Desde julio de 2021 Nicolás Kreplak es ministro de Salud bonaerense. Le tocó atravesar la pandemia como funcionaria, comprobando en cada momento la necesidad de que el Estado (en todos sus niveles) y los distintos actores del sistema actúen de manera coordinada y anticipada ante la crecida exponencial del virus. Hoy no es el Covid-19 (aunque no se sabe qué pasará en invierno), sino el dengue, con más de 130 mil casos y al menos 79 muertes. La diferencia con aquel momento es que hoy cada jurisdicción se las arregla como puede. Provincias como Salta compran ellas sus vacunas, otras como la de Buenos Aires preparan el sistema, la campaña de comunicación y reparten equipamiento necesario para hacer frente. Nación, ausente. A tal punto que recién mañana se reunirán por primera vez todos los ministros de Salud del país.

Kreplak remarca que “esta es una enfermedad de cuidados comunitarios. Lo que debemos hacer las autoridades político-sanitarias es hablar de esto, comunicar, hacer mucho trabajo territorial, llegar casa por casa, para trabajar en la prevención. El 85% de los contagios se producen en nuestras casas”.

Advierte que el peor momento de la epidemia se da entre marzo y abril: “todavía seguimos subiendo la cantidad de casos, y si bien el mosquito es sensible a la temperatura, para que deje de crecer tenemos que tener la temperatura sostenida por debajo de 17º, cosa que no está pasando”.

En diálogo con Tiempo se lamenta por la falta de presencia de la administración de Milei: “es indudable que habría que haber trabajado con mucha más intensidad y responsabilidad desde el punto de vista nacional porque no se trata de epidemias que suceden en una provincia sí y en otro no, sino que es una epidemia nacional; es indispensable que haya un Sistema Nacional de Salud”.

–Sorprende que el gobierno nacional recién armó para mañana la primera reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA).

–El COFESA es el órgano principal del Sistema de Salud de nuestro país, porque nos juntamos los ministros provinciales con el equipo de Nación para abordar problemáticas estructurales, estratégicas, indispensables que pueden ser el financiamiento del Sistema de Salud, la formación de la fuerza laboral, la incorporación de medicamentos, de tecnología, pero también sobre la evaluación epidemiológica o la preparación ante las campañas que se vienen. Por todo esto es indispensable que exista el Consejo Federal de Salud, por ejemplo para coordinar qué hacer ante una situación de dengue. Tendríamos que haber tenido probablemente en este tiempo cuatro o cinco COFESA para intercambiar abordajes, estrategias, utilización de test diagnósticos, de tratamiento, indicación de vacunas, qué es lo que habría que hacer en el dengue coordinadamente, cómo se define el caso sospechoso, qué tipo de protocolos y tratamientos existen. Todo eso cada provincia lo tiene, pero es muy malo que dependa de cada provincia y entonces podamos tener disímiles formas de abordar este problema en el país, disímiles utilizaciones de tecnología, estrategias, discusiones, porque si la comunicación de qué se hace en cada lugar es errática o distinta, entonces la población no sabe bien cómo cuidarse , cómo atenderse, llevás incertidumbre, se le mezclan las indicaciones, ni hablar de que todo el sector de la seguridad social está regulado íntegramente por el Estado Nacional, aún en las provincias, y entonces debiera haber abordado esto, cosa que por supuesto ha decidido no hacer.

–¿Cómo se encuentra hoy la situación?

–Estamos en una situación sin precedentes, es la peor epidemia de dengue de nuestra historia, pero además no tiene precedentes la vocación de no participar por parte del Estado Nacional en coordinar, en tener algún rol importante en una epidemia como esta. Esta es una epidemia muy importante y vendrán otras.

–¿Qué se podría haber hecho?

–Se podría haber trabajado muchísimo en la utilización de ciertas tecnologías, en abordajes territoriales, acompañar a aquellos que tengan más dificultad, en tener un mensaje claro y uniforme respecto del uso de la vacuna, en tener campañas de difusión y de comunicación para la población, para que sepa cómo se puede prevenir la entrada de un mosquito domiciliario. Nosotros venimos trabajando de esto hace mucho tiempo, todo el invierno y primavera pasada estuvimos haciendo estrategias de descacharreo, y por supuesto lo seguimos haciendo en el verano. Probablemente eso reduzca un poco la cantidad de mosquitos y de casos, que podrían haber sido peores. Esta es una estrategia que hay que hacerla y hay que sostenerla en el tiempo. Ahora tendríamos que estar justamente coordinando desde la Nación con las provincias estudios sobre la eficacia de la vacuna para pensar si es que va a ser o no utilizada obligatoriamente o incluida en el calendario para el año próximo. Todas estas cosas tienen que haber sucedido y no pasaron, y ya el tiempo parece haberse escapado demasiado y ser irremediable el daño. «

Ya arrancó la vacunación antigripal en Provincia

“Hay dos cosas super importantes respecto de cara al invierno», anticipa Kreplak. Una fue el lanzamiento esta semana de la campaña de vacunación antigripal. En la primera etapa es para personas mayores, gestantes y trabajadores de la salud. En los próximos días se suman los demás grupos de riesgo: puérperas, niños y niñas entre 6 meses y 2 años, personas de 2 a 64 años con factores de riesgo. Es una dosis anual, gratuita, y no se requiere orden médica.
Lo otro destacado por el ministro es la nueva vacuna para el Calendario Nacional de Vacunación, contra el Virus Sincicial Respiratorio. «Es el virus que produce la enorme mayoría de las bronquiolitis, que es la principal causa de muerte infantil después del nacimiento, en los primeros meses de vida hasta los 2 años, especialmente grave en los primeros 6 meses. Se vacunan todas las mujeres embarazadas entre la semana 32 y la 36 inclusive”.
Y acota: «son 200 mil casos de bronquiolitis por año. En la Provincia en 2023 tuvimos más de 90 niños fallecidos que podríamos evitarlo con esta vacunación”.