El presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció hoy diálogo a Occidente en materia de seguridad y estabilidad estratégica, aunque defendió la creación de un nuevo orden mundial tras ser investido para un quinto mandato al frente del Kremlin.

“Nosotros no rechazamos el diálogo con los países occidentales. Depende de ellos”, dijo tras jurar el cargo en una ceremonia oficial en el Gran Palacio del Kremlin.

Diálogo en igualdad de condiciones

Putin se preguntó: “¿Tienen intención de seguir intentando frenar el desarrollo de Rusia, proseguir la política de agresión y la presión que no ha cesado durante años sobre nuestro país, o buscar vías de cooperación y paz?”.

“Hemos estado y estaremos abiertos a fortalecer buenas relaciones con todos los países, que ven en Rusia un socio fiable y honesto. Y esa es efectivamente la mayoría mundial”, añadió.

Para el presidente ruso, el diálogo con Occidente en materia de seguridad y estabilidad estratégica es “posible”, pero advirtió de que éste no debe transcurrir “desde una posición de fuerza”, sino “sin arrogancia, prepotencia ni exclusividad personal, y sólo en igualdad de condiciones, respetando los intereses de cada uno”.

También destacó que Rusia continúa la labor de “formación de un mundo multipolar y un sistema de seguridad equitativo e indivisible”.

La guerra de Ucrania

Además de señalar que la seguridad del pueblo ruso es una prioridad para él, recordó a los “héroes” de la campaña militar en Ucrania, la asignatura pendiente para su quinto mandato.

Putin, en el poder desde el año 2000, ordenó el lunes a las Fuerzas Armadas realizar maniobras con armas nucleares tácticas en el Distrito Militar Sur, que incluye a los territorios ucranianos anexionados por Moscú, en respuesta a las “provocaciones” y “amenazas” occidentales.

Por otra parte, Moscú citó a los embajadores de Francia y el Reino Unido por las afirmaciones de sus dirigentes sobre el posible despliegue de las tropas de la OTAN en Ucrania y el derecho de Kiev a atacar objetivos en territorio ruso con armamento occidental.

Invitados “inamistosos”

Unos 2.600 invitados han asistido a la ceremonia de investidura, entre ellos los principales altos cargos del país y los dirigentes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas por Moscú (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).

Contra todo pronóstico, el Kremlin también invitó a los embajadores de los países “inamistosos”, aunque Estados Unidos y la gran mayoría de países de la Unión Europea (UE) rechazaron la invitación.

EE.UU. y la UE cuestionaron la victoria electoral de Putin, pero no llegaron a reconocerlo como presidente ilegítimo como les pidió encarecidamente la oposición en el exilio.

La victoria electoral de Putin se vio mancillada por la repentina muerte en una prisión ártica un mes antes de los comicios del líder opositor, Alexéi Navalni, quien había lanzado una campaña contra la reelección del líder ruso.

Además, cinco días después de la votación, Rusia fue escenario del mayor atentado terrorista en veinte años con la muerte de 145 personas en un ataque yihadista contra una sala de conciertos a las afueras de Moscú, del que Putin responsabilizó a Ucrania, aunque éste fue reivindicado por el Estado Islámico.