Desde la asunción de las nuevas autoridades nacionales en diciembre de 2023, la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), dedicada a ese campo científico de los desarrollos a escala nanométrica –que pueden, por ejemplo, mejorar la eficiencia de un envase de alimentos, alargar la vida útil de un producto o, incluso, abrir caminos para nuevas terapias de salud– dejó de recibir financiamiento estatal, lo que afectó de manera directa la continuidad de los programas y actividades. Esta interrupción del respaldo económico oficial, que había sido constante desde su creación en 2005, obligó a adoptar medidas extraordinarias, como la modificación de las condiciones de contratación y dedicación del personal, con el único fin de sostener, mínimamente, el funcionamiento institucional.
“A pesar de todo, estábamos dispuestos a continuar gestionando, habíamos hecho planes para este año y pensábamos seguir reclamando apoyo del Estado. Lamentablemente, no fue posible continuar. La gente cree que no dábamos más porque nos estaban asfixiando y decidimos irnos, cuando en realidad nos pidieron las renuncias para designar a otra gente de su confianza que puedan llevar adelante gestiones que estén alineadas con los intereses del gobierno de turno”, aclara Vera Álvarez, investigadora del CONICET y hasta hace muy pocos días la presidenta del Consejo de Administración (CA) de FAN. Junto a Álvarez, también debieron dar un paso al costado la vicepresidenta Paula Angelomé y el vocal Ricardo Sagarzazu, todos reconocidos profesionales y de amplia trayectoria.
“Los tres –continúa Álvarez– estuvimos trabajando hasta último momento para mantener a la FAN funcionando a pesar de la falta de apoyo. A esta falta de financiamiento se sumó la ausencia de lineamientos de trabajo por parte de las autoridades nacionales, lo cual generó un vacío en la conducción estratégica de la Fundación. Además, las reiteradas comunicaciones y solicitudes enviadas desde la FAN no obtuvieron respuesta, lo que profundizó la sensación de abandono. En este contexto, la decisión de renunciar responde a la imposibilidad de continuar desarrollando una gestión efectiva ante la falta de respaldo político, financiero y operativo necesario para cumplir con los objetivos de la institución”.
Álvarez dirigió su carta de renuncia al secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Darío Genua, recordándole que “fue el respaldo económico del Estado Nacional (en el pasado) lo que le permitió a la Fundación desplegar numerosas actividades orientadas a promover la inserción de la nanociencia y la nanotecnología en nuestro país”. La misiva de Zagarzazu, en cambio, tuvo términos más duros. “Desde diciembre de 2023 hemos quedado a la deriva, sin presupuesto, y lo que es más llamativo, sin indicaciones, sin horizonte, sin contestar nuestros pedidos y sin asistir a nuestras reuniones, mostrando un estilo de desinterés y falta de educación difícil de entender”.
Colapso
Con fecha 15 de mayo, la Resolución 94/2025 publicada en el Boletín Oficial acepta las renuncias de los miembros del CA y designa como nueva presidenta a Mónica Fulchieri, licenciada en Microbiología por la Universidad de Córdoba, aunque en su currículo solo destaque el desempeño como gerente comercial de empresas de servicios de salud. El perfil de Fulchieri no guarda ninguna relación con el objetivo de la creación de FAN ni con lo que pregona su estatuto (de manera extraoficial destacan su amistad con Genua) y lo mismo ocurre con las demás designaciones, casi todos funcionarios provenientes de la Secretaría, es decir, alejadísimos de la formación y capacidad –probada– de sus antecesores.
“Amo mi profesión por el impacto real de nuestro trabajo… ver que una investigación puede trascender el laboratorio. Saber que lo que hago puede, directa o indirectamente, mejorar la calidad de vida de las personas es una motivación inmensa y un orgullo”, se emociona Álvarez, distinguida con el Premio Houssay en el área de Ingenierías, Arquitectura e Informática por sus investigaciones en materiales compuestos de matriz polimérica, entre otras distinciones.
Por su parte, Angelomé, reciente ganadora del Premio Nacional L´Oréal-Unesco 2024 por su proyecto sobre reciclado de oro para la creación de nanomateriales, recuerda que “en su momento, decidí estudiar Licenciatura en Química gracias a la inspiración de una profesora de secundaria que nos mostraba de manera simple reacciones químicas que generaban cambios de colores, olores… La posibilidad de controlar la materia de esa forma me fascinó”.
“Ningún día es igual dedicándose a investigar –continúa–, siempre hay algún nuevo desafío y eso es muy estimulante. Y otra cosa que me parece maravillosa es la posibilidad de trabajar en grupo y resolver problemas complejos aportando cada uno sus saberes”.
Hoy existen en Argentina más de 100 empresas de base tecnológica –salud, energía, agro, diseño de materiales avanzados y medio ambiente– que incorporaron desarrollos nanotecnológicos en sus procesos, productos o servicios gracias, en gran parte, al acompañamiento de la FAN a lo largo de sus 20 años.
“De continuar esta senda, la ciencia nacional se dirige hacia un escenario de colapso de capacidades, masiva fuga de cerebros, pérdida de soberanía tecnológica y un freno al desarrollo económico y social. Es un camino que ya hemos transitado, y sabemos que sus consecuencias son muy difíciles y costosas de revertir”, advierte Álvarez, y concluye: “la vida cotidiana de la gente, desde los medicamentos que consume hasta la calidad de los alimentos o la eficiencia energética, se ve directamente impactada por la salud del sistema científico-tecnológico. Atacar a la ciencia es atacar la capacidad de la Argentina para innovar y ser soberana. No somos ‘casta’, somos trabajadores esenciales para el progreso de la Nación. Y esperamos que se nos reconozca por el valor que aportamos, no que se nos estigmatice”. «
Ramal que para, ramal que cierra’ versión 4.0
El investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Sebastián Bonnin, difundió a través de sus redes sociales una carta, luego viral, en la que expresa su dolor por renunciar al organismo, y apunta contra el gobierno de Javier Milei. “A fuerza de ajuste, desfinanciamiento y desmantelamiento la montaña de arena tiene cada vez menos granitos. Algunos se los llevó el viento. No los reemplazó nadie. A nadie le importó (o al menos así se sintió desde adentro). Lloramos pérdidas, nos despedimos de amigos, vimos cómo aquel ‘ramal que para, ramal que cierra’ tenía su versión 4.0. Malabares para trabajar, desmotivación, tristeza en las oficinas. Todo mientras escuchás al presidente tratarte de vago después de estar sentado seis horas en un streaming (…). El cuerpo te pasa factura, visitaste cuatro médicos en un mes. Estrés y angustia: ¡qué combo! De yapa, la inmobiliaria te avisa que este mes vuelve a aumentar el alquiler. Otro mes más rezando que no se rompa la heladera porque es game over”, escribió. Luego agregó: «todos quieren la marca INTA, es un orgullo. Algunos la honramos, otros la pisotean».
Daniel Horacio Abiricha
26 May 2025 - 22:26
Comparto algunas medidas de este gobierno,.pero no comparto para nada la falta de apoyo a áreas extrategicas para nuestro desarrollo.