El dato se conoció hoy atento al calendario de difusión de informes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Según el relevamiento que surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) la pobreza afectó, en promedio, al 41,7% de los argentinos durante el segundo semestre de 2023. Se trata de una suba de 1,6 puntos con relación al índice del primer semestre de ese mismo año y 2,5 puntos más que el registro de un año antes.

Si bien el informe desde el punto de vista estadístico es rigurosamente válido para las 29 millones de personas que viven en los 31 conglomerados urbanos que releva la EPH, proyectando esa tasa al total de la población resulta que 19.454.960  de personas vivían en hogares que no reunían los ingresos necesarios para eludir una situación de pobreza, en promedio, entre julio y diciembre de 2023.

La indigencia, por su parte, afectaba en promedio al 11,9% de la población equivalentes a 5.551.895 personas. Se trata de aquellas personas que vivían en hogares que no reúnen los ingresos suficientes para hacer frente a la canasta básica Alimentaria que garantiza las calorías necesarias para no sufrir desnutrición. Este valor escaló 2,6 puntos desde el 9,3% del primer trimestre de 2023 y 3,8 puntos con relación a lo que ocurría en el último semestre de 2022.

En términos absolutos en solo un año poco más de 1,8 millones de personas cayeron a una situación de indigencia que implican un crecimiento del 48% en el número de personas que sufren una situación de emergencia alimentaria.

Según puntualiza el mismo informe el crecimiento de la pobreza y la indigencia es resultado de una caída generalizada de los ingresos medidos en términos reales con relación a las canasta de pobreza e indigencia. Es que, explican, mientras los ingresos de las familias crecieron un 69% en proimedio con relación al promedio del primer semestre, la Canasta Básica Total (pobreza) lo hizo en un 75,8% mientras que la Canasta Básica Alimentaria (indigencia) saltó en promedio un 81,6%.

Del informe se desprende que, además, las familias que se encuentran en situación de pobreza enfrentan crecientes dificultades para salir de esa situación. Es que la denominada brecha de pobreza que mide el porcentaje de incremento que debería registrar el ingreso promedio de las familias pobres para alcanzar el valor de la CBT, se elevó al 39,2% cuando, en el semestre anterior era de 37,8% y el del segundo semestre de 2022 de un 36,5%. Dicho de otra forma, en promedio, las familias pobres deberían incrementar sus ingresos casi un 40% para eludir una situación de pobreza. La luz al final del túnel está cada vez más lejos.

Por otro lado la incidencia de la pobreza y la indigencia afecta especialmente a los niños y adolescentes. De ese segmento poblacional surge que el 58,4% de la población de entre 0 y 14 años vive en hogares en situación de pobreza.

Con todo, la foto resulta demasiado vieja. Es que, por un lado, el informe es un promedio de los seis últimos meses del año 2023 y, con una tendencia en ascenso los primeros meses del semestre influyen sobre el valor a la baja. Según el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), de hecho, si se tomara el último trimestre por separado la pobreza afectaría al 44,8% de la población y la indigencia al 13,8%.

Pero además, el informe del INDEC no registra enteramente el impacto de la devaluación del mes de diciembre y la escalada de precios de los últimos tres meses. Según distintos informes privados tanto del IPyPP, como de la Universidad Torcuato Di Tella y la UCA situaron la pobreza para el mes de enero por encima del 50% de la población y con tendencia creciente.