“El Carnaval –empieza diciendo Raúl González, 54 años, integrante de la comparsa de la Asociación Escuela de Samba Tradición– representa nuestra mayor fiesta, lo que nos representa culturalmente. Es la fiesta que todos queremos vivir y en la que somos los mejores”.

–¿Por qué son los mejores?

– Porque el carnaval de Libres es distinto a todo, acá nace el Carnaval, somos la cuna del Carnaval, y eso es justamente lo que nos hace distintos.

Septiembre de 1843. Un tal Joaquín Madariaga con rango de general es elegido gobernador interino de Corrientes y estrena el cargo con la fundación de Paso de los Libres, una suerte de homenaje perpetuo a los llamados 108 valientes libertadores que habían cruzado el río Uruguay provenientes, en su mayoría, de Brasil para guerrear contra el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, y su afán de dominio absoluto de todo el litoral (o al menos así les gusta contarlo a los historiadores locales). 

Si la marca de origen es el acto heroico, la historia de Paso de los Libres está moldeada por esa relación promiscua que incita la frontera. La vecindad con Brasil (es ciudad espejo de Uruguayana) provocó el mestizaje y en ese intercambio de usos y costumbres la población libreña adoptó el carnaval.

“El carnaval de Paso de los Libres es distinto al resto de los carnavales del país porque la pasión que se vive acá no existe en ningún otro lado. Cada comparsa es como si fuera un equipo de fútbol que, por supuesto, tiene hinchada propia; por eso existe una rivalidad muy grande entre las dos comparsas más grandes de la ciudad (en referencia a Carumbé y Zum Zum). Las palabras que definen a nuestro carnaval son pasión, euforia y fanatismo. Y desde lo técnico te agrego que es un carnaval distinto por nuestras sambas. La particularidad que tiene Paso de los Libres es la samba enredo (género musical que, combinado con los trajes, las carrozas y las coreografías, es lo que da vida al famosísimo Sambódromo carioca), por eso es muy similar a los carnavales de Río de Janeiro”, explica Federico Medina, 40 años, miembro –orgulloso– de la comparsa Circulo Social, Cultural y Deportivo Carumbé.

Foto: Gentileza Vico Fotografía
Foto: Gentileza Vico Fotografía

Una frontera que no separa, une.

El carnaval de Paso de los Libres, también conocido como “Carnaval de la Frontera”, ostenta el título de pionero. Los registros de los primeros desfiles datan de finales del siglo XIX, con grupos de vecinos disfrazados que bailaban en los alrededores de la Plaza Independencia, empujados por las marchinhas ejecutadas por las orquestas de la hermana brasilera Uruguayana. Como ocurre cada vez que algo se pone divertido, la Iglesia protestó –los desfiles coincidían con el inicio de la Cuaresma- y el bochinche se trasladó a Colón, la calle principal de la ciudad.

La inauguración oficial del puente internacional en 1947 con la presencia de los presidentes Juan Domingo Perón, de Argentina, y Eurico Gaspar Dutra, de Brasil, aceleró y profundizó los lazos fraternos de ambas ciudades y el carnaval, por supuesto, no fue la excepción. En 1948, en el Club Social de Uruguayana, se fundó la primera comparsa de Paso de los Libres bautizada «La Escuela de Samba del Club Social», que con los años se transformarían en Zum Zum y Carumbé.

Para Martín “Tincho” Ascúa, intendente de Paso de los Libres, “la fusión de la cultura argentina con la brasilera se da perfecta” y que es esa misma historia en común lo que vuelve al carnaval de su ciudad “distinto a todo”.

“El compromiso y la pasión de la gente –continúa– durante los meses de Carnaval y la capacidad artística de sus integrantes han hecho que este carnaval, si bien es el más antiguo del país, también sea el que más se ha modernizado. Por todo esto es distinto a los demás”.

Foto: Gentileza Vico Fotografía
Foto: Gentileza Vico Fotografía

Ser quienes somos.

El municipio a cargo de Ascúa se encarga de la organización de lo que podría llamarse la razón de ser de Paso de los Libres a través de la Dirección de Carnaval, que hasta el arribo de Javier Milei a la Casa Rosada contaba con el apoyo del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación. Según los registros oficiales, en la última edición del Carnaval Especial 2023 asistieron, en apenas cuatro noches, más de 45 mil personas. El epicentro, como todo buen carnaval, es el Sambódromo municipal, ubicado en el cruce de la Ruta Nacional N° 117 con J.J. Valle. En la edición del 2022, el Sambódromo fue renombrado como Carlos Adán “Muñeca” Da Costa en homenaje al prolífico cantautor carnestolendo que, además, es oriundo de la ciudad. Muñeca fue el responsable, entre varios hitos, de ejecutar el primer samba enredo en español allá por 1976, junto a la comparsa Zum Zum.

