Hace tiempo que en el gobierno nada marcha acorde al plan. La paliza legislativa que sufrió La Libertad Avanza en el Congreso, donde la oposición logró imponerse para rechazar los vetos a la emergencia sanitaria en el Garraham y las universidades públicas, fue una nueva muestra gratis de la pésima performance política que desde hace meses arrastra un oficialismo convertido en un testigo privilegiado de su propia autodestrucción. Todavía sin recuperarse de la derrota en la Provincia de Buenos Aires, y temiendo un escenario aún más catastrófico en materia electoral, Javier Milei se vio obligado a tomar medidas drásticas: dejar de lado su odio por la política y sentarse a conducir.

La derrota en territorio bonaerense habilitó una cacería de brujas descontrolada contra Sebastián Pareja y Eduardo “Lule” Menem, a quienes la militancia orgánica acusó -acusa- de ser los artífices del bochorno electoral. Pese a las 24 horas trágicas que padecieron los bendecidos de la hermanísima -en las que más de un miembro del gabinete estuvo convencido de que serían eyectados del círculo íntimo- el presidente decidió que ninguno sería enviado a la hoguera. Con la excusa de cuidar a su tropa, con énfasis en Karina, el líder libertario consolidó los lugares de los armadores de su hermana, en desmedro de las advertencias que su asesor y amigo hizo llegar en su debido momento.

Las primeras lecturas de aquella reivindicación karinista fueron leídas como un destrato a Santiago Caputo, de quien se llegó a especular que dejaría su cargo, un escenario decididamente alejado de la realidad. El paso de los días y el avance de los acontecimientos, sin embargo, dejaron a la vista un Milei pragmático que, como nunca antes, comenzó a moverse bajo un manto de razón y ya no de tanta necedad.

Esta semana, después de dejar madurar la derrota, el presidente decidió nombrar a Pilar Ramírez como coordinadora política de la campaña nacional. La legisladora y mano derecha de Karina estará a cargo del contacto político con los jefes de campaña de cada provincia y será quien les bajará la línea oficial del gobierno. La elección de la presidenta del bloque libertario en la Ciudad no es un nombramiento más. Su desembarco en la campaña es todo un guiño al Salón Martín Fierro, donde la incomodidad para encajar en una mesa política desbordada de menemismo les era cada vez más evidente.

Pese a su cercanía con Karina, Ramírez tiene un vínculo de armoniosa concordancia con el sector que coordina Caputo, que quedó inmortalizada en la campaña porteña que llevó a Manuel Adorni como candidato y fue la única en la que La Libertad Avanza logró, hasta ahora, triunfar. “Pilar es muy metódica y ordenada. La campaña de CABA funcionó perfecto con ella como cabeza. Además, tiene muy buena relación tanto con Karina como con Santiago”, sintetizaron a este medio desde la mesa chica del libertario.

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Javier Milei nombró a Pilar Ramírez como coordinadora política de la campaña nacional.

Si bien Pareja y Lule seguirán formando parte de los equipos proselitistas del oficialismo -ambos incluso participaron de la reunión que Javier Milei encabezó en Olivos esta tarde-, lo cierto es que la llegada de la ex ejecutiva de Aerolíneas Argentinas oficiará como un lubricante para la tensión entre las dos alas de la Casa Rosada que ocupan el riojano y el asesor, quienes ya siquiera pueden entonar una conversación sin esconder su desprecio mutuo.

Modo campaña: Milei recibió en Olivos a los candidatos nacionales y bajó una nueva línea discursiva

Aunque las internas se multipliquen hasta el hartazgo, Milei sabe como nadie que el show debe continuar. Este jueves, mientras el dólar y el riesgo país subían al compás de la sensación térmica, el presidente recibió en la Quinta de Olivos a todos los candidatos y coordinadores nacionales de La Libertad Avanza para ordenar la línea oficial de una campaña que se sabe reñida. Desde un atril en uno de los salones más amplios de la casa presidencial, el libertario dio un detallado panorama de la situación económica que recibió de la gestión anterior y la mejora que, dice, hay en los números macroeconómicos. “La idea es que esta explicación se la podamos dar a la gente”, graficó uno de los participantes de la cumbre a Tiempo.

La abrumadora derrota electoral en la Provincia de Buenos Aires obligó al oficialismo a barajar y dar de nuevo. El desplante del votante bonaerense, de los primeros en sentir las consecuencias del plan de ajuste y motosierra con el que el presidente llegó al poder, fue un cimbronazo para un gobierno que ahora mira con amargura la ausencia de su astucia discursiva para intentar cautivar un electorado que no le pertenece.

Fue esta significativa caída del apoyo popular en el distrito que aglomera casi 40% del padrón lo que indujo un cambio de 180° en el discurso de Milei y el Ejecutivo todo. “No podemos decirle a la gente que este es el mejor gobierno de la historia si en el bolsillo no lo sienten”, razonaban cerca del libertario. Por eso, el libertario les pidió a sus candidatos que dejen de lado el manual del león y se abracen a una empatía inédita. La nueva línea discursiva buscará valorar el esfuerzo de quienes ajustaron como nunca sus bolsillos, al tiempo que se los incitará a invitarlos a defenderlo para que “valga la pena».

Con el embate en Diputados -auspiciado por los mismos gobernadores a los que intentaron contentar con el módico ascenso laboral de Lisandro Catalán como ministro del Interior-, el oficialismo apuntará a revivir el fantasma del kirchnerismo, al que culparán de todos y cada uno de los males que comprometen la gestión del mejor equipo de gobierno que el presidente soñó alguna vez. “El pasado es caos, con inflación y corrupción. El presente, en cambio, es algo que se tiene que valorar porque después de acomodar todo el país va a tener más crecimiento”, afirmó un participante de la cumbre, quien a su vez se abrazó a la idea de un peronismo golpista que buscará perjudicar al libertario para volver al poder.

Según pudo reconstruir este medio, luego del panorama financiero, el presidente abrió el juego a su asesor, quien ofició como co-conductor del encuentro y se prestó a responder las preguntas que los presentes esbozaban a viva voz. Sin más que un vaso de agua, por más de tres horas los candidatos expusieron sus inquietudes en el microteatro de la quinta y, casi como si de una clase se tratara, Caputo respondió con detenido detalle cada una de ellas.

Hasta el cierre de campaña, el presidente estará deliberadamente enfocado en la elección del próximo 26 de octubre. Mañana, por caso, visitará la bolsa de comercio en Córdoba para luego continuar sus recorridas en Santa Fe, Mendoza, Corrientes y la Provincia de Buenos Aires -posiblemente Mar del Plata- en los próximos días. La intención, explican, será mostrar un Milei empático y cercano al votante.

La misma capa de pragmatismo se utilizará al momento que el gobierno deba sentar en una mesa oficial al empresariado y la CGT dialoguista para avanzar con las reformas laborales y tributarias. Con los gobernadores, anticipan, la vinculación será aún más reñida. Los cerebros de la gestión libertaria apuntarán a consolidar alianzas de cara al 2027. Ofrecerán una no-competencia en los territorios a cambio del apoyo incondicional en las listas nacionales. 

La estrategia, en rigor, es similar a la que Santiago Caputo buscó implementar en el último cierre, antes de que el subsecretario de Gestión Institucional y armador de La Libertad Avanza, Eduardo “Lule” Menem, decidiera avanzar con listas propias cuyos integrantes presentaban más dudas que certezas. La elección en la provincia de Buenos Aires fue una muestra gratis de cuán catastrófica puede ser esa jugada. Ahora será el presidente el que tendrá que definir a cuál de las dos estrategias se aferrará.