para mí es un sueño. Es inusual para alguien que viene desde lo independiente poder estar todos los días ensayando y subirte a un escenario y que todos los fines de semana te vayan a ver mil y pico de personas”.

Mery Murúa: “Hay mucha gente que se va del país y eso está provocando un vaciamiento cultural”
La cantante recibió un premio Martín Fierro.

Pero lo lleva adentro, aunque con sus disyuntivas. “Soy del interior y canto tango. Entonces mucho del tango me representa y mucho no, porque no entiendo algunas cosas, no me pasan visceralmente por el cuerpo. Entonces estoy en la búsqueda de cuál es el tango que a mí me convoca. Y puede que eso sea una producción de canciones de tangos propios o puede que no. Estoy en eso”.

El momento político que está viviendo el país la afecta mucho. “Se hizo todo mucho más complejo, sobre todo en la cuestión anímica y económica de las personas que nos van a ver. A nosotros nos sigue mucha gente independiente, del universo de las economías más alternativas. Y entonces se les complica un montón pagar una entrada”.

Murúa siente mucha tristeza por tanta gente que la está pasando mal. Y en lo personal además está viviendo la partida de su hijo. “Se va por tres meses, pero si le sale una oportunidad de ver un futuro más estable, capaz que se queda. Siento que hay mucha gente que se va del país y eso está provocando un vaciamiento cultural. Si tenés oportunidades y desarrollás tu camino en otros lugares, probablemente acá quede un hueco. Eso me genera mucha angustia”.

Mery Murúa presenta “Baile eterno”

El sábado 10 de mayo a las 22 en Dumont 4040, Santos Dumont 4040.

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