Desde la semana pasada y hasta el 3 de octubre, en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo FFyL-UBA (25 de mayo 201, CABA) se puede visitar la muestra “Niños robados | Gestohlene Kinder | Stolen Children”, que documenta el robo político de niños y niñas en Argentina y otros países durante el siglo XX.
La exposición, presentada por el Goethe-Institut Buenos Aires y el propio Centro Cultural Universitario Paco Urondo, es un proyecto desarrollado por la Fundación Federal para la Investigación y Evaluación de la Dictadura Comunista en la República Democrática Alemana (RDA) y la Fundación Elisabeth Käsemann.
A través de 20 grandes paneles, la exposición repasa casos registrados en Alemania, la Unión Soviética, la República Democrática Alemana, Canadá, Argentina, El Salvador y España. Los ejemplos abarcan desde la apropiación de niños y niñas durante el terrorismo de Estado en nuestro país, la germanización nacionalsocialista hasta los programas de reeducación en Canadá y la ex RDA
En diálogo con Tiempo, Dorothee Weitbrecht y Luisa Wettengel, de la Fundación Elisabeth Käsemann, y Anna Kaminsky, de la Fundación Federal para la Investigación y Evaluación de la Dictadura Comunista en la República Democrática Alemana, profundizaron sobre los motivos de la creación de la muestra, que en 2023 se realizó en Alemania y ahora llegó a nuestro país, y las similitudes y diferencias del robo político de niños y niñas en estos casos que estudiaron.
-¿Qué los motivó a crear esta muestra en primer lugar y ahora traerla al país?
-La iniciativa surgió a raíz de una propuesta de «Abuelas de Plaza de Mayo», que consultaron si sería posible presentar su historia en Alemania. Se trata de un delito que ha conmocionado no sólo a nuestras dos naciones en el siglo 20, sino también asoló y permanece en muchos otros países. Junto con una larga historia de vínculos migratorios, culturales y comerciales entre Argentina y Alemania, nuestros países también continúan la lucha histórica contra el delito de lesa humanidad del robo de niños y su secuestro forzado. La Fundación Elisabeth Käsemann tiene además una relación especial con Argentina, ya que lleva el nombre de una víctima de la dictadura cívico-militar argentina y fue fundada por su sobrina Dorothee Käsemann de Weitbrecht.
.¿Por qué creen importante difundir sobre el robo político de niños y niñas? ¿Cuál es el impacto que genera?
-El propósito de esta muestra es exponer las diferentes estrategias que se implementaron en diversos países del mundo para sustraer a los niños de su habitual contexto familiar e institucionalizarlos o entregarlos ilegalmente en adopción robándoles su identidad. «Niños robados» saca a la luz lo que a menudo queda reprimido y nos recuerda que la memoria no es solo una mirada retrospectiva, sino también una responsabilidad. Esperamos que esta exposición llegue a mucha gente, que pueda propiciar la toma de conciencia sobre esta injusticia y que las víctimas puedan recibir el reconocimiento que merecen.
–¿Surgen similitudes entre los diferentes procesos al compararlos? ¿Cuáles son los patrones en común que llevaron a esos Estado a cometer esos delitos?
-Durante siglos se ha separado a niños de sus familias por motivos políticos, étnicos, económicos o ideológicos. Los contextos específicos de cada país y época relacionados con los secuestros son muy diferentes. Van acompañados de la prohibición del contacto entre padres e hijos, como en Canadá, de la explotación de los padres como esclavos de trabajo, como en el nacionalsocialismo y el sistema de represión soviético, y, en el peor de los casos, como en Argentina, del asesinato de los padres.
-¿Hubo respuestas sociales en esos países como ocurrió en Argentina con el surgimiento de Abuelas de Plaza de Mayo y la búsqueda de sus nietos?
-Las reacciones ante el crimen son muy diversas y dependen también de la constelación política y el estado de ánimo de cada país. En muchos países, la búsqueda de los niños no comenzó como una reacción inmediata, como en Argentina. En algunos casos, el enfrentamiento con este crimen no pudo comenzar hasta mucho tiempo después de su comisión, por ejemplo, en España, Canadá y Alemania, tras el fin de la dictadura comunista. En El Salvador, la búsqueda de los niños secuestrados por parte de sus familias sigue entrañando un alto riesgo personal debido a la situación política.