El actor Jerry Adler, célebre por interpretar a Herman “Hesh” Rabkin, el astuto consejero judío de Tony Soprano en Los Soprano, falleció a los 96 años, durmiendo plácidamente en su hogar de Nueva York. Su carrera fue nada convencional: con décadas de experiencia tras bambalinas en Broadway, actuó frente a la cámara por primera vez ya pasados los 60 años. Fueron más de 50 producciones -incluyendo el montaje original de My Fair Lady- donde oficiaba como director de escena, productor o stage manager.
Nacido y criado en Brooklyn en 1929, provino de una familia profundamente vinculada al teatro. Su padre fue gerente general del Group Theatre en Nueva York, y su prima era la legendaria maestra de actuación Stella Adler.
La encrucijada de su vida llegó cuando una directora de casting lo invitó a audicionar para una pequeña participación. Su lectura provocó escalofríos en el director, y ese papel en The Public Eye lo impulsó al mundo de la actuación. Desde allí, su carrera se multiplicó: tuvo papeles recurrentes en series como The Good Wife y The Good Fight.
A David Chase, creador de Los Soprano, le bastó verlo en esa primera aparición para convocarlo: su personaje de Hesh, pensado solo para un cameo, se volvió recurrente a lo largo de las seis temporadas. Con su mezcla de ironía, astucia y experiencia callejera, Hesh se convirtió en uno de los consejeros más memorables de Tony Soprano, aportando un costado diferente a la narrativa de la serie.
Adler después Los Soprano
Tras su éxito en Los Soprano, su carrera en televisión continuó con papeles memorables en Rescue Me, Transparent, Mad About You, Raising Dad y otras producciones. En cine, apareció en títulos como Manhattan Murder Mystery, In Her Shoes, A Most Violent Year y Synecdoche, New York.
Aun en su avanzada edad, retornó al teatro como actor: protagonizó Taller Than a Dwarf (2000) de Elaine May y Fish in the Dark (2015) de Larry David. En paralelo, escribió y publicó su autobiografía Too Funny for Words, donde repasó una trayectoria única en la que la segunda mitad de su vida estuvo marcada por un éxito inesperado.
Con humor, solía reírse de su carrera tardía: “La jubilación es un camino a ninguna parte… si nadie me llama más, eso será el retiro; mientras tanto, esto es genial”. También llegó a decir, sobre la permanencia que le daba el cine y la televisión: “Soy inmortal”.
