La obra tensiona el humor con datos históricos y guiños a la picaresca nacional y los estudios teatrales, como la idea del convivio profesada por el investigador Jorge Dubatti, intercalado con la batalla de Stalingrado, el tango y la conocida canción Katiusha o Catalina en su versión local. El marco de la obra es la conmemoración de los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, en un mundo donde el fascismo, la intolerancia y el odio al otro vuelven renovados.

Katiusha, la protagonista de la popular canción surgida en tiempos de la Gran Guerra Patria -como llaman al conflicto bélico en la actual Federación de Rusia y que se cobró 27 millones de vidas-, espera el regreso de su amado que está en el frente. El héroe, el soldado herido, le profesa su amor a Katiusha y le dedica una rosa blanca y cuenta al público sobre anécdotas, decepciones y el duro invierno.

En ese eclecticismo propio del espectáculo de presuroso ritmo la iconografía soviética se hace presente con carteles que interpelan al protagonista, así como un disco de Gardel y el dibujo central de una fuente que alguna vez estuvo en la ciudad de Stalingrado y fue testigo de la destrucción. La fuente representa a niños que rodean  a un cocodrilo, y esta es una pequeña historia dentro de otras muchas donde se articula desazón y esperanza.

 Se trata de una escultura basada en el poema infantil “Barmaley” (1925) del escritor Korney Chukovsky. Allí, en ronda, los niños le piden algo al cocodrilo. Allí están el sol y la oscuridad. Lo otro es imaginación, dramaturgia, guión, y un tal Barmaley, un tal mariscal Paulus, algún “camarada” nombrado, y la espera.

Pero la obra comienza con Raúl, el jubilado de 94 años que nos dice desde un testimonio audiovisual que hay que seguir luchando, estar con los suyos. Y aquí el presente hace mella desde el reclamo urgente, como cada miércoles, frente al Congreso.

Es que con un lenguaje directo, casi literal por momentos, y algunas metáforas sobre el amor y la muerte, el unipersonal pone en escena a un “payaso” que interpreta a un soldado soviético herido en Stalingrado, la actual Volgogrado, asediada por los alemanes. Tal como recuerda el protagonista de la historia: la batalla de Stalingrado duró varios meses de 1942 a 1943 se cobró dos millones de vidas y representó el punto de inflexión para la derrota del nazismo con la llegada del Ejército Rojo de la ex URSS a Berlín en mayo de 1945.

El soldado “recurre a la comedia y la poesía como salvavidas ante el absurdo de la guerra”, por eso nombra a la bala amorosa alojada en su cuerpo como la “esposa” del gran poeta Maiakovski, Lili Brik, por ejemplo.

Una obra de Manuel Santos Iñurrieta sobre el fascismo

Es la víspera de la gran contraofensiva soviética ante la operación Barbarroja iniciada por los alemanes en 1942 y el momento para  reflexionar “sobre las utopías sociales, el horror del fascismo y su alarmante resurgimiento a 80 años del triunfo sobre el nazismo”, como atestiguan desde el CCC.

En una nueva apuesta de teatro político, el dramaturgo y coordinador del área de teatro del Centro Cultural Manuel Santos Iñurrieta dialoga con Atilio Borón tal como lo hiciera en 2018 en Eléctrico Carlos Marx. En esta oportunidad reflexiona nuevamente con el sociólogo y politólogo. En un diálogo donde la obra cobra otra dimensión sobre la actualidad en un entretejido textual que recupera nombres y emociones extra contemporáneas. 

La obra

“El invierno del oso” es una mirada crítica y poética. Una interpelación  a pensar el presente desde la memoria y el arte instalado, desde una imagen de lo “épico” distanciado por el humor. También apela a la sensibilidad social, al humanismo y la empatía. Es que sin humor y la mordacidad del absurdo se hace insostenible la universal tragedia de la guerra y sus sinsentidos.

Una obra de Manuel Santos Iñurrieta sobre el fascismo

La obra fue presentada bajo el nombre “Stalingrado con amor” en 2023 y 2024 en La Habana, Cuba, y llega ahora al teatro porteño, inaugurando el ciclo “A ochenta años de la derrota del nazismo. Desafíos democráticos de ayer y de hoy” en el que participa CLACSO entre otros espacios de investigación.

“El invierno del oso” es una creación del grupo Internacionales Teatro Ensamble que se estrenará el 17 de Mayo a las 20:30 en la sala Sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Av.Corrientes 1543, CABA, y que podrá verse hasta el 12 de julio.

Ficha técnico /artística

Dramaturgia e interpretación: Manuel Santos Iñurrieta
Con la participación especial en off: Atilio Borón
Asistencia de dirección: Diego Maroevic
Asistencia técnica: Rodrigo Isequilla-Marina García
Diseño y realización de máscara: Mariano Junio
Diseño y realización de vestuario: María Eugenia Suma
Diseño y realización de Escenografía: Diego Maroevic
Versión musical y voz en “Katiuska”: Alexia Massholder           
Guitarra: Martín Varela 
Fotografía: Eugenia Summa, Yuris Nórido (Cuba), Heidy Montes de Oca (Cuba)
Diseño sonoro: Daniel Alvarenga
Prensa y comunicación: Camila Sánchez
Producción: Internacionales Teatro Ensamble