La Secretaría de Trabajo del Ministerio de Capital Humano dictó la conciliación obligatoria por el término de 15 días en el conflicto entre los petroleros del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa y las empresas del sector.
La resolución establece la inmediata suspensión de cualquier medida de acción directa por parte del gremio, al tiempo que ordena preservar el normal funcionamiento de la cadena productiva vinculada al petróleo y gas no convencional.
El gremio de trabajadores petroleros había lanzado un paro de 48 horas desde la hora 20 de este miércoles en rechazo a los 1.200 despidos ya efectuados y la incertidumbre por la continuidad de otros 2.000 operarios que están suspendidos.
El paro de actividades había sido confirmado por Marcelo Rucci, secretario general del sindicato tras el fracaso de las negociaciones que se llevaron adelante en la Ciudad de Buenos Aires. «Lamentablemente, las empresas avasallan, y no solamente avasallan, sino que humillan a los trabajadores. Quieren sacarse la gente de encima hasta el año que viene», afirmó el dirigente. “Tenemos alrededor de 1200 despidos y más de 2000 compañeros sentados en la casa, los tienen con el básico pelado. Todos sabemos que esto es el preludio de más despidos. Entonces, si no nos escuchan nos vamos a hacer escuchar», señaló.
Fuentes gremiales hicieron hincapié en las altas ganancias que están obteniendo las empresas. En junio último Vaca Muerta entregó volúmenes récord. La producción de petróleo en la provincia de Neuquén fue de 493 mil barriles diarios, según datos de la Secretaría de Energía, lo que supuso un incremento interanual de 7,7%. El gobierno local estima que 2025 será el año de mayor producción de petróleo en su jurisdicción de toda la historia.
Sn embargo, las empresas que operan en la cuenca (entre ellas YPF, PAE, Pluspetrol, Vista, Pampa Energía y Tecpetrol) señalan que los costos están aumentando. Entre otros motivos citan el encarecimiento en dólares de las operaciones, la volatilidad del mercado internacional, la renegociación de contratos con empresas de servicios y las limitaciones en la infraestructura de transporte.
A pesar de ello, los planes de inversión se mantienen. Prueba de ello son los recientes anuncios sobre el oleoducto Vaca Muerta Sur, una obra de 437 kilómetros que permitirá sacar la producción por el futuro puerto de Punta Colorada, en la provincia de Río Negro. Su construcción, a través del polémico RIGI (régimen para las grandes inversiones), demandará unos U$S 3000 millones. Los números de producción y las perspectivas de crecimiento para los próximos años complican el discurso de las empresas a la hora de forzar la relación con el gremio.