Hay personas que tienen la capacidad de hacer todo bien. Paola Cortellesi es una de ellas. Quiso ser comediante y se transformó en una figura popular, mediática y conductora de TV. Quiso ser cantante y lo hace a la perfección. Quiso ser actriz y ganó varios premios en su país. Quiso ser guionista y metió un éxito tras otro. Y cuando tomó la decisión de dedicarse a la dirección, consiguió el éxito más grande de su carrera y una de las cinco películas italianas más taquilleras de la historia de Italia.

Cortellesi llegó a la Argentina para presentar Siempre habrá un mañana, una comedia dramática que ella misma protagoniza y que transcurre en Roma, al término de la Segunda Guerra Mundial. La película, filmada en bello blanco y negro, cuenta la historia de una mujer que vive con un marido violento que la maltrata constantemente y que, a lo largo de los distintos episodios que se narran, irá tomando conciencia de su situación e intentará hacer algo al respecto.

Cortellesi actúa, hizo el guión y dirige.

“Llevo diez años escribiendo guiones y esa experiencia me ha llevado a querer dirigir mi propia película”, dice Cortellesi en un elegante hotel de Recoleta. “Cuando escribís resulta difícil darle la historia a otro para que las dirija, así que cuando apareció la posibilidad de contarla supe que la quería hacer yo.” Los motivos que la llevaron a querer manejar todos los resortes de esta historia es que está inspirada en experiencias familiares. “La película se basa en historias que me han contado muchas madres y abuelas. No es autobiográfica ya que por suerte mi familia no tenía estas dificultades tan severas, pero sí es una historia de muchas mujeres que han sufrido discriminación a lo largo de la historia”.

Estrenada en octubre del año pasado en Italia, Siempre habrá un mañana llegó a los 5,5 millones de espectadores, un suceso impensado especialmente al tratarse de una película de época, en blanco y negro, y sobre un tema complejo como la violencia de género. Pero ese fue solo el inicio de la serie de repercusiones que generó la película de Cortellesi. En los meses siguientes se proyectó en el Congreso y se convirtió en tema de debate público para hablar de los femicidios y la todavía bastante oculta historia de violencia contra las mujeres en Italia. “Yo siempre he hablado de la disparidad del trato entre hombres y mujeres en el trabajo y en el hogar, es un tema que siempre me interesó –explica–. Son muchísimas las víctimas de femicidios en Italia, cada 72 horas hay un crimen, y se hace muy poco para resolverlo. Yo quería ir directo al grano con una película que tuviera sus raíces en el pasado, pero que a la vez fuera contemporánea”.

La violencia de género marca a fuego Siempre habrá un mañana.

Cortellesi admite que “una película no cambia las cosas de un día para el otro”, pero a la vez está convencida de que “las historias mueven montañas y me enorgullece que esta película visibilice la violencia contra las mujeres. Ha sido vista por tantas personas que siento que ha tocado un sentimiento que, si bien ya existía en Italia, ahora se discute más y más. Siento que hay cada vez más personas sensibilizadas con este tema ya que todos conocemos a una mujer que vive situaciones de este tipo. De ahí a que pueda cambiar las cosas es difícil, pero me parece muy bueno que existan debates sobre el tema.”

Una de las jugadas curiosas de Cortellesi en la película es poner canciones que no existían en la época (suenan bandas como Jon Spencer Blues Explosion, OutKast o cantantes como Lucio Dalla) en la banda sonora, además de utilizar coreografías para escenificar escenas violentas que prefiere no mostrar directamente. “La película empieza con música de la época y con un encuadre propio del neorrealismo –dice–, pero a los ocho minutos cambia para dejar claro que es otro tipo de historia la que queremos contar. Y por eso puse música actual, canciones que me gustan a mí y que me ayudan a contar la historia, a sumar cosas que no están en los diálogos. Y la escena del baile la armé así porque quería contar una cosa que se repite todo el tiempo, algo que es circular y que ha perseguido a esta mujer siempre. Además, no quería mostrar violencia explícita. No era necesario ir al detalle de los golpes que ella recibe”.

Otro acierto de Cortellesi es haber filmado en blanco y negro.

De todas las mezclas raras que tiene la película, quizás la más llamativa sea que, pese a su temática, en muchos momentos es muy divertida. “La comedia italiana clásica se caracteriza por poder contar las cosas más miserables, brutales y violentas con humor –analiza–. Quería que los espectadores lleguen al corazón de la historia guiados también por el humor que tiene la película. Esa es la gran magia de la comedia para mí”.

Nominada a 19 David de Donatello (los Oscars del cine italiano, que se entregan el 3 de mayo), Siempre habrá un mañana se codea este año con las nuevas películas de consagrados realizadores como Matteo Garrone, Marco Bellocchio, Nanni Moretti y Alice Rohrwacher, entre otros, algo quizás impensado para una directora novel. “Es extrañísimo estar ahí, ¿no? –dice todavía sorprendida–. Ya pensar que estoy nominada junto a Bellocchio, que para mí es un maestro, es increíble. Bellocchio es la historia del cine italiano, porque ha hecho tanto y sin embargo sigue siendo el más joven de todos. Estoy feliz, pero a la vez es extraño, como que lo miro desde afuera”.

Siempre habrá un mañana articula comedia y drama.

Pese a sus múltiples talentos, Cortellesi asegura haber encontrado en la dirección de cine su nuevo hogar, algo así como su gran proyecto de vida. Y tiene claro que piensa seguir haciendo películas. “Es hermoso lo que pasó porque no era mi sueño dirigir, fue algo que arribó de a poco y que me llegó en la madurez –dice la realizadora, que cumplió hace poco 50 años–. Cada tantos años voy cambiando, agregando cosas. Primero fui intérprete, después empecé a escribir y ahora pasé a la dirección. Pero nunca abandoné el resto de las cosas. Dirigir me dio la posibilidad de emanciparme, de salir de la situación del actor que tiene que estar siempre aguardando una propuesta, para poder hacer mis cosas sin tener que esperar a nadie. Y me gané esta posibilidad también gracias al público, que siempre me apoyó”. «

Siempre habrá un mañana

Directora: Paola Cortellesi. Guionistas: Furio Andreotti, Giulia Calenda, Paola Cortellesi. Elenco: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Romana Maggiora Vergano, Emanuela Fanelli, Giorgio Colangeli. En salas.