El último año de crecimiento económico del país fue 2017. En el único período con guarismos positivos del gobierno de Mauricio Macri, el PBI creció un 2,9 por ciento. A partir de ahí, entre las brutales crisis cambiarias del gobierno anterior y los daños colaterales de la pandemia, todo fue caída para la economía de los argentinos.

Esta decadencia se vio reflejada en muchas variables. Una de ellas es el poder adquisitivo. Una inflación con el acelerador a fondo y paritarias con freno de mano se traducen en un salario que cada vez tiene menos alcance.

Entre febrero de 2017 y febrero de 2021 (último dato oficial de salario disponible), el salario registrado mediano, que mide el punto medio exacto de todos los salarios, creció en un 248%. En el mismo período, la inflación general del país fue del 301%. Una diferencia de 53 puntos porcentuales en contra del salario. Dicho de otra forma, si en 2017 una canasta de productos costaba $ 100 y el salario era también de $ 100, hoy, esa misma canasta cuesta $ 401 y el salario es de 348 pesos. La pérdida de poder adquisitivo es del 13%; se asume que al salario no registrado le va aún peor.

Para expresar la tragedia salarial en ejemplos concretos, solo basta con mirar la canasta de alimentos que mide el Indec y compararla con la evolución salarial relevada por el Ministerio de Trabajo.

El salario neto en febrero de 2017 era de $ 14.435 ($ 17.391, menos un 17% de descuentos para la seguridad social), mientras que en febrero de este año ascendió a 50.207 pesos. Con esos ingresos, en febrero de 2017 se podía comprar 405 kilos de pan. Cuatro años después, se pueden adquirir 332 kilos de pan. Unos 73 kilos menos o un 18% menos. De la misma forma, hace cuatro años el salario equivalía a 131 kilos de asado; hoy, a 86 kilos de asado, es decir, 45 kilos menos o una caída del 35 por ciento. En 2017, el salario alcanzaba para 250 kilos de yerba; hoy, para 161 kilos. Unos 89 kilos menos.

En términos de pobreza, el salario mediano registrado de febrero de 2017 equivalía a 2,5 canastas de indigencia de una familia compuesta por dos adultos y dos menores. De la misma forma, estaba levemente por encima de la canasta de pobreza de ese mismo hogar. Cuatro años después, equivale a 2 canastas de indigencia; es decir, una caída del 20 por ciento. En tanto, queda casi 8 mil pesos por debajo de la línea de la pobreza; en otras palabras, el salario mediano registrado apenas alcanza para cubrir el 86% de la canasta de pobreza de un hogar compuesto por dos adultos y dos menores.

Para Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la pérdida de poder adquisitivo tiene un solo nombre: Mauricio Macri. «No es Macri más pandemia la ecuación del deterioro, sino exclusivamente Macri. En diciembre de 2019, Alberto Fernández toma la mejor decisión de su mandato en términos de recuperación económica, con el decreto que aumentó en 3000 pesos los salarios en enero a los que se le agregaron mil pesos más en febrero. Eso fue muy importante y permitió una recuperación de seis o siete puntos. Después, eso fue devorado por la pandemia».

Letcher explicó a Tiempo que «la pandemia se comió esa recuperación inicial y dejó al salario en los niveles previos a diciembre de 2019; todo el deterioro viene de las crisis cambiarias de 2018 y 2019».

Según el economista del CEPA, «para que el salario se vuelva a recuperar se tiene que volver a hacer un decreto de aumentos como aquel de 2019. Al menos, para algunos sectores, como la industria, la construcción y los servicios de telecomunicaciones. Hay un 80 por ciento de sectores que lo puede pagar y eso haría pegar un salto importante en la recuperación».

Las paritarias, al igual que el Salario Mínimo Vital y Móvil, crecen este año en el orden del 35%, mientras que la inflación apunta a terminar más arriba. El último informe del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que periódicamente realiza el Banco Central, proyectó una inflación del 47,3% para 2021.

Victoria Giarrizzo, economista e investigadora del IIEP-Baires UBA, dijo en una entrevista reciente que «este año vamos a crecer, pero sin recuperación del poder adquisitivo familiar».

La economista explicó que «estamos viendo paritarias de 30 por ciento, con una inflación que estará entre 44 y 45 por ciento y con la incertidumbre económica que provoca la pandemia. Inevitablemente, la creación de empleo se va frenando. El año 2020 nos dejó una caída promedio de 12 por ciento en el poder de compra del ingreso familiar per cápita y este año se volverá a perder. Por eso, para que la recuperación se convierta en crecimiento, es casi excluyente aumentar las exportaciones», apuntó a La Nación. «

Santiago Cafiero ratifica que el sueldo ganará

Para Santiago Cafiero, jefe de Gabinete, los salarios «le van a ganar a la inflación» este año. El funcionario aseguró que hay un «compromiso político» para que ello suceda. Subrayó, además, que «todas las pautas» alcanzadas en las paritarias hasta el momento «están por encima de lo que dice el Presupuesto», es decir, del 29 por ciento.

Según los últimos datos del Indec, los salarios subieron un 4,3% en febrero respecto de enero y acumulan en el primer bimestre del año una mejora del 7,7%, casi en línea con los indicadores de inflación. Sin embargo, en los últimos 12 meses los ingresos perdieron diez puntos porcentuales frente a la suba del costo de vida, de acuerdo con las cifras oficiales. «Los salarios le van a ganar a la inflación. Es un compromiso del presidente», remarcó el jefe de Gabinete.

Al referirse al motivo por el que no se implementó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), argumentó: «La Argentina no está transitando ese momento de pandemia, pero sí los niveles de pobreza que tanto nos angustian a todos. Necesitamos una política más sostenida en el tiempo».

En declaraciones radiales, también se refirió al dinero recaudado por el Impuesto a la Riqueza y destacó que son fondos que sirvieron mucho para llevar adelante los programas de ayuda social. «Estamos en el camino de garantizar un derecho que es el de la alimentación. Apuntar a niños de cero a 14 años con la Tarjeta Alimentar es una política pública de escala», manifestó.