“Para mí el Carnaval –insiste el intendente Ascúa– es un fenómeno cultural que representa la síntesis del potencial que tiene la ciudad y el libreño, porque se juntan y se aglomeran los esfuerzos, la capacidad que puede tener la comunidad para hacer algo único. Ahí uno ve cómo el libreño expone y explota toda su capacidad cultural, artística, creativa, de trabajo, todo ese conjunto de atributos lo resume el Carnaval, todo ese potencial gigantesco que tiene la ciudad se termina resumiendo en el carnaval”.

Durante la primera noche de este año, unas 10 mil personas pagaron sus tickets para ver de cerca el desfile de carrozas del Grupo Especial conformado por las comparsas de Tradición, Carumbé, Linda Flor y Zum Zum. Los precios de las entradas, pensado para los distintos bolsillos, van desde los 500 a los 1500 pesos en las tribunas y desde los 30 mil hasta los 120 mil pesos para las ubicaciones exclusivas –mesas, palcos, camarotes– con una capacidad de hasta 12 personas.

En Paso de los Libres el Carnaval es un asunto serio. Tanto que fue la primera ciudad del país en tener un museo temático sobre esta práctica social que define como ninguna otra la identidad de su comunidad.

“El Carnaval representa todo –reflexiona Federico de Carumbé–; dejamos de lado cualquier cosa que estemos haciendo por nuestra comparsa. El Carnaval nos trae felicidad, amigos, es el lugar donde podemos hacer algo que nos gusta, ser quienes somos. Une y hace nacer familias como la mía. El Carnaval es la vida del libreño”.

Foto: Gentileza Vico Fotografía
Foto: Gentileza Vico Fotografía
Una fiesta popular que cruza el país de punta a punta

El Carnaval en la Argentina es una fiesta popular que atraviesa todo tipo de geografías, climas y culturas.
En el norte, por elegir un ejemplo de manera caprichosa, el pueblo jujeño ha hecho de su carnaval una postal difundida en todo el mundo. En las yungas y en los valles, la festividad se vive con la misma fuerza y lo mismo curre en las zonas de la Quebrada y de la Puna, aunque cada una con su particularidad; desde el tradicional baile del pin-pin hasta el desentierro del mítico diablo, todo en un marco de coplas, bailes, disfraces y tragos típicos como la frutal saratoga y la sangría y su alcohol transgresor.
Además del aspecto social y cultural, el Carnaval, con sus turistas de todo el mundo, le genera a la provincia de Jujuy un ingreso económico de varios miles de millones. No es un dato para despreciar.
Si viajamos hasta el sur (haciendo una escala obligada en Gualeguaychú con sus comparsas más convocantes del país) llegamos al municipio de Dolavon, en Chubut, con su promoción imbatible: el carnaval más austral del mundo.
A poco más de 30 kilómetros de Trelew, Dolavon está enquistada en el valle inferior del río Chubut lo que la protege del impiadoso viento patagónico. Esa cualidad hace que las noches de febrero no sean tan frescas y los vecinos y visitantes de pueblos cercanos se puedan reunir en la antigua traza del ferrocarril para disfrutar del desfile de carrozas (también participan comparsas de otras localidades como Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Rawson). Una tradición que se mantiene desde los orígenes, que algunos locales precisan en 1917, hasta la actualidad es la quema del Rey Momo el último día de Carnaval.

La agenda en territorio bonaerense

Desde Corsolandia en Las Flores a Guaminí con su Carnaval del Arte y la Alegría en el Corsódromo. De Florencio Varela con el despliegue del carnaval norteño en el Parque y Reserva Hudson hasta Dolores con el Carnaval del Sol. Febrero es un mes a puro Carnaval en la provincia de Buenos Aires.
En Florencio Varela, se celebra el carnaval norteño en el Museo Guillermo Hudson, el 17 y 18 de febrero de 10 a 18 con música en vivo, comidas típicas del noroeste argentino, productores regionales y artesanías.
En el corsódromo de avenida Gregorio García Pereyra de Guaminí, se podrá disfrutar de murgas, comparsas, bandas rítmicas y cabezudos. Los carros de ingenio sorprenderán al público con sus construcciones artesanales y los que quieran podrán arrojar agua y harina con catapultas.
En Dolores la celebración será este fin de semana. A las 20, el Carnaval del Sol desplegará pasistas, carrozas, bandas y batucada con las comparsas Sheg Yenú, Sayén y Kuyén, en el corsódromo Antu Kawin.
A partir de las 20, en Las Flores, las infancias coparán las calles entre el 17 y el 25 de febrero como desde hace cincuenta y dos ediciones en Corsolandia. El lema de este 2024 es “Volviendo a nuestros orígenes”, porque el festejo se realizará nuevamente en av. Gral. Paz, entre av. Avellaneda y Leandro N. Alem, intersección de la ciudad que lo vio nacer con sus primeros brillos.
Durante dos fines de semana, niñas y niños de hasta doce años participarán con carrozas y disfraces.
Luego el jurado premiará la creatividad, la originalidad y el trabajo.