La política adoptada por el presidente Javier Milei y su ministro de economía Luis Caputo en los primeros dos meses de gobierno parecieron alejarse de lo que el actual mandatario había prometido durante la campaña electoral en lo que se refiere a la dolarización de la economía.

Es que en lo que va de la gestión no ha avanzado en una flexibilidad del cepo cambiario sino, por el contrario, ha ajustado todavía más los controles en el mercado cambiario y, en los hechos, implementado más desdoblamientos del tipo de cambio.

La brusca devaluación de la moneda que definió el equipo económico a días de asumir podía favorecer esa política aunque, sin embargo, fue acompañada de un “crowling peg” (devaluación administrada del tipo de cambio) de apenas un 2% mensual cuando, los pasivos remunerados del BCRA lo hacen al 8% encareciendo en forma paulatina su eventual liquidación en moneda norteamericana.

La designación de Santiago Bausili a la cabeza del Banco Central en lugar del anunciado economista de UCEMA y férreo defensor de la dolarización, Emilio Campo, también dio una pauta en sentido contrario al cierre del Banco Central.

Por ese motivo sorprendieron las declaraciones que se conocieron el día de hoy en las que el presidente aseguró al portal CENITAL que el objetivo final de su política económica sigue siendo el de dolarizar la economía.

Allí el mandatario ratificó que “la dolarización (en rigor, la libre competencia de monedas) es el paso final de todo un proceso que arranca con el saneamiento del BCRA, para luego avanzar en la reforma del sistema financiero y luego, al final, se liquida”.

El objetivo primordial en la transición, para Milei, “es crear una banca anticorridas, y una vez hecha esa reforma anticorridas, podés pasar a un sistema de banca libre”.

El detalle del proyecto de dolarización

En detalle, señaló que “al BCRA lo podés liquidar en cualquier moneda, aunque lo más simple es hacerlo en dólares. Sin embargo, ello no quiere decir que los individuos usen al dólar como moneda. Por ejemplo un petrolero es probable que use el WTI; alguien del gas usará BTU; en el campo, Soja Chicago. El resultado es una canasta de moneda donde los ponderadores son determinados libremente por los individuos, lo cual te neutraliza de los efectos de la política monetaria de un país en particular”.

Sin embargo, consultado sobre el ritmo que podría asumir el proceso el mismo Milei reconoció desconocerlo en tanto “depende de la velocidad a la que lográs mutar el tipo de modelo de sistema financiero”.

A la vez reconoció que “la dolarización aún no está en la agenda con el FMI” en tanto “no es un tema de la estabilización de corto”.

Sobre la posibilidad de avanzar en esa política económica en lo que va de este año el presidente señaló que “no dan los tiempos. Si mantuviéramos el actual ritmo de saneamiento del BCRA recién estaría limpio a final de junio. Adaptar el modelo de sistema financiero puede llevar de piso un año. La única ventaja es que la dimensión del sistema es tan pequeño que podría hacerse más rápido”. De ese modo sugirió que la polémica medida podría producirse, según sus proyecciones, para mediados de 2025, meses antes de las elecciones de mediano término.

A la vez, aseguró que “los que hicieron la dolarización en Ecuador me están pasando un informe porque ellos consideran que la podríamos hacer ahora. Los veo a mi regreso del viaje”, adelantó. A la vez ratificó que, desde su punto de vista, “el caso de Ecuador ha sido muy exitoso. Que haya gente deshonesta intelectualmente o ignorante en términos monetarios no quita los logros del caso. Es muy berreta que los desatinos fiscales de Correa se los quieran cargar a la dolarización. Lo importante es que terminó para siempre con la inflación”.