La educación en su conjunto está en riesgo mientras se debate en el Senado el Presupuesto 2026, que implicaría que ya no se deba destinar al menos el 6% del PBI al sector, como establece la legislación vigente. Pero hay un sector que podría salir especialmente golpeado, en caso de aprobarse tal como ingresó el proyecto a la Cámara Alta: el de la educación técnico profesional.
El cuestionado artículo 30 del Presupuesto incluye la derogación de ítems clave de las leyes de Educación Nacional, de Financiamiento del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación y del Fondo Nacional de Defensa. Además, el paquete conlleva la derogación del artículo 52 de la Ley de Educación Técnico Profesional (26.058). Se trata del punto que crea el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional, financiado con 0,2% del total de los Ingresos Corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado para el Sector Público Nacional.
El presupuesto aprobado en Diputados que hoy se trata en el Senado anula financiamiento de Educación y CyT en el artículo 30:
— Jorge Aliaga (@jorgeluisaliaga) December 26, 2025
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“Lo que están proponiendo es derogar un artículo que cambia el corazón de la ley. Es darle al corazón de la educación técnico profesional”, advierte Gerardo Marchesini, docente y exdirector Ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).
En diálogo con Tiempo, explica que “todas las leyes exitosas de educación técnica tienen financiamiento aparte del educativo” y que la eliminación del fondo específico implicaría consolidar el desguace, ya que “durante los dos años de gobierno de Javier Milei el desfinanciamiento fue casi total. No se llegó al 10% de ejecución manteniendo el presupuesto de 2023”.
Contra el federalismo y la institucionalidad
Que deje de existir un fondo específico para educación técnica se traduce, según Marchesini, en un “ataque al federalismo y a la institucionalidad”. Porque se trata de recursos que no pertenecen al Estado Nacional sino a las provincias: “El INET es administrador. El fondo es de las provincias y lo que no cumplieron hasta ahora es deuda exigible. Es el fondo menos discrecional de todos, las 24 jurisdicciones acordaron su distribución y la plata se invierte en las líneas que acordaron los ministros”.
“Lo que quieren hacer ahora –critica el ex titular del INET- es sacar la obligación del Estado de generar ese fondo. Eso va a consolidar lo que ya está pasando en las escuelas técnicas: no hay insumos salvo los que traen los estudiantes. El fondo permitía mantenimiento y expansión de infraestructura. Las escuelas técnicas, los talleres, requieren infraestructura y maquinaria nueva. Después se llenan la boca hablando de innovación, de inteligencia artificial. Pero si no hay inversión… El fondo permitía expandir un sistema que requiere expandirse si se quiere un país industrial”. Salvo, claro, que la meta sea otra.
Entre las pérdidas que traería aparejadas la eliminación del fondo para la educación técnica, Marchesini señala una línea de “igualdad de oportunidades” que se aportaba para útiles e incluso comedores en los casos en que las provincias no podían sostenerlos. La falta de esos y otros aportes implica deserción en escuelas técnicas con largas jornadas de cursada y altos costos de materiales.
“No hay datos sistémicos, pero cuando hay desfinanciamiento enseguida la matrícula se resiente. Si tenés que ir todo el día a la escuela y llevar los insumos, la familia no puede sostenerlo. Los que menos tienen son los que quedan afuera inmediatamente”, lamenta.
La caída de la matrícula implica un retroceso en un área donde se habían dado grandes pasos gracias a la ley que ahora se intenta recortar: desde que se sancionó en 2005, hasta fines de 2023, hubo un crecimiento del 111% en la matrícula de estudiantes en este sector y se crearon 136 instituciones, según afirmaba por entonces el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk.
“Como nos pasó en los 90, que se desmayaban a mitad del día porque iban sin comer. Esto ya lo vimos, sabemos cómo termina. Lo que estamos intentando es que los senadores tengan un mínimo de conciencia sobre lo que significa desfinanciar a la educación toda”, planteó Marchesini. Y agregó que aniquilar el espíritu de cuatro leyes con un artículo del Presupuesto “va a terminar judicializado”.
Dentro y fuera del recinto
La Asociación Del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) concentró ante el Congreso poco antes del inicio del debate parlamentario, donde el ataque a la educación y a las escuelas técnicas fue uno de los ejes.
Ahora. En la puerta del Senado, a minutos que comience la sesión por el Presupuesto 2026.
— Julia Strada (@Juli_Strada) December 26, 2025
Estudiantes y docentes en defensa de las escuelas técnicas, el financiamiento educativo y la Ciencia y la Tecnología. pic.twitter.com/XwwoV7kIlT
“Sin presupuesto no hay futuro, no hay talleres, no hay formación para el trabajo”, alertaron desde AMET bonaerense en la calle. Dentro del recinto, la senadora justicialista María Celeste Giménez Navarro exclamó: “Este Presupuesto se constituye sobre la idea de seguir sosteniendo ese superávit fiscal trucho. El recorte del 93% al financiamiento de la educación técnica significa un retroceso histórico contra el desarrollo industrial y productivo”.
“Quienes voten la derogación de las leyes de financiamiento de la educación, la educación técnica y la ciencia serán cómplices de la destrucción del futuro de Argentina”, escribió en su cuenta de X el exministro de Educación Daniel Filmus.