El Fondo Monetario Internacional ratificó su política de sobrecargos por los préstamos que concede. En un comunicado oficial, anunció flexibilizaciones en los topes máximos a otorgar a los países miembros, pero negó cambios en las tasas de interés que cobra por los préstamos.

Esta última decisión es un revés para la posición de Argentina, que viene luchando sin éxito por una medida que atenúe el impacto que ese recargo significa en el total del préstamo stand by de 2018 y en el acuerdo de facilidades extendidas que lo sucedió en 2022.

Lo que acordó el FMI, en una reunión del directorio, es incrementar temporalmente los límites anuales y acumulativos de financiamiento por parte de los países miembros. De esa manera se busca “asistir mejor a los miembros del Fondo en un momento económico particularmente desafiante e incierto”, afirmó la entidad.

En los hechos, lo que se hará es ampliar el límite del monto a prestar, pasando del 145% de la cuota anual que cada país tiene en la entidad a 200% de ese monto. En un programa de tres años, esto permitirá solicitar hasta 600% de la cuota.

Los cambios buscan auxiliar a los países emergentes y en desarrollo que enfrentan “mayores presiones financieras y vulnerabilidades”. La medida forma parte del reclamo que hizo Kristalina Georgieva, directora de la entidad, en la reunión de ministros de Economía y de Finanzas del G20 que tuvo lugar en India hace dos semanas, solicitando un mayor apoyo crediticio para ayudar a salir de la crisis desatada por la pandemia.

En realidad, los países miembros pueden superar ese tope crediticio bajo circunstancias excepcionales. Es el caso de Argentina, cuyo préstamo supera en 14 veces la cuota autorizada. El cumplimiento de esos criterios bajo los cuales se autoriza un endeudamiento mayor fue certificado por el staff técnico del FMI y aprobado por el directorio.

Esa excepcionalidad tiene su costo. Según la actual política de sobrecargos, cuando el crédito supera el 187,5% de la cuota del país se cobra una sobretasa de 200 puntos básicos (2% anual), y si la devolución demora más de 51 meses se adicionan otros 100 puntos básicos (1% anual).

Esos valores se agregan a la tasa de interés variable, que depende de la que se cobra en los mercados internacionales y que actualmente está fijada en 3,4%. Esto significa que Argentina abona actualmente un 6,4% anual sobre los U$S 45 mil millones que debe al FMI. Pasado en limpio, casi 3.000 millones de dólares anuales. Esa cifra podría reducirse hasta la mitad si el Fondo aceptara reducir o eliminar esos sobrecargos.

Voceros del FMI citados por el portal de noticias Infobae señalaron que “la decisión del directorio de aumentar temporalmente los límites generales de acceso a la Cuenta de Recursos Generales (GRA) no tiene ningún impacto en la política de recargos del FMI . Estos fueron discutidos por última vez por el Directorio Ejecutivo en el contexto de la Revisión de Saldos Precautorios en diciembre de 2022 y no se modificaron en ese momento”.